¿Estamos perdiendo el norte?

¿Estamos perdiendo el norte?

Sé que llevo meses sin tocar el blog, igual pegaría alguna explicación, contaros algo, hacer una declaración de intenciones o lo que sea pero lo cierto es que no ha habido motivo para dejarlo y tampoco hay motivo para volver. Simplemente dejé de tener ganas de dedicar mi tiempo a escribir y desde hace unas semanas me apetece volver a hacerlo. No hay razones para la marcha ni compromiso para la vuelta. Esto sale sin ánimo de lucro, por mi puro placer de escribir y vuestro disfrute de leer, espero. Sin más pretensión. Y precisamente sobre esto versa este post de hoy, sobre pretensiones.

Si me habéis seguido fuera de este espacio, sabréis que desde hace meses, más de un año si no me falla mi frágil memoria, tengo una nueva cuenta de Instagram: desdemidron. Me compré un dron y decidí abrirme cuenta para compartir ahí los vídeos y fotos que hago. También es verdad que, a raíz de empezar a hacer fotos con el dron, recuperé mi afición por la fotografía y a día de hoy cuelgo más fotos hechas con la cámara que las que hago desde mi dron. Principalmente por comodidad. 

Un dron requiere mucha más burocracia para poder salir a volar. Tengo que desplazarme al menos media hora fuera de mi ciudad para poder volar, vigilar más el clima, cuidado con la gente… La cámara la puedes usar casi en cualquier sitio y te da mucho pie a la creatividad, pero esa es otra historia de la que seguramente os hable otro día.

La cuestión es que uno crea esa cuenta con ánimo de compartir con el mundo las fotos que hace y comienza a seguir gente que te aporta. Gente que hace buenas fotos y de la que puedes aprender. Y sin darte cuenta empiezan a seguirte más y más usuarios. Y ves como la cuenta sube, como los likes aumentan, vas viendo cómo funciona eso de los hashtags y lees sobre El Algoritmo, ese gran desconocido.

Empiezas a ver qué cosas funcionan y cuales no, lees consejos para crecer, lees qué le gusta y qué no al Algoritmo. Y lees que la fotografía ya no es lo que quiere Instagram, ahora quiere Reels. Comida rápida para consumidores de Instagram, el TikTok de Meta. Ojo, que yo también los consumo, no entendáis de mis palabras ningún tipo de despreció hacia ese contenido, pero no deja de ser comida rápida.

Voy haciendo mis Reels y veo que empiezan a tener miles de visualizaciones y me llena de orgullo y satisfacción. Sigo sin entender porqué Reels que hago en apenas 10 minutos tienen 8 o 10 veces más visualizaciones y Me Gusta que otros que me curro durante un par de días, trabajando el montaje y la música, pero eso son los misterios insondables del Algoritmo.

Y en esas estoy cuando me doy cuenta que, de repente, no estoy compartiendo sólo lo que me apetece compartir, ni siquiera a veces estoy haciendo la foto que quiero: estoy trabajando para El Algoritmo. Estoy incluso haciendo fotos o vídeos pensando en cómo quedarán en Instagram o cómo trabajar para hacer un Reel chulo. Y sale un dron nuevo y una de las características que más me atrae es que puedes poner la cámara en vertical para grabar directamente de cara a los Reels y me pienso en comprarlo sólo para poder hacer mejores Reels, pero me da por frenar y pensar.

¿Dónde están quedando esas ganas de fotografiar o hacer los vídeos que me gustaban? ¿Qué ha sido de ese pensar en la edición que a mi me gusta hacer a un video y no la que va a funcionar mejor? ¿Porqué estoy guardando músicas para hacer Reels con los temas del momento? ¿Qué saco de todo esto?

Por supuesto seguiré haciendo Reels, tengo algunas ideas en mente y quiero hacer alguna edición chula, pero porque me apetece hacerla. Tengo una especie de guión de un Reel que quiero hacer, pero lo importante es eso: querer. Quiero hacerlo. No voy a hacerlo para el Algoritmo, lo voy a hacer para mi. 

No nos engañemos: es difícil. Los Me Gusta son adictivos. A todos, cuando publicamos algo, nos gusta que empiece a seguirnos mucha gente y que el contador de Me Gusta crezca. Nos hacemos, aunque no nos demos cuenta, adictos al Like. No ponemos nuestra mejor cara sólo para estar guapos, la ponemos para gustar más a los demás. Creo que no es sólo el Algoritmo, no son las redes sociales, el problema somos nosotros. Ellos sólo lo aprovechan. 

Siempre hemos querido tener la mejor casa, el mejor coche, la mejor decoración… y siempre que es posible, enseñarlo a los demás. Que los demás lo vean y nos halaguen e incluso, porque no decirlo, generar envidia. Así es la inmensa mayoría, así somos, no me voy a sacar ni mucho menos de la ecuación.

En estas reflexiones, supongo que fruto del calor, ando cuando he decidido recuperar ese espíritu de Instagram que tenía cuando cree le cuenta. Dejar de buscar la mejor hora para publicar, los mejores hashtags, etiquetar a gente para que me compartan… Claro que seguiré etiquetando y colocando hashtags, pero dejaré de obsesionarme con ciertas cosas y volveré a compartir por el mero placer de compartir.

Al igual que este blog. Vuelvo a escribir porque me apetece. Nadie me paga, a nadie debo nada, sólo por el mero placer de compartir con vosotros, los que buenamente queráis estar aquí y dedicar unos minutos a leer. Dejar de obsesionarme en ver lo qué dice Yoast sobre cómo está escrito de cara al Algoritmo de Google para que aparezca en las búsquedas. De todas formas ¿quién va a buscar esto? Estos post no son más que mensajes en botellas.

Sí, creo que, en general, nos estamos equivocando con lo de las redes sociales. Igual deberían ser más sociales, deberían ser más para nuestros círculos de amigos y dejarnos de querer ser todos más globales. A no ser que o bien esto sea vuestra marca personal real o bien pretendáis hacer negocio con esto. En esos casos adelante: curraos cada post en Instagram, pelead con el Algoritmo si es que os va a dar de comer de alguna manera. A mi claramente no, así que adiós Algoritmo, me vuelvo al ostracismo de los “pocoslikes”.

2 comentarios en «¿Estamos perdiendo el norte?»

  1. Pues dentro del ostracismo de «pocos likes» nos quedamos y tan a gusto caballero. Por cierto, tenemos alguna grabación (y edición pendiente), ahí lo dejo. Siempre es un lujo volver a leerte. Un abrazo!!

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