El dilema de las redes sociales
Anoche vi en Netflix «El dilema de las redes sociales». Sin hacer tanto ruido como en su día hizo «El gran hackeo», también en Netflix, este documental habla, con testimonios en primera persona de gente de dentro de las grandes empresas como Facebook o Twitter, sobre como nos «manipulan» para conseguir más beneficio. Eso y, en malas manos, conseguir derogar gobiernos.
La base de todo es «El Algoritmo». Ese ente del que ya os hablé en su momento cuando Twitter comenzó a usarlo. Esas fórmulas que hacen que en tu muro de Facebook, Twitter, instagram… aparezcan unas personas más veces que otras, unos twits antes que otros, unos amigos más que otros… y unos anuncios más que otros. Que al final de eso va todo.
Recuerdo el revuelo que se organizó cuando Facebook compró Instagram. Yo fui de los que también me quejé amargamente. Instagram y twitter, los más viejos del lugar lo recordarán, te mostraban un TimeLine, una linea del tiempo, ordenada. Tu entrabas y veías los últimos twits y fotos publicadas. Ibas bajando y retrocedías en el tiempo. Así de sencillo. No había más orden que el tiempo ni más selección de la que tú hacías escogiendo a quien seguir.
Con el tiempo, ambas redes se unieron a la filosofía de Facebook y aplicaron sus propios algoritmos. Desaparece en orden cronológico y los twits se ordenan según la relevancia que esos algoritmos estiman que tienen para ti. Lo que saben de ti para decidir qué va a ser relevante y qué no es la fórmula de la Cocacola, el secreto mejor guardado de cada empresa.
Deben ser cientos, miles de parámetros que van además reprogramando a diario para hacerlo más y más efectivo. Te muestran mensajes incluso de gente que no sigues. Ellos creen, saben, qué te va a gustar y para ti resulta cómodo. El problema es que ese algoritmo es muy manipulable y tú te has acostumbrado a él. Te resulta muy fácil dejarte llevar por esa nueva forma de recibir contenido.
¿Os ha pasado alguna vez esto? Aparece un twit con un enlace de algo. Te interesa, vas al enlace y cuando vuelves el twit ha desaparecido. Ya no hay forma de encontrarlo. Twitter ha decidido que ya ha cumplido su misión de generar tu interés y lo cambia por otro. Rápido, indoloro. No te da opción de que lo guardes, ahora debe buscar el siguiente contenido que te genere interés y la posibilidad de que les des dinero con otro click.
Escuché una vez a alguien decir que la mucha gente no entra en su «TimeLine» habitual de Instagram sino que se va a la lupa donde lo que aparecen son directamente recomendaciones que el algoritmo te hace. Ya ni te preocupas en seleccionar quien te gusta, te dejas llevar por ellos.
TikTok, en la que sigo sin tener cuenta, he leído que ni siquiera sigues a nadie. Simplemente entras y empiezas a recibir contenido. A saco. Contenido que se va adaptando a ti a medida que con el paso de los días vas dando me gustas a ciertos videos.
Qué cómodo es dejarse llevar, y qué peligroso. De eso va El dilema de las redes sociales, de cómo esos algoritmos nos manipula. Con él único fin, en principio, de reportar más dinero a las compañías que crean las redes sociales. Generando adicción, buscando que cada vez pases más y más tiempo con ellos, que puedan colarte un par de anuncios más, que hagas un par de clicks más en algún enlace patrocinado. Esa es su misión: ganar dinero. Lo de facilitarte la vida, ya si eso tal. Esa es la ilusión que tú tienes pero no lo olvides: tú eres el producto. No te están vendiendo anuncios, te están vendiendo a ti a los anunciantes.
Pero más allá de eso, el documental nos lleva a reflexionar sobre como cada vez estos algoritmos nos hacen más intransigentes, polarizan la sociedad, nos llevan a los extremos (ya escribí aquí sobre esas burbujas). Lo cierto es que el documental debe dar para que pienses un poco y te animes a ser algo más crítico. A pensar antes de creer, a decidir antes de dejarte llevar.
Son muchos más los aspectos que trata el documental, como la correlación entre el auge de las redes sociales en los móviles y el aumento de suicidios de adolescentes. Recomiendo mucho que lo veáis. Y que penséis. Os dejo el trailer.
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