Videojuegos en mi memoria

No voy a hablar aquí de los juegos que llevo en un pendrive o que están instalados en el disco duro de mi consola. Voy a hablar un poco de los videojugeos que, por una razón u otra, han quedado grabados en mi memoria, en mi cabeza y, por qué no, en mi corazón.

El otro día, probando la demo de Brütal Legend, volví a revivir sensaciones que hacía tiempo que no sentía, esa sensación de disfrute que me produjeron muchos juegos durante los años que llevo jugando (desde esa Atari 2600, señores, que ya ha llovido). No pretendo con este post hacer un alegato diciendo que los juegos pasados son mejores, ni mucho menos. Sigo disfrutando de muchos juegos hoy y es raro el día en que no dedico aunque sea unos minutos a enredar con la consola.

Puede que algunos de estos juegos ni os suenen, porque no se trata de decidir cuales son los mejores, sino los que a nivel total y absolutamente personal más se han quedado grabados en mi memoria. No tiene nada que ver con logros técnicos o con los famosos listados de «los mejores juegos…» No tienen porque ser los mejores, en mi opinión, he jugado juegos magníficos que no han llegado a causarme esta sensación. Tampoco se trata de un ranking, así que el que aparezca primero o último no significa que me haya gustado mas o menos, simplemente los citaré según me vayan viniendo a la memoria.

Comenzamos

MONKEY ISLAND – DAY OF THE TENTACLE (PC)

Son en cierto modo los culpables de esta lista. Jugar la demo de Brütal Legend me retrotajo a esas noches en vela intentando descifrar los secretos de Meleé Island, o como llevar a una cobaya desde el pasado al futuro. Muchas risas, mucho calentarme la cabeza, mucho tiempo sin dormir por culpa de los juegos nacidos en la época dorada de las aventuras gráficas, especialmente las que traían el sello de LucasArts. Imaginación, humor, grandes guiones… Todo esto me absorbía y me hacía olvidar cualquier cosa que no estuviese en la pantalla del ordenador. Aún recuerdo cuando termine el primer Monkey Island y al acabar los créditos apareció un mensaje en la pantalla diciéndome que era muy tarde y que me fuera ya a dormir. Efectivamente era ya bien entrada la madrugada y al día siguiente tenía que trabajar. Desde entonces, cada vez que completo un juego veo todos los títulos de crédito hasta al final.

H.E.R.O. (C64)

Si, yo fui de Comodore64. En aquellos años, la lucha era bastante importante entre los que tenían Comodores y Spectrums (como lo es hoy entre XBOX360 y PS3). Uno de esos juegos que ha quedado en la memoria fue H.E.RO., un simpático señor (supongo que de la cruz roja o algo), que armado con unos cartuchos de dinamita y un pequeño propulsor que le permitía volar, tenía que descender a través de múltiples pantallas hasta llegar a salvar al minero atrapado. Recuedo noches enteras en casa jugando con mis hermanas, turnándonos el mando para hacer cada uno una pantalla, escuchando siempre música de Danza Invisible, de su primera época: Sin Aliento, Espuelas, El joven nostálgico…. Todavía hoy en día cuando escucho esas canciones no puedo evitar que me vengan a la cabeza los recuerdos de esas noches.

COLLIN McRAE RALLY (PSX)

Hablo del primer Collin McRae, por supuesto. Del genuino, el original, el que salió hace un montón de años para la Playstation original. Recuerdo cuando fui a casa de un primo mío a arreglarle el ordenador y lo vi jugando al Collin. No sabía ni que era la play, no tenía ni idea de como se cogía ese mando. Me dejó probarlo y aluciné. Sentí que estaba corriendo un Rally auténtico. Notaba como el coche se comportaba de forma totalmente diferente según sobre que superficie se moviera, como el coche «culeaba» y podía controlar el derrape contravolantando, como debía ser con un coche de verdad. Mi copiloto me iba cantando las curvas, los saltos, el agua… me sentí conduciendo realmente. Aluciné con el. Mi primo estaba pensando vender la consola para comprar otra (creo que era la Nintendo 64, pero no lo recuerdo) y directamente le hice una oferta. Necesitaba ese juego. Llegamos a un acuerdo, fui al cajero y, despues de arreglarle el ordenador, salí de aquella casa con mi PSX y mi Collin, además de un par de juegos mas que no me importaban de momento lo más mínimo.

