En mi anterior trabajo era feliz

El otro día estuve cenando con un amigo con el que pasé unos años trabajando en el lugar donde trabajaba antes de comenzar en mi actual curro. Bastante a raíz de mi post sobre mi primera visita a un prostíbulo, recordamos muchas cosas de nuestro antiguo trabajo.

Por cierto, que a raíz de esa conversación recordé que la visita que es conté el otro día sobre mi primera vez en un prostíbulo no fue realmente la primera. Hubo una vez anterior, precisamente en mi anterior trabajo y con un grupo de gente. Lo que sucede es que fue después de una comida de empresa, unos cuantos tipos con unas copas de mas, y en un plan bastante diferente. Fue por pasar el rato, sin sobetéos a las chicas, sin malos rollos, sin la sordidez con la que recuerdo la que os conté el otro día. Echamos una risas, tomamos una copa y poco mas. Fue sobre todo diferente el ambiente y la compañía. Fue un rato agradable, una experiencia mas a recordar pero no un mal recuerdo. (ojo, que tampoco subí ni nada, fue mas la diversión que otra cosa).

El caso es que a raíz de eso, tanto este amigo como yo comenzamos a recordad muchas de las cosas pasadas allí. Ya os he contado mas de una vez que me gustaba la forma en que el jefe llevaba la empresa, la forma en la que cada uno nos hacíamos responsables de nuestro trabajo y todo eso. Eramos, como bien comentamos en esta cena, una gran familia. Y en todas las familias hay riñas de vez en cuando, buenos y malos momentos, pero al final prevalece esa sensación y unión de familia, como ocurría en mi anterior trabajo.

Teníamos roces, hasta peleas profundas, pero al final han quedado en general muchos mejores recuerdos. Hasta pasar un jueves santo trabajando, o una noche en vela, o una paliza de tener que recorrer 200 kilometros en menos de 5 minutos (imposible, claro, así que marrón al canto cuando llegabas a destino),… todo eso al final lo recordamos en general con alegría, como aventuritas pasadas. Locuras y putadas de las que ahora nos reímos y recordamos con una sonrisa o incluso una auténtica carcajada.

Es difícil conseguir eso, creo que no hay forma de provocarlo. O tal vez si, no estoy seguro. Lo que si tengo claro es que no se puede conseguir cuando te dedicas a putear y menospreciar a tu compañero o subordinado. Si surge una disputa, surge por trabajo y se soluciona, pero si se compensa con unas risas o al menos no se hace sangre con esa disputa sino que intenta correrse un velo sobre ella, al final se olvida y no llega a mayores. Puedes pedir a un trabajador tuyo que trabaje un fin de semana por un motivo justificad. Incluso puede que no tengas ni que pedírselo si has conseguido crear esa sensación de responsabilidad en el trabajador, de hacerle ver que la empresa parte suya.

Y luego, cuando 1 semana, 2 o 2 meses después este trabajador te dice que necesita una mañana libre porque tiene que arreglar unos papeles del banco, simplemente le dices vale. No hace falta llevar la cuenta de cuantas horas trabajaste el fin de semana ese y cuantas te vas a tomar. Simplemente el trabajador cumplió su cometido en su momento y ahora la misión del jefe es hacer sentir a esa persona que al igual que entendió que debía trabajar el fin de semana, ahora la empresa entiende que el necesita tomarse una mañana libre. No es cuestión de pedir «asuntos propios» o cosas así, es simplemente confianza.

Y esa confianza no se gana con cosas como la que me sucedió el otro día. Me quedé un medio dia a comer. El jefe lo vio, bien contento que se puso porque además eramos varios los trabajadores que lo hicimos. Y lo pagará, que ese es el «acuerdo» que hay ahora, pagar las horas extras, pero no lo hicimos por eso, sino por responsabilidad. No hace falta que lo agradezca ni nos ponga una placa en una plaza, bastaría con que al día siguiente, cuando da la hora de irme a comer y me marcho a casa, no suelte el comentario «¿Hoy no te quedas?» en tono de decepción, como indignado por que no te quedas ya todos los días. Porque ya para el jefe parece que esa debe ser tu obligación.

Y no es así, porque no es mi obligación. Lo hice porque lo estimé conveniente. Porque es que luego a mi me pagará esas horas ( y a todos los que nos quedamos), pero es lo menos, porque tampoco puedes luego tener la tranquilidad de que si un día necesitas un rato libre vas a poder disponer de el. No, lo que impera es la ley del embudo. Todo debe fluir en beneficio de la empresa, pero poco o nada en beneficio del trabajador.

Quizás parte de esto se deba a la paranoía, a la desconfianza. A no ser capaz de confiar en la gente que trabaja para ti y tener siempre en mente la idea de que van a intentar trabajar lo menos posible, que no se van a esforzar para hacerlo bien y a que en cuanto puedan van a intentar engañar a la empresa.

Por comentarios hechos en el mismo día hacia mi actitud, creo que precisamente se trata de eso: paranoía, desconfianza. Y eso es malo, porque no deja que el trabajo sea algo agradable ni al trabajador ni tampoco a los jefes, que viven en un contínuo estado de estrés provocado por esa desconfianza que les fuerza a estar continuamente vigilando con la idea fija de que lo que se les escape, lo que no controlen segundo a segundo, irá irremediablemente mal.

2 comentarios en «En mi anterior trabajo era feliz»

  1. Otra gran verdad, amigo. Lamentablemente no creo que los que se tienen que aplicar el parche se den por aludidos… eso si, muy a gusto se nota que te has quedado. Jejejejeje. Por lo demas, ya sabes: No comments.

  2. Ya sabes que los mas «aludidos», en el sentido negativo, no pasan por aquí.

    Pero eso si, me he quedado mas a gusto que un arbusto, jajajaja.

    Saludoooossss

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