Mi relación con Twitter
Resulta que el día 26 de julio, el próximo miércoles, es mi aniversario en Twitter. 15 años hará que me di de alta en la red de pajarito pio pio. Mucho tiempo, muchos twits, muchos cambios en la red y muchos cambios en mi relación con ella.
Tranquilo, este no es otro post anti Elon Musk anunciando el fin de los días porque se está cargando Twitter. Por supuesto tocará hablar de él pero no va de eso este boletín.
Te recuerdo el título: MI relación con Twitter. Hay miles de post contando toda la historia de Twitter con pelos y señales. Aquí lo que te voy a contar es MI historia, que puede o no ser parecida a la tuya o la “oficial”, pero es lo que yo he vivido.
Empecemos por el principio.
¿Qué es esto de Twitter?
Eso es lo primero que pensábamos cuando allá por 2007 o 2008 se empezaba a hablar de una red donde sólo se podían escribir mensajes de 140 caracteres. Sin imágenes, sin enlaces, sin hilos, sin nada de nada. Sólo 140 letras lanzadas a un mundo muy pequeño en aquella época.
Unos pocos frikis de esos que nos metemos en todo lo que escuchamos nuevo por eso de no perder nuestro “nombre” y tener luego que convertirnos en Dagarin_es o alguna chorrada así porque nuestro querido nick está ya pillado.
No recuerdo si ya existían los mensajes directos o no, sí que existía lo de mencionar a ciertos usuarios y tal, pero todo contaba como carácter. Esos 140 caracteres eran oro y una de las cosas que le deban vida a Twitter. Tenías que condensar una idea en ese espacio. No valía eso de escribir modo SMS acortando las palabras. Aquí la idea era usar tu ingenio. Y la imaginación de la gente era desbordante.
Twitter y el smartphone
Para mi el boom de Twitter llegó con el iPhone, con el smartphone en general. Que un pensamiento te asaltara por la calle y poder compartirlo así de fácil era maravilloso. Obtener reacciones, leer pensamientos así de espontáneos de otros Twitteros, ver como avanzaban sus vidas en tiempo real.
Porque en esos años, para mi gloriosos, Twitter era la vida en directo. Seguías como iba la vida de tus amigos twitteros y ellos la tuya. La comentabas, charlabas, opinabas… era tener un gran grupo de amigos repartidos por todo el mundo. Bueno, en mi caso España, porque nunca fui de abrirme a más países, no sé porque
Se establecían relaciones bastante fuertes, y no hablo de amoríos. Hablo de amistad, de amigos que considerabas reales. De gente con la que reíais y llorabas. Yo mismo hice en aquella época alguna ruta de “desvirtualización”, recorriendo varios lugares de España sólo por tomar una cerveza o un café real con alguien que sólo conocías en el mundo de Twitter.
Era una sensación maravillosa porque toda la barrera de conocer a alguien estaba ya rota. Todo el trabajo de saber qué te gusta, qué piensas… todo estaba hecho. Era como ver a un amigo que hacía tiempo que no habías visto. Fueron años de oro para mi que recuerdo con un cariño tremendo.
Todos éramos iguales ante la ley… de Twitter
Algo que sentía en aquella época es que Twitter nos igualaba a todos. Hablabas con un periodista, un músico, un político, gente de más o menos nivel adquisitivo… todos teníamos 140 caracteres y un nombre con una “@“ delante. No había mas, todos éramos iguales ante la ley de Twitter.
Imperaba el respeto, las normas de educación, la amistad, lo FF para recomendar a gente que te interesaba y que pensabas que podía interesar a tus amigos. Eran tiempos en que leía todos los twits que me llegaban, todos. Tenía programas que sincronizaban mi muro para poder seguir desde donde lo había dejado. No había publicidad, los twits aparecían en orden, no te metía en tu TimeLine twits patrocinados ni de gente que el Sr. Twitter pensaba que te podían interesar, ni bajaba los twits de tus amigos de posición. Tiempos pre-algoritmos.