SOUL CALIBUR (Dreamcast)

Me gustaba el Tekken bastante, compartía muy buenos momentos con un amigo echando partidas nocturnas al este juego y algunos mas con la PSX. Oímos hablar de la Dreamcast, esa consola blanca y que decían que daba mil vueltas a la Play. En los Blockbuster podías alquilar la consola un fin de semana, así que decidimos alquilarla a medias y pasar un rato probandola, a ver si era verdad que era tan buena. La alquilamos junto a un par de juegos, entre ellos uno parecido al Tekken pero con espadas, según se intuía en la portada. Dios, que noche. No se cuantas horas estuvimos jugando, desbloqueando personajes y escenarios, viendo los teatros donde podías descubrir la historia de todos los personajes y de sus armas, que todas tenían un nombre. Recuerdo perfectamente que tuvimos que dejar de jugar para hacer cosas como dormir, comer y hacer unas compras. Dejé la consola encendida todo ese tiempo porque estábamos deseando volver a jugar y no queríamos que se perdiera todo lo que habíamos abierto. Impresionante. Horas y horas pasadas con ese juego, al que todavía dedico algún tiempo de vez en cuando en mi siempre adorada Dreamcast.

QUAKE (PC)

El primero también el original. Guardo un recuerdo muy especial de este juego. Recuerdo muchas tarde de jueves jugando en mi oficina con los compañeros partidas en red. Mi primera experiencia con eso de que cada uno tuviera su propia máquina y pantalla y estuviesemos en ordenadores diferentes compartiendo el mismo escenario virtual. Eso de Internet todavía estaba en pañales a nivel de los usuarios normales. Ni pensar remotamente en jugar a través de internet, pero alguien descubrió que el juego tenía una opción llamada Lan, que podíamos poner el juego en varios ordenadores de la oficina y jugar los unos contra los otros. Los jueves, nuestro jefe por aquella época era prácticamente imposible que apareciera por la oficina, así que todos procurábamos, secretamente, quedarnos en la oficina los jueves por la tarde, evitando salir a un cliente. Y en cuanto hacíamos lo imprescindible de trabajo, dedicábamos un par de horas a luchar los unos contra los otros cada uno en su propio ordenador. Esos gritos en la otra punta de la sala cuando lo alcanzabas con un cohete, ese asomarte a intentar ver la pantalla del adversario para descubrir por donde andaba e intentar pillarle por la espalda… cuantas horas de diversión ¿o no, Neneland? 😉

ASTORIDS (ATARI)

Si señores, uno es tan mayor ya que jugó a este juego. Cuando los Reyes Magos me trajeron mi primera consola de videojuegos, venía con un cartucho espectacular llamado Asteroids, en el que manejaba una nave espacial y tenía que ir moviéndome por el espacio sideral destruyendo meteoritos que pretendían aniquilarme. La sensación que tuve al sujetar mi primer joystick, es cacho de plástico cuadrado con un botón que me permitía lanzar mi rayo laser y destruir esas malditas rocas haciéndolas mas y mas pequeñas hasta que se desintegraban. Y me parecía impresionante. Yo no entendía nada de tecnología, pero poder ver cosas en pantalla que yo podía mover con aquel mando. No dedicaba ni de lejos las horas que le dedico ahora o que he llegado a dedicarle. Tenía que dejar a toda la familia sin ver la TV para ponerme a jugar, que eso de tener mas de una tele en casa llegó años después.

Y si sigo pensando, posiblemente surjan muchos mas juegos que me han encantado: Metal Gear Solid, Sokoban, Comand & Conquer,… la lista podría ser interminable, pero no quiero que lo sea. Los que están en esta lista son los primeros que me vienen a la memoria cuando pienso en mi pasado videojueguil y son a los que guardo mas cariño. No quería hacer aquí una lista interminable de grandes joyas. Algunos de ellos son de lo mas simples, lo se, pero para mi son algo muy especial.

¿Y vosotros? ¿Que videojuegos tenéis por especiales en vuestras memorias jugópatas?

