El cuerpo lo pide
No sé si soy el único que se deja llevar por lo que el cuerpo le pide. Muchas veces, quizás demasiada, siento que me dejo llevar por las circunstancias, el entorno, lo que el cuerpo me pide… y no tengo demasiado control sobre mi vida.
Tengo una amiga a la que le encanta hacer planes de futuro, sobre todo sobre su jubilación aunque aún le queda, pero en general planea su vida. Yo quizás doy a entender a la gente de mi entorno que soy una persona que me gusta tener las cosas controladas. No soy de los de quedar de hoy para mañana salvo que la cosa encarte (el cuerpo lo pida) y me gusta llevar cierto orden y planificación en el trabajo pero lo cierto es que más allá de un par de semanas soy incapaz de planear nada.
Inicié este año con muchas ganas de hacer cosas, muchos proyectos, planes, etc. Muchos se han ido cayendo por el camino y otros van surgiendo, así voy. El cuerpo manda, no yo. Y suelo hacerle caso.
Tenía en mente hacer un podcast. Sí, yo con mi voz de pito, pero es un mundo que me atrae y tenía ganas de hacerlo. De hecho tengo grabado medio piloto y un capítulo. La idea era lanzarlo en septiembre, que es cuando todo se pone en marcha en este país, pero el cuerpo me ha dicho que no. Cada vez que me iba a poner a trastear para hacer uno surgía algún plan mucho mejor, como tender ropa, tenderme yo en el sofá o cualquier cosa. El cuerpo me estaba diciendo que no me metiera en algo que, al final, no iba a llegar a ninguna parte.
Y como esas todas. Hace tiempo me plantee dejar las redes sociales de lado. Desinstalar Facebook, Twitter, Linkedin, Instagram… y me duraba un día. Volvía a instalarlos con cualquier excusa en unos días. Pero ahora no. Por circunstancias he estado en El Lado Oscuro, me pasé a Android unos días y dejé mi mundo iPhonero. Aproveché que tenía que reinstalar en lugar de la habitual restauración que hago con el iPhone y no instalé Facebook ni twitter. Linkedin hace tiempo que lo desinstalé. De nuevo el cuerpo me lo ha pedido, no he sido yo el que ha mandado, pero ahí estoy tan feliz.
Vuelvo a estar en Twitter unos días pero algo me dice que no demasiado. He vuelto a iPhone y Tweetbot, la aplicación que uso, es maravillosa mientras que la oficial de Twitter y otras que he probado por Android son pésimas, razón de más para abandonar el pajarito azul.
Pero no lo digo fuerte, lo digo sabiendo que el cuerpo me lo ha pedido así pero sin garantías de que pasado mañana lo instale de nuevo. Eso sí, Facebook difícilmente vuelva a estar entre mis apps. Nunca fui muy amigo de esa red y sólo necesitaba una excusa para alejarme de ella.
Total, tonterías todas. Que lo mismo me pasa con el Blog. Que llevo unas semanas liado con un nuevo proyecto y de vacaciones totales y os tengo abandonados. Y me consta que algunos me echáis de menos. No cierro, tranquilos, pero si vuelvo a la inconstancia. A escribir cuando el cuerpito me lo pida, como hoy.
Porque el cuerpo es sabio y a mí me gusta hacerle caso.
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