Impuestos

Impuestos

Tema jodido y complicado este de los impuestos y que siempre me intriga.

Me motivan hoy a escribir este post dos cosas. Por orden cronológico, lo primero ha sido el mal rato que se ha llevado una compañera al descubrir en cuanto se queda su sueldo una vez que la han pasado a jornada completa y por supuesto todo legal. Se le queda en una porquería y en casi 200 euros menos que a otras compañeras que trabajan menos horas. El motivo: los impuestos. Un 17 % le retiene hacienda, mientras que las otras no llegan ni al 10 %. Todo tendrá su explicación fiscal, pero me parece una auténtica putada (a ella ya no os cuento lo que le parece) que trabajando menos horas cobre bastante menos que las demás.

El otro motivo ha sido un nuevo post, de esos que publica cada 2-3 meses, del amigo neneland. IAE: ACTOS DELICTIVOS VARIOS. Nos comenta las nuevas ideas que tienen nuestros fantásticos gobiernos que pretenden contabilizar conceptos como los gastos en prostitución o contrabando en nuestro Producto Interior Bruto. Vamos, que van a inflar nuestra «riqueza» macroeconómica mas de un 3% teniendo en cuenta lo que la gente gasta en putas, coca, éxtasis o tabaco de contrabando. Manda webos. Que no digo yo que no, pero ya puestos, que se legalice, se controle, paguen impuestos… pero ese es otro debate para otro día, que me voy por las ramas.

La cuestión que me ocupa hoy son los impuestos. ¿Que son los impuestos? Pues a mi entender, que no he estudiado nada de esto, es la contribución que todos hacemos de nuestro dinero al estado para mantenerlo. ¿Y que es mantener el estado? Pues poner dinero para que se puedan hacer carreteras, para que haya colegios públicos, para que si me quedo en paro cobre una prestación, para que se limpien las calles, para que se construyan vias de trenes, para que me operen de apendicitis si me pongo malo o me atienda un médico si me resfrio, para que haya policías que nos defiendan de las malas personas… Para esto tienen que servir los impuestos que TODOS pagamos. Esa es la idea, que no es nada mala.

Vendido de esta forma, creo que a nadie le molestaría pagar una parte de su sueldo para poder tardar solo 2 horas en llegar de Málaga a Sevilla como se tarda ahora en coche en lugar de las 4 que tardaba hace un par de décadas. ¿A que no? Pero claro, por desgracia no todo es tan bonito, ojalá. Porque los impuestos también sirven para pagar a ese funcionario amigo que todos tenemos que pasa días y días de baja porque tiene que hacer otros trabajos, o para que nosequien de noseque administración le de el permiso para hacer la carretera a ese amigo que le cobra mas caro pero que, bajo cuerda, le va a regalar un BMW para el niño que se acaba de sacar el Carnét, o para que la Señora Cospedal gane cerca de 80.000 euros al año solo por ser senadora autonómica de Castilla-La mancha, mas otros 130.000 como Secretaría General del PP(no olvidemos que una buena parte del dinero que tienen TODOS los partidos políticos sale de nuestros impuestos, no solo de las cuotas de sus afiliados o donaciones «desinteresadas»).

Cosas como esas y otras muchísimas que harían la lista interminable son las que, a mi, me hacen despreciar los impuestos, no considerarlos un bien que hago al país sino un dinero que suelto a un puñado de mangantes y gorrones. Y es triste, porque he empezado diciendo que los impuestos son necesarios, pero por desgracia este daño que provocan en la imagen de los impuestos estas cosas nos hace olvidar su parte necesaria e imprescindible.

Los impuestos necesitan un doble lavado de cara. Por una parte, que sepamos realmente que impuestos pagamos todos y por qué. Por qué motivo yo pago mas o menos que mi compañero/a de trabajo y la seguridad de que si yo pago de mis 1000 euros escasos un 10%, el que gane 1000.000 contribuye mas. Pero todos sabemos que no es así, que al final quien mas tiene se las ingenia para pagar mucho menos. Y eso te hace sentirte engañado cuando pagas impuestos, porque sabes que tu no te escapas mientras que los que mas tienen saben como librarse y, si pueden, encima llevarse parte de lo que tu estás pagando con el sudor de tu frente.

Y por otra parte, transparencia. Que supieramos realmente cuando paga cada uno y en que se gasta. Cuanto cobran los que lo gestionan, cuanto cuestan las carreteras, porqué cuestan eso y no menos, cuanto vale una ecografía, cuanto me ahorro en medicinas, cuanto gana ese médico que me curo, cuanto cuesta limpiar las calles… Si supieramos de una forma clara y transparente todo eso y existiésen auditorías que garantizasen que es justo lo que se paga por todo eso, que no hay nada que se pierda por el camino en BMW’s para los contratistas, seguro que nos dolería menos pagar.

Realmente los impuestos son necesarios si queremos vivir como vivimos, pero también es necesario que se controlen, se gasten bien y que se haga ver que todo esto es así. Si no, cada mes cuando vemos nuestras nóminas, seguiremos sintiéndonos estafados por todo lo que nos quitan, en lugar de sentir que contribuímos a que todo esto que hemos creado funcione.

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