Dedicatoria: Creo que es la primera vez que dedico un post, y este lo quiero dedicar a mi padre (D.E.P.) y a mi madre. Sin duda, y sin saberlo, ellos son los que me han metido este gusanillo jugópata en mi interior. Lo que unos padres hacen por su hijos, pagando a plazos durante nosecuantos meses un Commodore para que pudiera jugar y apostando porque, algún día, necesitaría saber de eso de los ordenadores, cuando todavía casi nadie sabía lo que eran. Que visión de futuro tuvieron. Gracias.

5 comentarios en «Videojuegos en mi memoria»

  1. Uff lo que ha llovido desde entonces, que barbaridad. Recuerdo aquel Wolfstein (¿se escribia asi?) y como los enemigos eran "planos", jejejejeje. Cuando pasamos a Quake me periecio increible el poder jugar contra humanos. Aquellos ya no eran poligonos tontos, eran humanos -a mas indicar compañeros de curro- y era increible la sensacion de entrar en una sala y no saber si estaria Dagarin o Juan Antonio por alli para darte matarile con un bazoca. Fueron muy buenos tiempos aquellos de Jueves por la tarde, si señor, bendita Unicaja y bendita red esa que montamos con el fin oculto y verdadero de poder jugar en red … Genial, si señor.
    ¿A los cuantos años precriben los "delitos" estos de jugar en tiempo de curro?, Jejejejejeje.

    Preciosa la dedicatoria. Muy real, a ellos se lo debemos todo.

  2. Muy buen artículo Dani. Al leerlo he tenido por momentos los pelos de punta recordando juegos pasados, recordando noches sin dormir o venir corriendo por la tarde desde el colegio para hacer los deberes rápido y seguir jugando.
    Pienso ahora y me doy cuenta que puede que muchos de esos juegos que recordamos tan bien y con tanta nostalgia no sean grandes juegos para los entendidos pero nos dieron experiencias vitales que han marcado de una manera u otra nuestra vida.
    Preciosa también la dedicatoria final, que se puede extender a todos los padres de los jugópatas. Han hecho tantas cosas por nosotros y que poco lo agradecemos a veces.
    Yo también estoy deseando jugar al Brutal Legend. Espero que Tim Schafer no haya perdido su toque mágico.
    Saludos.

  3. Neneland: creo que los delitos por escaqeo continuado con premeditación y alevosía, al no llevar nocturnidad, deben prescribir en poco tiempo 🙂

    Gracias por vuestras palabras compañeros y bienvenido por fin a J.Cañete, que ya estaba deseando que algún día comentara uno de mis post, que se que lee a menudo. Desde luego, que un buen juego es el que realmente disfruta un jugópata, digan lo que digan los sesudos críticos.

    Saludos.

  4. Excelente entrada, de esas que le hacen a uno recordar viejos y buenos tiempos. Personalmente, he probado poquitos de los juegos que componen tu entrada (Quake, Soul Calibur y Collin McRae), pero es que yo empecé en esto algo más tarde: con la NES de 8 bits, a principios de los 90.

    Daría para escribir mucho más y no tengo demasiado tiempo, pero recuerdo con mucho cariño obras como Super Mario Bros. 3 (el juego que me hacía tener 2 días seguidos la consola encendida), Sonic 2 (mítico), Soleil (un RPG que nunca se me olvidará), los típicos FF VII y Metal Gear Solid y, para mí, algo que siempre recordaré: The King of Fighters 97. Ese juego me hizo enamorarme por completo de la saga y de SNK (la antigua, que la nueva no me gusta demasiado). Posiblemente habría muchos más, pero ahí lo dejo por hoy.

    Por último, entrañable y totalmente cierta dedicatoria. Creo que todos los que ya llevamos casi un par de décadas en esto (o más), empezamos gracias a nuestros padres.

    Un saludo.

  5. Es que los juegos son como las películas o incluso las personas: a unos nos marcan unos y a otros otras, pero siempre tenemos un rincón en nuestro corazón para algunos de esos juegos. Y lo que tengo mas que claro es que no tiene nada que ver con texturas, pixels, notas de críticos ni nada de eso. Creo que es algo totalmente pasional y emocional.

    Saludos.

    PD: Me alegra mucho que os haya gustado la dedicatoria. Creo que nuestros padres, por mucha lata que nos hayan dado cuando jugábamos demasiado, nos han ayudado mucho a ser auténticos jugópatas.

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