Mi encuentro con Juegaterapia
Acabo de borrar todo lo que llevaba escrito. Me he encontrado con un montón de párrafos contando detalles e historias y no quiero que lo realmente importante quede oculto por uno de mis interminables post y que al final muchos no lleguéis a leerlo (vivimos en la era de las lecturas rápidas, lo sé). Y es que este post es importante porque Juegaterapia y gente como Mónica es importante.
No me preguntéis si Juegaterapia es una asociación, sociedad, ONG o qué es. Hoy por hoy, para mi, Juegaterapia es Mónica, su presidenta y fundadora, la persona que veis en esta foto y a la que tuve la enorme suerte de conocer el lunes. Ella es la vida de esta asociación, la persona a la que se le ocurrió, por casualidad, montar esto de juegaterapia y la que dedica todo el tiempo que puede y más a que esto salga adelante. Y gracias a su trabajo y a que mucha gente creemos que merece la pena, Juegaterapia está llevando alegría cada vez a más niños y sus familiares.
Juegaterapia no se le ocurrió a Mónica para montar una empresa o porque se aburriera en su tiempo libre y quisiera un hobby. No fue fruto de estudios de marketing ni nada similar. Surgió, como suele ocurrir con las grandes cosas, por casualidad. Ella misma fue la primera que donó una consola suya a una Juegaterapia aún no fundada al dar una PSP que tenía en casa al hijo de un compañero que la necesitaba. Y al ver la alegría que había proporcionado un gesto en apariencia tan sencillo, sin pensarlo demasiado empezó a pedir consolas que no utilizasen a compañeros y amigos para entregarlas a niños que las necesitaran. Y poco a poco la bola ha ido creciendo y Juegaterapia ya ha entregado más de 400 consolas en 25 hospitales en toda España. Y todo gracias a Mónica y, por supuesto, a toda la gente que, como Iván, que la acompañó en la entrega de Málaga, le echa una mano y la ayuda en lo que puede. Por supuesto, nadie cobra un euro aquí. Todos creen, creemos (permitidme hablar un poco en primera persona por haber puesto mi granito de arena en esta entrega) en un proyecto que sin duda merece la pena.
Cuando piensas en ONG’s y organizaciones de este estilo, a veces te da por dudar si quizás quien está arriba lo ve como una empresa, que tal vez hay algo «oscuro» detrás, que se trata de un negocio y no sólo de algo altruista… pero conocer a Mónica es darte cuenta de que, en el caso de Juegaterapia, no es así. Verla entregada con cada niño y sus padres en el Hospital el lunes, ignorando en cierto modo el recorrido y el acto oficial para centrarse en los chicos, te convencía de que Mónica no estaba allí para salir en ninguna foto, por no contar la tremenda lucha y esfuerzo que supone en algún caso lleva estas consolas a los hospitales. Animándolos a todos, contando algo de su experiencia, explicando el proyecto de juegaterapia y como iba a funcionar en este hospital, que es un caso un tanto particular. Y por supuesto que tiene que salir en las fotos, hay que tener los pies en la tierra y Mónica los tiene. Y sabe que sin salir en las fotos no puede conseguir que más y más gente conozca Juegaterapia y entregue sus consolas para hacerlas llegar a los chavales que las necesitan, que es su verdadero objetivo.
Yo no vi en ningún momento en Mónica a «la presidenta de Juegaterapia», yo vi a una persona preocupada por otras personas e intentando ayudarlas. Alguien ilusionado y que cree fervientemente en lo que hace. Sin entender casi nada de videojuegos, como ella misma me contó, si sabe que es importante para los niños que tienen que pasar tanto tiempo hospitalizados y sus familias. Y se notaba en las caras y las sonrisas que dejaba en cada habitación. Y eso que, por los protocolos del hospital, no pudo entregar físicamente las consolas en las habitaciones, pero la ilusión que transmitió y el saber los chicos que podían disponer de ellas, era motivo más que suficiente. Las caras que quedaban cuando salíamos de la habitación no eran las mismas que cuando entrábamos.
Mónica me hizo volver a creer este lunes que hay gente buena que hace cosas que merecen la pena, sin esperar nada a cambio y sin recibir más que una sonrisa y un agradecimiento. No dejéis de colaborar en lo que esté en vuestra mano. Entregando una consola o echando una mano para difundir su labor, su web, su facebook… Ni siquiera tienes que llevarles la consola si no puedes, sólo llama a Envialia y ellos te recogerán la consola y la llevarán a Juegaterapia sin que te cueste nada. Esa consola que tienes arrumbada en un armario y que nunca conectas puede volver a vivir y llevar mucha alegría a quien está pasando un mal trago. Porque a Juegaterapia es joven y con un poquito de ayuda tiene mucha alegría todavía que entregar.
Desde aquí, gracias a Mónica/Juegaterapia, por dejarme participar y por hacerme sentir, con lo poco que he hecho, que formaba parte de algo tan bonito como Juegaterapia.
Guau daniel, es impresionante, y realmente hermoso, como tu bien dices, que un gesto tan simple, lleve tanta alegria a los niños. Les deseo mucha suerte!!;)
Yo también se la deseo. Llevan mucha alegría.
Besos, sobrina!