Shigeru Miyamoto Premio Príncipe de Asturias
Esta mañana le ha sido concedido el premio Principe de Asturias de la Comunicación y Humanidades a Mr. Shigeru Miyamoto. Supongo que el nombre os sonará a todos, pero por si acaso os menciono otros que seguro os suenan y que han salido de la mente de Mr. Miyamoto, ya sea directamente o fruto de su colaboración con Nintendo: Mario, Donkey Kong, Pikmin, Link, Zelda, Wii, WiiFit, Metroid Prime, F-Zero… Ya os va sonando, ¿verdad?
Como veis, alguien directamente relacionado con el mundo de los videojuegos se lleva un premio de reconocido prestigio y que no es del mundo directo de los videojuegos. Por fin parece que se van viendo como algo más que «marcianitos». Y es que las creaciones del Sr. Miyamoto no sólo han marcado el mundo de los videojuegos (Legend of Zelda: Ocarina of Time sigue siendo considerado uno de los mejores videojuegos de la historia), sino que han traspasado esa frontera y se han convertido en iconos y referencias para una generación cuya cultura no sólo ha bebido de libros, cine, música, televisión… también hemos bebido un nuevo referente cultural y de entretenimiento como son los videojuegos.
No me extiendo más con su bío, la tenéis completa en mil páginas y, por supuesto, en la socorrida Wikipedia. Pero es que hoy navego entre la alegría que, como videojugador, me produce este reconocimiento, pero tambien entre la decepción y el cabreo. Y es por momentos el cabreo va ganando paso.
Y es que Mr. Miyamoto luchaba con la agencia de fotografía Magnum y con el filósofo francés Edgar Morin. Y yo confieso que no tengo ni idea (ni nadie con quien he hablado por ahora) de quien es ese famoso filósofo francés de 90 años, aunque debe ser importantísimo si ha llegado a ser finalista. De la agencia Magnum, creada por Robert Capa poco puedo decir: daba por hecho que se lo llevaría. Desde 1947 ha contado entre sus filas con los mejores fotógrafos del mundo y tiene en sus archivos joyas de la fotografía. Y todos los finalistas se merecen para mi mucho respeto, pero mi cabreo y decepción viene por la falta de respeto que he visto esta mañana hacia Mr. Miyamoto.
Críticas con mucha sorna, desprecio, que si los videojuegos quitan tiempo a la comunicación y los libros, que si darle un premio al creador de un fontanero… De verdad que creía que eso era tema pasado, que ya todo el mundo con dos dedos de frente asume que los videojuegos son otra forma de ocio y cultura. Porque yo veo ese premio personalizado en Miyamoto como una forma de reconocer todo lo relacionado con la cultura y la industria de los videojuegos, que nos ofrece día tras día auténticas joyas.
Y si, que me direis que hay mucha porquería en el mundo de los videojuegos, pero os recuerdo que el cine está considerado un arte aunque además de obras maestras haya cosas como «Resacón en Las Vegas». Y que hay miles de libros infumables y no por eso se crucifica la literatura.
Me indigna mucho ver gente a la que admiro, periodistas y escritores, gente que entiendo culta y formada, indignada con este premio. Se ve que no entienden nada. Imagino que serían el tipo de persona que a principios del siglo XX consideraría la fotografía como una estupidez sin sentido, un divertimento para masas porque el auténtico arte sólo estaba en la pintura. O los que pensaban que el cine era un absurdo porque el arte de verdad está en los teatros y eso del cine no tenía mérito alguno. Cosas así, personas de esas que no saben ver lo bueno en lo nuevo, que gustan de estar anclados en el pasado.
Y es que dicen no entender que tiene que ver «un fontanero dando saltitos» con la comunicación y las humanidades. Pues esta es la definición que hay en la web de la Fundación Principe de Asturias sobre este premio.
Será concedido a la persona, institución, grupo de personas o de instituciones cuya labor de creación e investigación en el conjunto de actividades humanísticas y en lo relacionado con los medios de comunicación social, en el marco de las ciencias y disciplinas contempladas por ambas actividades, represente una aportación relevante a la cultura universal.
Y este es el último párrafo del acta del jurado sobre la concesión de este premio. Creo que con esto se explica todo. Creo que algunos retrógrados debería echar un vistazo y abrir sus mentes. Para mi, con esto, queda todo dicho.
Miyamoto no solo es el padre del videojuego moderno, sino que ha conseguido, con su gran imaginación, crear sueños virtuales para que millones de personas de todas las edades interactúen, generando nuevas formas de comunicación y de relación, capaces de traspasar fronteras ideológicas, étnicas y geográficas.
El que quiera entender que entienda. El que quiera evolucionar, que evolucione. Y el que quiera quedarse con el «fontanero dando saltitos» que se quede con eso. Yo desde aquí felicito por supuesto a Shigeru Miyamoto y especialmente a la Fundación Principe de Asturias por la valentía al dar este paso adelante.
Deja un comentario