Un daikiri, por favor.

Un daikiri, por favor.

A veces, las relaciones que se establecen vía internet duran años, no se si toda la vida, pero si mucho tiempo, pero la mayoría suele seguir un ciclo en el que pasan de ser casi lo mas importante en tu vida, a ir decayendo poco a poco hasta no existir. Prácticamente como las relaciones en persona, que suelen seguir esos ciclos también. Lo que nunca me había pasado es comenzar una «relación» internáutica y que termine en menos de una semana de una forma tan abrupta. Quizás sea porque ya está uno cansado de aguantar tonterías en general y si algo bueno tiene internet es que simplemente pulsando un par de botones, puedes dejar de recibir cosas que no te interesan. Os cuento y os doy todos los datos, como suelo hacer, menos nombres, pero todo lo podéis localizar indagando un poco, aunque tampoco creo que os merezca la pena.

Antecedentes

El caso es que hace menos de una semana, una de mis hermanas me preguntó si conocía a fulanito, que tiene un blog y otras cosas en internet sobre Apple y es de Málaga. Le comenté que no pero, dado mi gusto por los blogs y por Apple, pues me puse a buscarlo. Efectivamente tenía ambas cosas y me pareció interesante. Vi que tenían Twitter y posibilidad de suscribirme a las entradas via RSS así que los agregué en ambas vías. Tanto a la «tienda» como a la persona que me había comentado mi hermana. Vi que además tenían un Podcast al que me podía suscribir vía iTunes, así que también para la saca. Todo lo que sea apoyar gente de la tierra siempre me ha gustado.

Las movidas raras empezaron cuando escuché su último podcast. Los primeros 15-20 minutos (o mas, no se exactamente) los dedicaron esta persona y su co-podcaster a hablar de los problemas que habían tenido con iTunes y con Apple que, por algún extraño motivo, les había borrado el Podcast. Había gente que no podía recibir los últimos podcast, que habían perdido las estadísticas, que no entendían el porque, etc… Y bueno, mas o menos entendible hasta que empezaron con «teorias de la conspiración».

Que si había gente que se alegraba mucho de que no estuvieran en el aire, que había gente con mucho tiempo libre para poner «reclamaciones» en Apple para intentar que los expulsaran, que si comentarios recibidos en el blog o al podcast… no se, movidas que no me gustaron nada, especialmente porque dedicaron mucho tiempo a un tema que no tenía mucho sentido. Pero bueno, tampoco les hice demasiado caso. Luego el podcast en si me pareció, en mi modesta opinión, mas que mediocre. Leer las últimas noticias sobre el mundo Apple sacadas de las fuentes que todos tenemos, con un estilo demasiado vacío (sin estilo, vamos) y no me enganchó nada.

No los borré por seguir dándoles mas oportunidades y apoyar, como ya he dicho, a la gente de la tierra. Pero ayer por la tarde llegó la sorpresa via twitter. Los que me conocéis ya sabéis que lo mismo hablo de cosas serias, que me quejo de mi trabajo, enlazo cosas que me gustan o me divierten o simplemente charlo con la buena gente que tengo la suerte de estar conociendo por Twitter.

La tarde

Pues resulta que ayer viernes por la tarde, cuando me dirigía al trabajo, noté ese ambiente de viernes. Ese notar mas tráfico de la cuenta de gente que se va a sus casas con alegria tras haber tomado, en muchos casos, una cervecita o una cocacola con los compañeros de trabajo para celebrar que es viernes. No sé si lo habéis notado, pero el ambiente de los viernes por la tarde no es el mismo que el resto de las tardes de la semana.

Total, que entre ese ambientillo especial, la buena temperatura (mas de 20 grados) y las pocas ganas de trabajar, me dio por twittear que me parecía inhumano tener que trabajar un viernes por la tarde en vez de tomar algo en una terraza. Y parece que cometí un crimen. Mientras una amiga twittera respondió siguiendo el «juego», el comentario sin mala intención, parece que a este señor, que por cierto nunca había respondido a ninguno de mis twits anteriores aparte del habitual agradecimiento inicial por comenzar a seguirle, le sentó especialmente mal el comentario y me respondió algo así como que mucha gente desearía tener que ir a trabajar. Y entiendo que es un drama no tener trabajo, soy consciente de ello, pero tampoco creo que estuviera planteando un debate respecto al tema ni tenia intención con mi comentario de ofender a nadie. Creo yo, vamos. Respondí, como suelo hacerlo cuando me hacen mención en un twit, e intenté aliviar tensión, diciendo que lo sabía, pero que era una simple pataleta gratuita.

Su respuesta fue, lejos de apaciguadora, aun mas virulenta, diciendo que lo que había twiteado era una pueril pataleta y que cinco millones de desempleados en este pais estarían deseando hacer mi trabajo. Y tiene razón, se que no debo quejarme porque hay muchísima gente en este pais con problemas muy serios por no tener trabajo. Puede que incluso esta misma persona sea una de ellas y esté buscando trabajo, no lo se. Pero no creo que un sencillo y estúpido comentario sobre lo bien que pasaría la tarde sin trabajar deba convertirse en motivo de polémica ni en una forma de fustigarme o de regañarme, ni de llamarme pueril, ni de restregarme la enorme suerte que tengo por tener trabajo.

En serio, creo que a las cosas hay que darles su justa importancia, ni mas ni menos. No creo que sea normal montar un pequeño cirio por algo como un comentario en Twitter. Y me vinieron a la cabeza los comentarios del podcast, de gente que les tiene mania, que no les gusta lo que dicen ni lo que hacen,… y viendo esa actitud que tuvo conmigo, pues hasta llego a entenderlo si esa es su tónica habitual en el podcast y/o con la gente que comente en su blog.

Conclusiones

Tranquilos que yo no voy a ser de los que ahora se dediquen a poner a parir su estupendo podcast ni su magnifico blog. Sencillamente los he borrado de mi twitter para no seguir leyéndolos y los he bloqueado para que no sufran con mis inhumanos twits. Los he borrado de mi iTunes, de mis feeds y punto. Cada uno por su camino.

Solo pedir perdón a quien se haya sentido ofendido por el pecado proclamar en mi twitter que me apetecía pasar una tarde de viernes tomando un Daikiri en una terraza en vez de llegar a mi trabajo a besarle los pies a mi jefe o meterme en una iglesia a dar gracias a Dios por bendecirme con la posibilidad de trabajar.  He dicho.

2 comentarios en «Un daikiri, por favor.»

  1. La verdad es que veo el comentario un poco fuera de lugar, no el tuyo, sino el del otro muchacho. Creo que todos tenemos derecho a decir lo que nos dé la gana en nuestro blog o twitter y al q no le guste que no nos siga, jeje. Que sí, que es una suerte tener trabajo en estos tiempos, pero creo que uno tiene derecho a quejarse, ya sea del trabajo, del jefe, de algo de politica o de lo que sea. En fin, que ni caso a esa gente y sigue como siempre, que si hay que quejarse uno se queja, jeje y al que no le guste que no mire!!!

  2. Perdona por tardar en dar paso a tu coment, Carmen, pero es que hoy también me ha tocado trabajar. Soy un gran afortunado por tener un lugar donde me hagan trabajas 14 horas un sábado 🙁

    En fin, pero volviendo a lo que comentas, es lo que hay y como bien dices, al que no le guste, que no mire, que Ancha es Castilla y mucho más Internet. Todos tenemos nuestro derecho a pataleta 🙂

    Un saludo y un gusto verte por aqui.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.