Ojalá

Cuando este post salga a la luz serán las 10 de la noche del último viernes de Enero de 2012. A esta hora del último viernes de Enero del año pasado (día 28 para ser exactos) todos los seguidores de Marta estábamos enganchados a su twitter. Con varias ventanas de nuestros navegadores abiertas, con Al-Jazeera, CNN y decenas de enlaces con imágenes y twits de lo que estaba ocurriendo en aquellla plaza de El Cairo que casi nadie conocía hasta unos días antes: Tahrir.

Miles de nosotros seguíamos cada twit de Marta y visitábamos los enlaces que nos enviaba. Vivíamos lo que allí pasaba, pendientes de saber si Mubarack dimitía o no, llegó a transmitirnos y traducirnos mediante titulares discursos que emitían en directo. Durante unas horas nos hizo vibrar y sentir que estábamos allí, que lo que sucedía acabaría en los libros de historia y que, de una manera «extraña», estábamos formando parte de ello en directo. Fue una noche única, un momento que no olvidaré y que seguro permanecerá en la memoria de muchos por mucho tiempo. Una Marta pletórica y unos seguidores entregados.

Me viene a la memoria esto por las diferentes menciones que se andan haciendo de aquellos acontecimientos estos días. Y creo que viene bien recordar este gran momento justo ahora que Marta anda tan desaparecida en twitter. Una lástima que unos pocos impresentables nos hayan dejado sin poder disfrutar de la Marta que vivimos tan intensamente esos primeros meses de presencia suya en twitter. Sigo pensando que ahí vimos a la Marta más auténtica, en esas semanas. La Marta divertida, ingeniosa, inteligente, extrovertida, periodista… Y se la echa muchísimo de menos, aunque no queda otra que asumir y respetar su decisión, pero manteniendo la esperanza de que vuelva.

Ojalá(1) algún día volvamos a ver una Marta como esa por la red.

Y para recordar ese momento, os dejo unos post de aquellos días.

En este mismo blog: Pura Marta.
En el blog oficial de Marta en Cuatro: Si una noche de invierno un twittero
En Territorio Dagarín: El poder de Internet

(1) No puedo evitar acordarme de Marta cada vez que veo o escucho esa palabra. Gran momento de complicidad con sus twiteros con esa «palabra de origen árabe».