Motivación

Hace tiempo que decidí que mi motivación para escribir era yo mismo. Me impongo cosas, como la sección semanal de los Gadgets que heredé con gusto del blog de Alicia, o esos propósitos para 2014 pero son retos personales, desafíos propios que me hago simplemente por saber que puedo hacerlo y que soy capaz de mantener una constancia. Lo escribo y por supuesto lo comparto, lo difundo y me gusta que la gente lo lea. Es así, no lo voy a negar. Es una gran satisfacción cuando recibo un comentario de alguno de vosotros, siempre con cariño. O cuando me retwiteais, o compartís por FaceBook. Son esos pequeños detalles los que gratifican y te hacen sentir aún más feliz por el trabajo hecho.

Pero insisto, hace tiempo que me di cuenta que con esto solo puedo aspirar a eso, a un grupo de gente que me apreciáis, a la que aprecio y que os gusta lo que es cuento cada mañana desde hace ya tiempo. Sé que esto jamás llegará a ser un gran blog seguido por miles de personas y que siempre será nuestro rinconcito particular. A veces más concurrido, a veces menos, pero siempre será un lugar para mi, donde me siento a gusto y donde me gusta sentir que hay gente que también disfruta paseando y leyendo. Esa imagen de un pequeño salón donde estar con todos vosotros, mis amigos virtuales, es algo me encanta.

Supongo que cuando no esperas nada es cuando más te sorprendes. Por eso, que de repente un día me llegue un mensaje directo de alguien a quien admiro pero con quien no tengo demasiada relación (no porque no me apetezca, todo lo contrario) y me felicite el año diciendo «leerte cada día es algo de lo que no puede/quiere prescindir», pues a mi me desmonta. Esas sorpresas, saber a que gente puede llegar a gustar mis post a mi me asombra y me motiva muchísimo.

A veces lo del silencio es un poco extraño. Escribo y sé que os gusta muchas veces porque me lo comentáis en privado pero veo visitas y visitas cada día, anónimas. Descubrir quienes son algunas esas visitas anónimas, como esta querida amiga que os comento, sin duda motiva aún más. No es que valore menos a los que ya os conozco, ni muchísimo menos mis más que fieles amigos, pero me sorprende descubrir que hay más gente asidua y que me lee, aunque no suela decir nada, y encima valore tanto este blog.

Gracias a todos por estar ahí cada día. A los que os conozco y a los que no, pero sobre todo a los que me mandáis apoyo de vez en cuando. Se agradece muchísimo. Y gracias especialmente hoy a Silvia por esos mensajes del día 1. Saber que te gusta y que me dijeras esas palabras fue un gran regalo de reyes adelantado.