Las claves del Facebook

Las claves del Facebook

Tengo una duda que me come-come por dentro desde hace tiempo y quiero consultarla con vosotros. Como sabéis, ando sin novia desde hace tiempo pero se que muchos de vosotros si tenéis pareja, novio/a, esposa/o… y me asalta una duda. ¿Vuestra pareja tiene vuestra clave del Facebook? Es más ¿Tenéis un Facebook cada uno o usais una en plan «Luis y Antonia», conjunta?

No sé quizás es culpa mía y por eso estoy aquí solo y sin pareja porque lo normal es compartir en una relación de pareja hasta la rúcula que se queda entre los dientes (entenderéis esto dentro de un rato) pero yo creo que en toda relación es necesaria una pizca de intimidad, que no se puede uno convertir en un extra de la otra parte o formar un conjunto inseparable. Y creo que en parte esto del Facebook es un comienzo que luego debe llegar, a mi modestísimo entender, incluso a las cuentas bancarias.

A ver, pongo como ejemplo Facebook por ser algo muy común, pero extendible a todo lo informático: twitter, messenger, SMS y, sobre todo, correo. ¿Vuestra pareja puede hurgar libremente en vuestros correos electrónicos? Vale, es una muestra de confianza que te cagas, las quieres hasta el infinito y más allá y no tienes nada que ocultarle. Ni ella a ti, porque os queréis mucho, como la trucha al trucho. Pero ¿de verdad no hay nada que ocultar? Hablamos de correos o redes sociales.

Esa amiga del curro con la que tenéis un cachondeo importante, sin ningún tipo de malicia, pero que un día le da por mandarte un DM al Twitter diciendo que lo pasó muy bien contigo ayer y que hay que repetir. Que lo que hiciste fue sólo echar una partida al Scrabble con los iPhones a través del GameCenter y punto, pero así dicho la cosa queda regular, que Twitter es muy traicionero, y hay que andar con explicaciones, cosa que te ahorras si tu señora esposa o novia no lee tus cosas, que al fin y al cabo son tuyas.

Voy con otro ejemplo más práctico. Esposo friki total de StarWars. Ha salido la edición mega-coleccionista con 18 BD y una estatua de Yoda a tamaño natural donde guardar los discos y que habla cada vez que te acercas. El «problema» es que sólo la venden en un pueblo recóndito de Oklahoma. Vale una pasta indecente, más unos indecentes portes desde Oklahoma a Bollullos del Condado. Pero a ti te da igual. Te recuerdo que lo quieres como la trucha al trucho, así que para celebrar vuestro primer aniversario de boda decides regalárselo. Obviamente contactas con Oklahoma vía mail, que es más barato que una conferencia. Problema: el accede a tu cuenta y tachán, pilla un correo donde se entera y a tomar viento fresco la mega-sorpresa. Cachis.

Y con esto vamos al siguiente punto: hay que pagarla. Pero claro, os queréis tanto tanto y lo vuestro es tan para siempre que sólo tenéis una cuenta bancaria de donde salen los gastos y tarjetas asociadas a esa cuenta. Llega la hora de pagar a la tienda y al segundo tu querido esposo recibe un SMS diciendo «edición megacoleccionista+Yoda tamaño natural abonado. Cargo: una pasta indecente». Igualmente se entera.

En fin, que todo esto me lleva a la misma conclusión a la que he llegado siempre. Por mucho que queramos a nuestra pareja, creo que una parcelita de intimidad no viene nada mal. Un poder cotillear y contar cosas a mi amigo que vive en Copenhague sin que se entere nadie, un poder sorprender, un poquito de independencia… que hay veces que ves parejas que no sabes si son una pareja o un cuerpo con dos cabezas. Dos cabezas que, además, piensan exactamente igual. Un poquito de por favor.

Y para suavizar este tochaco, os dejo unos videos que encontré el otro día navegando por YouTube. Se trata de una miniserie llamada Perestroika y estos pequeños videoblogs me han parecido geniales. Viendo el primero entendereis lo de la rúcula del principio. «Jose es un tío de ensalada. Le pega mogollón pedir una de rúcula, mogollón». Espero que os gusten tanto como a mi.

8 comentarios en «Las claves del Facebook»

  1. La respuesta es muy sencilla: cada uno debe tener su Facebook o Twitter o esas cosas, porque somos personas distintas. Lo de la cuenta del banco ya es distinto.
    Luego es necesario que ambos tengan acceso a las cuentas del otro. Tener acceso no significa mirarlas cada día, sino que como el riesgo existe, no va a haber nada que no pueda ser visto.

    Claro, tu ejemplo es extremo, pero qué ocurre si le estás preparando un viaje sorpresa para San Valentín, y hoy ve el correo «Gracias por comprar su viaje con nosotros» y en vez de preguntar se cree que te vas con alguien!

    Pues eso, que si hay algo realmente complicado en una relación es la confianza. Y que hay hobbies friki que mejor que no sepa.

  2. Ya te digo, yo es que siempre he creído que vivir en pareja (convivir) no debe significar anularse el uno al otro y por eso siempre he mantenido parcelitas propias.

    Por supuesto, son casos extremo, aún no salió ese Yoda tamaño natural, jajajaja. Exagero para llevarlo al extremo y que se tienda mejor.

    Un saludo Sirventés y gracias por comentar

  3. Hola Daga,

    Ya veo que no era un post tecnopático sobre Facebook. Ya me habías avisado por Twitter 😉

    Centrándonos en el tema, yo soy de los que defiende y practica el mantener las parcelitas de intimidad.

    Pero las redes sociales per se son indiscretas. Además en el caso de Twitter si te quieren leer o seguir, son libres de hacerlo, pero en Facebook lo tienes que autorizar tú… Y eso puede ser ya el primer conflicto… Ya antes de leer nada 😛

    Además no se trata sólo de la pareja… ¿Qué me dices de los padres?, ¿y cuándo, a la madre de un amigo, que la tiene en Facebook, le da por solicitarte amistad?

    Hay cosas absurdas en esto de las redes sociales… Pero si busco intimidad de cualquier tipo, no la voy a encontrar en ellas.

  4. Mi reflexión sobre el tema es muy simplona. Si quieres intimidad no compartas nada en las redes sociales. Así de sencillo. Tenga o no tenga tu clave, si lo desea te puede buscar las vueltas por cualquier parte. Ya sea un comentario, una foto que te sacó alguién y te etiquetó sin que tú te dieras cuenta…en fin, mu complicao el tema. Intimidad sí, confianza también…pero fuera de las redes sociales.

    Como dice Sansa, si busco intimidad de cualquier tipo no la voy a encontrar en las redes sociales.

  5. Reconozco que no me gusta lo bien que lo pasó en la partida iphoniana con la compañera,ni que le envíe un DM para recordárselo y menos aún que me lo oculte. Pero si creo que es necesario mantener un cajoncito de intimidad,un cajoncito que sólo lleve tu inicial. Buena reflexión

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