Cuanto vale tu voto

Cuanto vale tu voto

Nota: Recordarte que esta es una copia del boletín que envío cada domingo por correo electrónico, por eso hablo de que hoy es cuando son las elecciones. Por cierto, no dejes de suscribirte.

Aquí estamos otro día de elecciones en esta España mía, esta España nuestra. Hoy toca elegir alcaldes y, en muchas comunidades autónomas, presidentes. Lo que sería la política más de calle, la que más puede afectar a tu día a día. Quienes deciden qué calles se pavimentan, si se construye un rascacielos o un parque, cuanta gente hay limpiando las calles y si se contratan más o menos médicos (eso quienes elijan parlamentos autonómicos). Esas en las que tu voto debe contar más que nunca.

Importantes como todas, o no, según la desafección que tengas por la política. Y es que tu voto cuenta, o debería contar, para cambiar las cosas. Así me lo inculcaron de pequeño y, aunque a veces me cueste, intento cumplir con mis obligaciones. Y a veces cuesta más que otras.

Cuanto cuesta tu voto

Pues grosso modo entre 100 € y 200€. Supongo que dependerá más de tu capacidad de negociación que de otra cosa, porque una vez en la urna todos cuentan lo mismo. Y ojo que hay programas de afiliados, como en Amazon o en los bancos. Que si además de tu voto llevas a un amigo que venda el suyo también, te dan 50 € más, casi nada.

Esto al menos es lo que se está comentando sobre la compra/venta de votos por correo, que empezó a destaparse en Melilla y se ha extendido por ya ni se sabe cuantos municipios. Todo hay que ponerlo en presunto porque, como ya te conté el otro día, una cosa es lo que leamos y oigamos por ahí y otra será lo que luego digan los jueces. Que puede que sea lo mismo, o puede que no, el tiempo lo dirá.

Y oiga, que parece que dinero tienen los partidos políticos porque, a ese precio, el volumen de votos que se ha negociado me soluciona a mi unos años de vida, si no el resto de mi vida. Aunque también escuché a un tertuliano el otro día comentando que lo más “normal” es que eso lo pague algún empresario local a modo de inversión. Yo te consigo nosecuantos votos y tú no me pones pegas para ese bar que voy a abrir o esa licencia para construir unas casas. De lo más normal todo.

Cuanto vale tu voto

Si unimos a esto que muchos estamos ya muy cansados de políticos y política. De broncas, de mamarrachos, de engaños, de discursos de trazo gordo, de todo lo que estamos viendo en estos meses. Y lo que nos queda. Lo cierto es que no sé tú pero yo echo la papeleta a la urna un poco tapándome la nariz. Escogiendo el que, para mi, es el mal menor. No con la ilusión de “quiero que fulanito sea mi alcalde”.

Yo básicamente voto en conciencia, porque mi voto vale lo que vale. Lo que vale mi opinión en una papeleta entre unas miles, pero le doy ese valor. Y aunque a veces mi desánimo ha podido con mis principios y me he quedado en casa, me gusta ir a votar.

Quiero pensar que vale de algo, gane o no gane el partido al que vote. Y creo que debemos darle el valor, que no el precio, que se merece.

Quien gana

No digo las elecciones, que lo sabremos en unas horas, sino con estos escándalos. Con las acusaciones, los gritos, el gritarle a uno que si has comprado votos y que el uno le grite al otro y tú más. Aplicable a todo. Quien gana con todo este ruido, con esos tertulianos radicales, con los que no aparecen en las tertulias y se buscan sus medios para gritar contra los otros.

El otro día empecé a ver un debate en la televisión local de Málaga con varios candidatos a la alcaldía. Empezaron, como está de moda, con su primer minuto y luego ya a replicarse. Hablaban con calma, sin pisarse unos a otros respetando más o menos los turnos. Estaba bien verlos.

El moderador, de cuyo nombre ni puedo ni quiero acordarme, les insistió varias veces que podían interrumpirse, que quería un debate vivo, y hasta que no comenzó el griterío y la imposibilidad de escuchar lo que decía ninguno no se quedó contento. Es más, aplaudió ese momento y les dijo que eso era lo interesante.

No sé quien gana con eso, pero yo desde luego cambié de cadena sin enterarme de lo que propone ninguno de los candidatos para gestionar mi ciudad. Al final no te queda otra que ir indagando por internet lo que cada uno propone para intentar tomar una decisión lo más formada posible.

Cositas de Málaga

En general en el sur los churros los tomamos calentitos, recién hechos. No son esas porras que se comen por otras latitudes que llevan desde primera hora en la estantería y que en muchas cafeterías ni siquiera hacen allí, llegan de donde les llevan el pan o los bollos. Lo normal es hacer una rosca enorme de masa de churro y cortarla del tamaño aproximado de las porras que conoce todo el mundo. Pero en Málaga en concreto tenemos otro tipo de churro, el tejeringo. Es la masa de churro un poco más ligera y se hacen como pequeñas roscas de esa masa directamente en la gran sartén de la churrería y es una auténtica delicia.

Desde mi infancia he vivido el que fueran los churros, sin sobrenombre, porque lo más normal es que cuando pedías churros te los pusieran, para pasar por una temporada de casi desaparición de los tejeringos. Sólo un par de sitios los tenían y era una delicia aún más escasa. En los últimos años se ha creado una cadena de churrerías, “Tejeringo’s coffee”, que ha colocado muchos locales en bastantes zonas de Málaga y está reviviendo su fama.

Es de esas cosas que, si vienes a Málaga, debes probar para desayunar o merendar. Ahí lo dejo

La imagen

Siente

Igual no es ilusión lo que sientas hoy al ir a votar, pero al menos habrá que ir por responsabilidad

La recomendación

Vota. Pégate un paseo esta mañana o esta tarde, antes del vermú o después de tomarte unos tejeringos, pero dedica unos minutos a pasar por tu colegio electoral y emite tu voto. Me da igual a quien, pero que tu voto valga.

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