Bodas y algunos estereotipos

Pues si, el sábado estuve de boda. Los seguidores de mi twiter ya lo sabrán, pero para el resto, pues quedáis informados. Creo recordar que es la tercera boda a la que tengo que ir en mi vida. Una fue la de mi hermana (yo era joven e inocente y no sabía donde me metía), la de una compañera de trabajo que me amenazó prácticamente con arrancarme los huevos uno a uno y comérselos delante mía mientras me desangraba (aunque no fueron sus palabras, se leía entre lineas que es lo que quería decir) y la de este sábado.

Me han invitado a mas de una, alguna incluso especialmente difícil de negarme porque era una invitación muy desde el corazón, no la típica invitación de compromiso porque la amiga que me invitó no tenía ningún compromiso conmigo para hacerme la invitación. Sin embargo, he conseguido no ir ha ninguna, pese a algún enfado de alguien que quería que fuera. No se realmente porqué le tengo tanta fobia a las bodas. Como podéis ver, no he ido a casi ninguna, pero es que esta fobia es extensible a la BBC al completo: bodas, bautizos y comuniones. En general, al cualquier acto social masivo. Nunca he sido de grandes masas para las reuniones. Cosas intimas, 4-6 personas me parece perfecto. Pongamos el límite para poder mantener conversaciones y pasar de grupo a grupo en unas 10 personas. Todo lo que pase de ahí, mas o menos, ya me resulta incómodo. Podéis imaginar como me llego a sentir en una masa de 200-300 personas como son estos actos sociales.

El caso es que en la boda del sábado, y en la otra que estuve, tampoco es que lo haya pasado mal. Comimos, bebimos, reímos, bailamos… lo normal en estos casos y la organización fue muy buena. Ya os digo que se pasó bien, pero me suele ocurrir que acabo «aislándome». Con tanta gente al final no acabo por encontrarme a gusto en casi ningún grupo, así que oscilo de unos a otros hasta que finalmente me voy volcando en mi mismo y empiezo a observar a la gente, al comportamiento colectivo y a los estereotipos individuales. No se si estos estereotipos se repetirán en toda la geografía española o es algo mas coyuntural de Andalucía o incluso de Málaga, pero me resulta curioso verlos porque es que se repiten en todos los grupos masivos. Hay cosas que no faltan en ninguno de estos acontecimientos, mas o menos.

– El vivan los novios, pronunciado generalmente por una señora generosa en carnes y años, pintada como un cuadro porque a las bodas hay que ir arreglada, con vestido tipo estampado de sofá antiguo y con pendientes de esos que son una perlita en cada oreja. También suele ser pronunciado por un amigo o primo del novio, igualmente entrado en kilos aunque menos pintado. No se yo porqué pero normalmente cuando miras a ver quien lo ha dicho, no suele ser la guapa o el guapo de la fiesta. Supongo que ellos no necesitan este gesto de efusividad para destacar, no se.

– Paquito el chocolatero, los pajaritos o la bomba. Cualquier otra canción que en cualquier otro momento o lugar te parece absolutamente patética (a mi me lo parece también en esta ocasión, pero yo soy raro y no cuento). Sin embargo, en esta situación parece que esté sonando la mejor canción jamás compuesta. Todo el mundo se arranca a bailarla como si la estuviese tocando el flautista de Hamelín y todos fuésemos ratones encandilados.

– Los manteos, bastante indiscriminados pero normalmente centrados en la novia y especialmente el novio, que se han gastado una pasta en peluquería, trajes, zapatos, etc… para acabar irremediablemente volando por los aires descompuestos y perdiendo todo el glamour y elegancia que deberían mantener en una ocasión así.

– Los hombres y las mujeres, digamos lo que digamos de la igualdad, en estos momentos se demuestra que somos diferentes. Normalmente las mujeres se van por un lado y los hombres por otros. Especialmente las parejas, que parecen aprovechar esta oportunidad para tomarse un respiro el uno de la otra y viceversa. Los hombres hablando de fútbol, las macizas de la fiesta o el pro y las mujeres de sus cosas (perdonadme, chicas, pero es que suelo quedarme en grupos de hombres y desconozco vuestras conversaciones). La unión de grupos mixtos solo se produce cuando un grupo de buitres se acerca a sus presas con intención de comerse algo, cosa rara vez se produce porque el recinto no es tan grande como para que las parejas, que aunque apartadas siguen estando allí, no se den cuenta de lo que ocurre y aparezcan para dejar claro que están controlando.

