¿Sería un buen jefe?

Es lo que tiene tener algo de buena compañía mientras uno trabaja. Se puede trabajar igual que estando solo, pero mucho mas a gusto, conversando y charlando sin necesidad de dejar de trabajar. El otro día, en estas conversaciones con la nueva compañera, hablando de todo un poco y de la empresa en particular, me dijo que como jefe no valdría porque me tomarían por sopa, que seguramente no me acabaría de imponer. Rápidamente dije que no, pero el gusanillo se me quedó ahí pendiente y se me ha ocurrido escribir este post.

Mi principal argumento al respecto es que sería mucho mas cabrón de lo que la gente se pueda imaginar, y para explicarlo, tengo que remontarme a hace unos años, cuando no trabajaba en mi empresa actual.

Creo que me puedo enorgullecer de haber trabajado solo en dos empresas desde que empecé mi vida laboral (no cuento las prácticas de empresa en el instituto). Y me enorgullece especialmente porque de mi anterior trabajo me fuí después de 13 años, porque quise, de buenas maneras, dejando buenos amigos y con las puertas abiertas por si quería volver algún día. En esta empresa, nuestro jefe era bastante «característico», como diría alguien que conozco. Todo un personaje, liánte, embaucador, un auténtico vendedor de crecepelo de feria. Era capaz de vender a arena en el desierto si se lo proponía, pero siempre tenía un punto positivo. Tampoco engañaba a la gente hasta arruinarla, sabía hasta que punto podía apretar a cualquiera sin llegar a reventarlo. Un crack para los negocios como empresario.

Como jefe, tenía también una mentalidad muy particular. Durante todo ese tiempo, una vez que pasaron los primeros años y cogí experiencia, me sentí mi propio jefe. El sabía perfectamente delegar, que trabajo dar a cada uno y como hacer que te sintieras responsable de él. Aunque teníamos un horario, el prácticamente nunca estaba allí para controlarnos. El asignaba tareas que cada uno tenía que cumplir, además de lo que iba surgiendo día tras día. Tu te lo montabas como quisieras, el solo quería ver los resultados, le daba igual como lo hicieras. Y rara vez se metía en medio de como tu te organizabas. Solo cuando surgía una prioridad para el (que siempre eran justificadas), te obligaba a dejarlo todo para atender su urgencia.

Durante todo el tiempo que estuve allí, nunca faltó trabajo. Por supuesto había días mas tranquilos, pero también días mas complicados. Aún recuerdo esa noche que pasamos integramente en vela en Burgos, a 0 grados, trabajando un compañero y yo en la habitación de aquel hotel, para poder llevar el ordenador listo a las 8 de la mañana al cliente que lo estaba esperando. Fue un imprevisto, pero nosotros sabíamos que teníamos que hacerlo, fuera como fuera. No necesitamos que el nos llamara para decirnos «quedaos sin dormir, que eso tiene que estar listo», sabíamos que teníamos que hacerlo. Punto. O los sábados y domingos trabajando a partir de las 10 de la noche en un almacén de muebles para preparar los ordenadores. Nosotros mismos nos imponíamos esos horarios cuando era necesario. Luego, llegaba un día que estabamos mas tranquilos, o que necesitabamos hacer una compra o unas gestiones y el jefe tampoco se metía en eso.

Sabía perfectamente que podía contar con nosotros y que no le fallaríamos. Cuestión de confianza en su equipo. Pese a los muchos puteos que me llevé y al mucho trabajo (a la larga, si sumabas lo que aportabas de mas con lo que podías tener libre, siempre salía ganando la empresa), le sigo guardando mucho cariño a ese jefe de tantos años y a su forma de trabajar. El supo montar un equipo en el que podía confiar, porque no era solo yo, éramos todos los compañeros por igual, todos a una cuando hacia falta, pese a las rencillas y encontronazos habituales en cualquier trabajo. Y esa sería mi mentalidad de jefe: hacer un equipo, selección. Y directamente en quien no pudiera confiar, no estaría en ese equipo.

Vi mucha gente entrar, durar unos meses y salir por la puerta de atrás. Porque no se podía confiar en esas personas. Por supuesto, no hablo de robar o cosas así, hablo de confianza a nivel de equipo. Yo, como jefe, tendría la misma actitud. Un jefe no puede tener un equipo al que tenga que estar azuzando día tras día para que trabaje. Tampoco puedes obligar a la gente a trabajar al 150% durante todo el tiempo.

Es como los coches. Puedes llevarlos un rato a 180KM/h, pero si los llevas siempre a esa velocidad, acabas quemándolos. Igual con las personas. Pero si es bueno llevar el coche a 100Km/hora sabiendo que, si lo necesitas en un momento puntual, el coche te dará caballos de mas para salvarte de una situación de peligro.

Por eso digo que, seguramente, yo sería un jefe muy cabrón, porque no me dolerían prendas en ningún momento para deshacerme del lastre, de la gente en la que no pudiera confiar. En mi empresa, por ejemplo, yo me desharía de unas cuantas personas. Así de claro. Les daría su oportunidad, les haría ver lo que quiero y observaría si son capaces de responder. Si no lo hicieran, haría como mi antiguo jefe: salida por la puerta de atrás y que entrara otro a ver si responde bien. A los que respondieran como yo espero, sin duda los mimaría y cuidaría, pero los que no valen, no los necesito. No supondrían mas que un lastre para que todo el equipo funcione bien.

Yo creo que, como jefe, a lo que mas importancia tienes que dar es a la gente, es el principal valor de una empresa. Si alguien vale, tienes que cuidarlo, recompensarlo, hacerle saber que lo valoras, darle confianza y demostrarle que confías en el. En cambio, la gente que no vale es como una mala hierba en el jardín, hay que cortarla para que no crezca y no contaminen al resto

Por lo que he visto en mi antiguo y en el nuevo trabajo, creo que si serviría como jefe. Me veo capaz de motivar a la gente a trabajar, de hacerles ver a cada uno lo importante que puede ser (porque realmente lo creería), y también me veo capaz de deshacerme de las malas hierbas. No se.

De todas formas, como ya he dicho en alguna ocasión, no quiero ser jefe. No me apetece. Prefiero que me paguen a final de mes y no calentarme la cabeza. Soy muy cómodo en ese sentido. Pero si tuviera que serlo….

3 comentarios en «¿Sería un buen jefe?»

  1. Me has dejado sin palabras. Que bonito recordar aquellos tiempos. La verdad es que hubo dias muy duros, movidas muy chungas pero al final te queda lo mejor y sin duda esos fueron los mejores años en mi vida laboral. Tienes razon con todo lo que has dicho de ese jefe. El otro jefe era tambien un poco particular, ya sabes, pero sin duda sabian motivar a la gente y sabian lo que se podia esperar de ellos.
    Totalmente de acuerdo con todas y cada una de tus impresiones, compañero, com casi siempre.
    ¿Te veo como jefe? Ufff, pues sinceramente no lo se. De nuestras conversaciones cerveceras deduzco que tienes grandes ideas y tienes muy claro cual es el principal activo de una empresa : sus trabajadores. Creo que sabrias como mimarlos y por supuesto como motivarlos. Pero aun asi me cuesta trabajo verte como jefe despues de tantos años como colega, que quieres que te diga … jejejeje. Ya en serio, creo que tienes razon.
    Muy buen post, si señor … pero … ¿Que es eso que he cito en el Twitter de seguir o no con el Blog personal?. Pero si es genial !!! Te sirve de desahogo y te refleja tal y como eres, tio no lo dejes …

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