Emprendedores

Emprendedores

ElPerroQueAyudaLlevo unas semanas con ganas de emprender algún negocio. Ganas de ser mi propio jefe en algo que me llene, que me ilusione y por lo que luchar. No hablo de abandonar mi trabajo, pero si de complementarlo con algo más. No es necesidad económica, es necesidad «emocional», por decirlo de alguna manera. Quizás centrar este blog para convertirlo en algo más formal, montar una tienda virtual de algo… no sé, algo más serio. Igual es una crisis de los 40 un poco tardía, no lo tengo claro.

Y el caso es que a mi alrededor tengo unas cuantas personas a las que envidio, sanamente, por ese espíritu emprendedor y luchador. Unos cuantos emprendedores que han pensado en algo y están luchando para sacarlo adelante, a base de sueño y sueños, como me dijo una vez una amiga. Una de ellas, como podréis imaginar, es Alicia, que anda todo el día volcada en cuerpo y alma a su web, maquinando cosas y trabajando para hacerla crecer día tras día, sin descuidar el resto de su vida, pero tengo algunos ejemplos más. Un ex-compañero de trabajo que a principios de año decidió dejar la «tranquilidad» de un trabajo estable para emprender un proyecto en el que cree y al que auguro buen futuro. O Ruth Martín que está poniendo en marcha un nuevo proyecto relacionado con el periodismo y que estoy deseando que sea público y poder disfrutarlo. Otro es un amigo que ha montado una web y que le está funcionando genial, al punto de que empieza a tener contactos con gente importante para colaborar. O la Amiga Mamen, que con su web de comida está intentando levantar algo importante a base también de esfuerzo. Pero permitidme que hoy os hable del caso de mi hermana Diana.

No suelo hablar mucho aquí de mi familia más que de tiempos pasados a modo de recuerdos, pero hoy quiero hablar de mi hermana porque su empeño en poner en marcha El Perro que Ayuda me parece de lo más loable. Igual es de esas cosas que no suelo decirle, pero espero que lo sepa o que al menos lo descubra hoy. El Perro que Ayuda es una asociación que ha montado mi hermana a base de perder muchas horas de sueño y diversión, de hacer horas extras para pagar cursos, de empeñarse en que podía funcionar un proyecto así, que por cierto os invito a conocer porque os gustará. Es de esas cosas que no se consiguen si no es con fe absoluta en lo que estás haciendo y disfrutando hasta en los malos momentos. Y no es que esté viviendo de esta asociación, ni mucho menos. Más quisiera ella que poder dejar su trabajo y centrarse en ella, pero a base de esfuerzo sí está consiguiendo tener cierto reconocimiento y que la llamen, por ejemplo, de la fundación Purina para colaborar con ellos en proyectos que le apasionan. Y me alegro mucho por ella.

Ver que en los tiempos que corren, con tantos problemas para todos, donde parece que lo único que nos queda es aguantar el chaparrón, hay gente que apuesta por seguir adelante, independizarse y montar su propia empresa persiguiendo su sueño, debería llenarnos a todos de esperanza. Porque hay gente con ganas de trabajar, de luchar por sus sueños. Y es una pena ver cómo a esta gente no sólo no se le ayuda lo suficiente desde el Estado sino que se le ponen continuas zancadillas. Echad un vistazo al último post de Ruth y veréis a lo que me refiero.

Si se pusieran las cosas un poquito más sencillas estoy convencido de que en este país hay talento y corazón de sobra como para que las cosas fueran mucho mejor. Tengo ejemplos muy cercanos de ello.

1 comentario en «Emprendedores»

  1. Vaya…

    Este post lo leí el día que lo publicaste, probablemente desde el teléfono y con prisa (como últimamente)

    Me quedé con ganas de comentar y lo dejé para otro momento.

    Hoy que estoy por aquí releyendo cosas, entro de nuevo y veo que no hay ningún comentario…

    Pues es un post para comentar.

    Yo hoy debería estar concentrado en el trabajo al 100% y no lo estoy (estoy leyendo y escribiendo aquí)… ¿por qué?

    Pues precisamente por el motivo del post. ¡Estoy cansado!

    Tras 11 meses de paro y también de ilusiones, tuve la suerte de que alguna de las múltiples opciones que habían revoloteado desde que paré de trabajar, cuajaron y aún tuve que elegir. Y es que tal y como está el patio, ¿cómo decir que no? y aun trabajo además muy bueno.

    Pero es que me da la sensación de que he perdido una oportunidad de hacer otras cosas que quería hacer… y aquí estoy, arrastrado por el día día laboral sin estar del todo a gusto y con ideas en la cabeza.

    Si tienes un plan… ¡hazlo!, intenta compaginar con el curro mientras puedas, pero empieza lo otro que tengas… y cuando sea el momento ¡a soltar lastre!

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