– El viejecito y viejecita simpáticos no pueden faltar. Son esos personajes bastante entrados en años pero la mar de «salaos». Piropean con gracia a las chicas y chicos, te bailan el Waka Waka o un pasodoble como si les fuera el alma en ello y siempre con los mismos pasos, asustan a sus hijos/nietos que los ven sudar y ponerse colorados, con el consiguiente temor por su salud. Si lo analizamos un poco, son casi los únicos que se comen algo, porque las chicas y chicos jóvenes los ven inocentes y divertidos y hasta se dejan besuquear y manosear un poco, sabiendo que la cosa no podrá llegar a mayores.

– Puedes pasarte meses practicando ciertos bailes, ve a una academia si quieres, da igual. Siempre aparecera la pareja que baila de puta madre, que de repente suena algo de salsa y hay que hacerles un hueco en la pista porque están dando una lección al personal de como se debe mover el esqueleto. Hay que hacerles el corrillo, comentar con el de al lado lo bien que lo hacen y, cuando hacen el gran final, aplaudirles. No falla, siempre destacará otra pareja, no te esfuerces, es que ellos lo llevan en las venas. Además, casualmente suelen llevar un traje el con algo de brillo y sueltecito para que se pueda mover y ella una minifalda o falda con raja lateral que le llega hasta el culo para poder espatarrarse y moverse comodamente.

– Tampoco puede fallar la típica rubia o morena de bote que no cesa de bailar mas que provocativamente y en lugares donde todos los tíos puedan verla claramente. A los cinco minutos suele ser difícil localizarla porque empieza a estar rodeada de un circulo de babosos cuya sangre en esos momentos no llega a subir de la cintura. Ella, por supuesto, no le da importancia y sigue con sus meneos provocativos y, si algún pardillo se atreve a pensar que quiere ligar y se lanza, será rápidamente rechazado porque ella no quiere a uno, quiere ser el centro del círculo. Normalmente son mujeres a las que en tu día a día ni mirarías, pero que gracias a una minifalda ajustada, un escote importante y unas 4-5 capas de pintura, pues resultan llamativas especialmente por esos espectaculares meneos.

– Y para terminar, el clásico entre los clásicos. No os preocupeis por la hora, si empieza a marcharse la gente o lo que sea. Antes o después, queráis o no, os sentiréis irremediablemente atrapados por una… coooooongaaaaaa. Da igual que canción suene, quien la haya empezado, que haya sido provocada por el DJ o que surja de manera espontánea. Sucederá. Estarás tranquilamente intentando meter toda la cocacola en el vaso de tubo a punto de rebosar mientras das una sorbos para que entre y de pronto alguien te arrastrará del brazo y te verás inmerso en una conga. Y tu allí, intentando salvar lo que puedes del cubata que ves como va cayendo sobre tu traje de 200 euros recién comprado para la ocasión y sobre la espalda de esa señora que tienes delante, que por supuesto no conoces pero a la que estás dejando un recuerdo imborrable sobre su vestido. Una boda, bautizo, comunión, cumpleaños… no es tal si no tiene, por lo menos, una conga.

Y no es que no haya mas estereotipos, seguro que todos tenéis unos cuantos mas, pero ponerlos a todos aquí sería interminable. Aunque siempre quedan los comentarios para que completéis esta lista.

Por cierto, todo esto dicho desde el cariño, porque en el fondo, todos acabamos disfrutando y pasándolo bien en estas fiestas y seguramente cada uno de nosotros pertenece a algún estereotipo de otra persona, aunque obviamente nosotros no nos veamos. Y es que es lo que hay, así son este tipo de fiestas y así tienen que ser, porque, lo reconozcamos o no, es lo que nos gusta.