De amaneceres y Paulo Coelho

De amaneceres y Paulo Coelho

HospitalTengo muchas palabras agolpándose por salir de este cerebro hoy. Igual es que hace unos días que no escribo y esta válvula de escape a mis ideas la necesito más de lo que pienso. Quizás algunas veces pienso que escribo para vosotros, para que me leáis, para que compartáis mis inquietudes, para que comentéis, incluso con la vanidosa pretensión de que aprendáis algo, pero en el fondo creo que no escribo más que para mi. Será que esta falta de pareja permanente desde hace ya unos años y esta casi soledad, buscada y querida, hace que en mi cerebro los pensamientos germinen y crezcan casi sin control. Y digo casi porque puede que esta sea la particular forma de podar ese jardín descontrolado.

Llevo además unos días muy intensos. En lo bueno y en lo malo. En lo bueno os contaré las que pueda cuando llegue el momento (pronto me podréis leer en el blog de una gran amiga). En lo malo con un gran susto que nos ha dado mi madre y que nos hizo tener que llevarla el otro día al hospital. En realidad fue ayer jueves pero parece que fue hace mucho más tiempo. Un mal rato del que sacas conclusiones y aprendes. Y ves cosas de la gente que no te gustan, como que en esta vida lo importante no es compartir atardeceres y frases de Paulo Coelho sobre el Zen y la vida interior para regalar cariño en Facebook. Lo importante es que cuando tengas que dar ese cariño y demostrarlo lo des sin pensarlo.

También te hace comprobar que la gente que te quiere y se preocupa por uno está en todas partes o no tanto. Colgué una foto del hospital en Instagram y Facebook. Me sorprende, ahora que lo observo desde la distancia de un día después, la reacción en ambos sitios. Facebook, donde todo el mundo se quiere, adora, felicita por cumpleaños a gente que no ve en su puta vida desde hace mucho tiempo, comparte toques, juegos, vídeos de gatitos y muestras de solidaridad eterna, la foto tiene sólo 3 likes y un comentario. En instagram, donde la gente «sólo» comparte fotos de #piestureo, de comidas, atardeceres y nevadas, resulta que hay 10-12 comentarios y 6 likes.

Y no pongo nada de twitter, porque sé que me direis que es que esa red la cuido más, la visito a diario, etc. Que si, que se que me fobia Facebook empieza a ser, como la propia palabra fobia implica, irracional. Porque mira que Instagram no es precisamente una red social para charlar, pero que la gente que me sigue ahí se preocupe por mandarme esos ánimos y expresar su preocupación mientras que los «amigos» de FaceBook ni mu, ains. Salvo por supuesto a los amigos 1.0 de Facebook que o estaban informados en la vida 1.0 o en cuanto lo leyeron llamaron o mandaron mail. Supongo que eso es lo único salvable de FaceBook ser un punto de reunión de la gente 1.0. Pero la gente que yo voy encontrando por ahí en otras redes me parecen fabulosas.

¿Mierdas?  También los hay. Unos cuantos. Que todo el monte no es orégano ni todos los twitteros/instagrameros son unos santos, pero mi experiencia es la que es.

Desde aquí gracias a todos por interesaros. La mami progresa adecuadamente. Ojalá fuera más rápido pero las cosas llevan su tiempo y por lo menos está ya en casa. Hoy os escribo desde mi antigua casa. Mi cama hoy no me resulta tan cómoda como antes pero aquí estamos donde hay que estar. Con pensamientos dando vueltas al punto de haberme levantado a las 3:00 de la madrugada a escribir un post sobre el amor recordando viejas experiencias de amores que me hicieron sufrir y que hoy me han recordado en una gran conversación por guasap (hay algunas conversaciones que serían dignas de encuadernar) y fijaos lo que ha salido. Pero ese post queda pendiente. Porque el amor es cruel, nos hace sufrir, pero algo debe tener que no podemos evitar enamorarnos en demasiadas ocasiones de la persona que no debemos y que tanto nos hace sufrir. Pero ese post queda para otro día. U otra noche.

2 comentarios en «De amaneceres y Paulo Coelho»

    • Idem amigacha. He tenido que releer el post y si te refieres a esa conversación de guasap, te confieso que ni idea. Esta mala memoria

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