Hay otros caminos

Intento dedicar un rato los sábados por la mañana a pasear por mi ciudad. Caminar lentamente y mirando hacía arriba. Las consecuencias son varias. Pisar de vez en cuando excrementos indeseables, tropezar y darme un tortazo como el que me dí hace unas semanas y del que aún me duele la rodilla, y por último, y más agradable, encontrar pequeños detalles en la ciudad que el día a día no me permite ver.

Si puedo, fotografío esos detalles. Algunas las voy soltando en twitter y/o en instagram, otras simplemente me las guardo. Creo que es algo que deberíamos hacer todos de vez en cuando: ver las cosas desde otro punto de vista. Y precisamente en ello ando mucho últimamente, ya lo sabeis. No quiero acostumbrarme a nada. Me gusta replantearme las cosas y buscar otros caminos o abandonar los que llevo un tiempo recorriendo. Y hubo un par de detalles que vi el sábado en ese paseo que van en esa dirección. Por una parte, ese conjunto de antenas, todas mirando rigurosamente al repetidor de la Sierra de Mijas, el que da servicio de televisión a Málaga y al que miran el 99,9 % de las antenas. ¿Todas mirando al repetidor de Mijas? No, no todas.

Una rebelde, una inconsciente, una revolucionaria, una loca. Sólo una se rebela contra lo establecido y aunque a un metro haya 10 que le señalan la dirección «correcta» (incluso parecen señalarla a ella acusadoramente), ella mira a otro lugar, busca la diferencia. Y algo debe obtener cuando ahí sigue. Porque no siempre lo establecido, lo que todo el mundo hace, es el único camino.

No debemos tener miedo a probar otras vías, ni avergonzarnos si nos equivocamos, ni hacer como borregos lo que todo el mundo dice que hay que hacer. Miremos en otras direcciones. Busquemos otros caminos.