La Inteligencia Artificial, Guttemberg y mi padre

La Inteligencia Artificial, Guttemberg y mi padre

Si, aunque pueda parecer extraño yo veo una relación entre la Inteligencia Artificial, Guttemberg y mi padre. Si me acompañas unos minutos te llevo de la primera al tercero en nada y verás que todo tiene sentido.

Porque mucha prisa nos estamos dando en pensar que la Inteligencia Artificial va a hacerlo todo por nosotros, que va a matar miles de puestos de trabajo, que nos va a destruir, etc. Y a mi me gustaría haber estado allá por el siglo XV a ver que decían los twitteros de la época y los tertulianos de televisión y radio de ese invento del demonio llamado imprenta que iba a acabar con el trabajo de los escribanos y con la custodia de los libros que hacían los pudientes. Eso de poner las letras al alcance de cualquiera…

La Inteligencia Artificial es una herramienta

Aunque no sea física, la inteligencia artificial no es más que una herramienta a nuestra disposición. A disposición del quien la necesite, cuando la necesite y para lo que la necesite. Al igual que la imprenta, un tractor, un ordenador o unas tijeras de barbero, no son más que herramientas que darán sus mejores frutos cuanto mejores sean las manos que la utilicen.

No por tener una imprenta en mi casa, allá por el siglo XV o XVI me iba a convertir en un gran escritor o un sabio. No olvidemos que el primer libro que salió de la imprenta de tipos móviles de Guttemberg no fue una novela suya sino el libro más universal conocido: la Bibila.

Tener una inmensa caja de lápices de colores no va a convertirme en un gran dibujante. De hecho, cuando era pequeño, en mi casa nunca faltaron pinturas al oleo, lienzos y pinceles. Al igual que tampoco recuerdo mi casa sin un pequeño órgano eléctrico o una guitarra. Mi padre pintaba y tocaba varios instrumentos pero no por tenerlos cerca sus hijos supimos sacarles partido a esas herramientas.

Claro que podíamos coger el pincel y hacer cuatro trazos, pero de ahí a que manejáramos bien esas herramientas para crear algo, dista un abismo. Mi padre era el usuario de todas esas herramientas artísticas, era lo que yo siempre he llamado un hombre del renacimiento. Le daba a cualquier palo que tuviera que ver con el arte. Dibujo, pintura, fotografía, música y hasta hizo sus pinitos con el video.

Las ciencias adelantan que es una barbaridad

En mi casa entraron los ordenadores pronto. No sólo para mi y para jugar. Mi padre, como buen hombre del renacimiento, abrazó la tecnología. Se pasaba horas en casa diseñando hojas de cálculo y escribiendo informes para su trabajo en el Abílitty, y vetusto paquete integrado, que es como se llamaban a los paquetes que tenían base de datos, procesador de texto y hoja de cálculo.

El primer escaner que entró en casa fue uno que tenías que deslizar manualmente por el documento o la foto que querías escanear. Un auténtico suplicio por el espacio que requería y por el pulso, porque no podías desviarte de la linea recta y debías mantener una velocidad constante para que saliera bien. Nada que ver con cualquiera que puedas comprar hoy en día.

Recuerdo a mi padre escaneando con ese pequeño chisme, con toda la paciencia del mundo, fotos antiquísimas de su familia y restaurarlas. A mano, prácticamente pixel a pixel. Hacía zoom, retocaba unos pocos pixels, volvía atrás. Y así cientos o miles de veces en cada imagen. Pasaba horas horas con una sola foto. Hablamos posiblemente del Paint, no recuerdo otras herramientas de ese estilo en casa al principio.

Photoshop y mi padre

En los últimos años empezó a utilizar Photoshop y estoy convencido de que si hubiera vivido estos últimos 20 años hubiera abrazado con ganas y con genialidad cada paso que han dado. Las Los borrados mágicos, las capas inteligentes, el manejo del color… Y ya ni os cuento lo que hubiera sido para él el salto a las herramientas con Inteligencia Artificial.

Sacarle partido al Relleno Generativo, a MidJourney, a Stable Difusion… no es fácil. No sólo requiere conocimientos técnicos. Requiere arte, talento. La técnica se aprende, eso más o menos podemos hacerlo todos, pero exprimir sus posibilidades está al alcance de la gente que tiene esas habilidades artísticas.

Ilustradores, fotógrafos, diseñadores… Ellos no van a desaparecer, ellos van a dar rienda suelta a su creatividad a poco que dejen atrás las reticencias y a pensar que les van a quitar trabajo. Van a ser todo un nuevo campo a explorar pos su parte.

La imprenta no mató a los escritores, les abrió la posibilidad de que miles de personas leyeran sus obras tal y como las habían escrito. La Inteligencia Artificial no va a matar a los diseñadores, les va a permitir hacer trabajos quizás impensables hoy en día.

PD: Mi padre cumpliría 85 años este domingo así que permitidme que esta entrada vaya dedicada a él. El hombre del renacimiento que más de cerca conocí.

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