Vivir acojonados
¿Soy el único que tiene la sensación de que alguien, o «alguienes», está muy interesado en vivamos acojonados? Que siempre estemos asustados por algo. Ya sea el coronavirus, la viruela del mono, el IPC, el cambio climático, los rusos, los ucranianos, los americanos, los okupas, el paro, la electricidad, el gas, la gasolina, los emigrantes, las bombas nucleares… Y así todo
Yo hace tiempo tenía una frase en el estado de guasap, cuando los estados de guasap eran una frase, que decía «Nada te hace más libre que perder el miedo». Y creo que en esto se basa gran parte de esta historia. A mi me da, y llamadme conspiranoico si queréis, que todo esto es la forma que tienen de intentar controlarnos.
Nos dan eso, futbol y cuatro tonterías y ahí pretenden tenernos asustados continuamente, pensando que no estamos tan mal, lo cual no deja de ser cierto mas o menos cierto. Todos calladitos y tal. Tragando, haciendo todo lo que nos piden, ahorrando gas, agua, gasolina… mientras otros, los de siempre, se llenan los bolsillos a puñados.
Aquí nosotros aguantamos como podemos, dándonos con un canto en los dientes si nos vamos de vacaciones, si podemos salir a cenar alguna vez al mes y si podemos coger el coche para algo más que ir al trabajo. O no.
Porque lo cierto es que yo salgo a dar un paseo cualquier día por cualquier sitio turístico de Málaga, mi ciudad, y está abarrotado. Y hablo con la gente de mi entorno y, más o menos, todo el mundo sigue al mismo nivel. Al menos por ahora. Quien podía alquilar una casa rural un mes, la alquila. Quien se conformaba con unos días en un camping, allá que va. Y así todo.
Y claro que nos quejamos, pero ahí seguimos. Escuchando que la luz está a 300 y pico euros y tal pero oye, que si pagamos 8-10 veces más que hace un año, las cuentas siguen saliendo. ¿O qué es lo que sucede?
Escuchaba el sábado o el domingo en la radio la palabras del director de la OMS diciendo que «ha decidido declarar emergencia mundial… bla blabla». Él, de manera prácticamente personal. Porque los expertos no estaban demasiado conformes y él ha tomado esa decisión. Y estas cosas me hacen reflexionar. Porque no sé quien es ese hombre. No sé si está ahí por ser un gran científico, un gran administrador, un gran médico, o simplemente porque había que cubrir cuota étnica en los organismos internacionales. Pero ese señor sale ahí y nos acojona a todos, cuando ni siquiera los expertos están seguros.
Y me refuerza en la idea de que no, no estamos tan mal, pero nos quieren tener muy acojonados. Para controlarnos, para callarnos, para que no hagamos mucho ruido. Porque así es más fácil que banqueros, petroleros, farmacéuticas, gasísticas, eléctricas… sigan llevándose nuestro dinero a paletadas.
O eso pienso yo. Que pensar es libre, aunque sea acojonado.
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