Twitter evoluciona
Poco a poco fue añadiendo cambios. Podías enviar fotos, vídeos, enlaces a otras páginas, los twits duplicaron su tamaño, llegó el algoritmo que lo destrozó todo porque ya no veías la vida de tus amigos en tiempo real. Ahora ves un escaparate de twits. Llegan los interminables hilos (ya no tienes que estrujar tu ingenio para soltar una idea), encuestas, mensajes de voz, lo de los Spaces… y el odio.
Twitter ya no es una fiesta de amigos, es un campo de batalla donde soltar tu ira. Un terreno lleno además de Community Managers manejando las cuentas de la gente de cierta relevancia, ya no hablas con ellos. Los medios de comunicación, las hordas de gente que generan Trending Topics forzados, las cuentas falsas… Y Twitter deja de tener gracia. Ninguna gracia.
Y el años pasado llega Elon Musk, para dar la puntilla. Prácticamente te obliga a pagar si quieres que tus twits se vean, prioriza la poca publicidad que le queda, empieza a poner más y más trabas para todo el que no pague. La última, no dejarte ver mas de 1000 twits al día si no estás pagando. Con la excusa del escaneo de datos que están haciendo las Inteligencias Artificiales para ampliar sus conocimientos. Pero debe entender que a los que pagan Twitter Blue no los leen porque ellos sin pueden leer 10.000 twits al día por el mero hecho de pagar. Y así todo.
Me gustan los perdedores
He estado varios años que apenas he entrado en Twitter. No me enfadé, no di ningún portazo, simplemente dejó de interesarme por completo. Salió así de natural. No veía cosas interesantes, no sé si la gente a la que quería se fue o Twitter la fue sepultando y no me apetecía luchar contra ese maldito algoritmo para ver lo que veía antes.
Sin embargo, tengo cierta predilección por los perdedores y estos días estoy entrando un poco más en Twitter. Sigo viendo el odio, sigo viendo estas cosas de Mr. Elon, pero también veo a gente que en su día me interesaba. Además, eso de ir viendo como cae ese monstruo que se creo me hace tener cierta esperanza de que vuelva a ser ese reducto de 4 frikis, no lo sé.
Lo veo desde muy lejos, sin darle mucha importancia a lo que leo, pero de vez en cuando hecho un ratito viendo que se cuece por ahí. No sé que pasará, pero ahí estaré. Después de 15 años aquí no me voy a ir a ningún Mástodon ni similar. Por ahora, que quien sabe lo que pasará cuando Meta saque el “Twitter” que está cocinando y al que se espera en breve.
Cositas de Málaga
No es exclusiva de Málaga, pero hay palabras que a mi me suenan muy malagueñas. Quizás por haberla escuchado tanto a mi madre y mis tías, que son lo más malagueño del mundo. Sobre todo mis tías hablan muy “del Perchel”, el barrio malagueño donde se han criado. Ellas cuando van al mercado a comprar los ingredientes para un puchero, potaje o lo que sea que van a cocinar, no compran los ingredientes, compran “los avíos” del puchero. A mi me suena tan malagueño como los espetos de sardinas o los boquerones en vinagre y, aunque se use cada vez menos, la reivindico como palabra que hay que decir más.
La imagen
A falta de una, dos. ¿Te quedas en con esta Luna en blanco y negro o en color?
La recomendación
Apple TV+. Hoy no te recomiendo ninguna serie en concreto pero es que resulta que llevo unos meses enganchado con AppleTV+. Cogí yo los 3 meses gratis que regalaba no recuerdo quien y me he ido enganchando de serie en serie y aquí sigo. Ciertamente no tiene bombazos tan llamativos como Netflix o HBO pero lo cierto es que siendo de las más baratas (6,99€) tiene un ritmo tranquilo pero machachón. A veces no se trata de cantidad sino de calidad y a mi me está sorprendiendo estos meses. Si no lo has probado nunca seguro que encuentras en alguna parte alguna promoción para probarlo dos o tres meses. The Morning Show, Silo, Ted Lasso, Mythic Quest, El premio de tu vida, The crowded room, Severance…
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