El Comité – Todo se precipita

El Comité – Todo se precipita

Lunes,  7 de Agosto de 1961

Todo se precipita. Hoy ha quedado claro que nadie va a esperar a finales de año para empezar la construcción de El Muro. Tal y como yo he ido comprobando últimamente es un secreto a voces. Todo Berlín, buena parte de Alemania y posiblemente del mundo conoce la existencia de los planes para construir El Muro. No tiene sentido demorarlo porque además va a provocar, como ya está haciendo, problemas adicionales.

Hoy estábamos todos los miembros de El Comité, Walter incluido. Últimamente no había aparecido en las reuniones. Se ve que ha dejado el trabajo de campo rutinario para Erich pero hoy no es tema rutinario. Hoy ya son palabras mayores. Ha resultado muy raro verle aparecer en mi despacho. Nada de salas de juntas, directamente en mi despacho los 12 miembros de El Comité, incluido también ese personaje ruso del que sigo sin saber ni su nombre y que dudo que llegue a conocerlo. La reunión la ha abierto cuando hemos llegado todos, puntuales como siempre, Erich aunque esta vez sólo para ceder la palabra a Walter.

Nos ha contado que por fin han conseguido que desde Moscú se de el beneplácito a la construcción del muro y que nos ayudarán con toda la propaganda, logística e incluso defensa si hiciera falta de cara a la OTAN o a cualquier posible amenaza militar que surja. Se nota que está contento, por fin todo marcha y la construcción de El Muro carece de inconvenientes. Para él, todo son ya ventajas. Tras la noticia nos ha informado que todo se tiene que acelerar. Tienen conocimiento de que la RFA sabe nuestro plan y pretende iniciar campañas de descrédito antes incluso de que se construya. No quiere darles esa oportunidad.

Nos hace una pequeña arenga felicitándonos por el trabajo realizado y nos desea suerte para lo que queda. Es duro, lo sabe, va a ser duro. No es nada fácil lo que estamos haciendo pero vamos a hacer historia. El Muro de defensa anticapitalista, así lo ha llamado, va a ser un hito en la historia y una maravilla para nuestra ciudad. Está muy contento y nos pide un último esfuerzo. La construcción quieren empezarla a finales de este mes, primeros de septiembre como muy tarde, así que nos pide a todos este último empujón confiando en que lo conseguiremos.

Nos pide disculpas por tener que marcharse y se despide dándonos la mano uno por uno. Con serenidad y con confianza, mirándonos siempre a los ojos. He notado una firmeza en su mano que no he notado en otras ocasiones. El hombre de Moscú, como creo que voy a empezar a llamare si es que le vuelvo a ver, se ha esfumado tras él. Como siempre sin mediar palabra. Sólo está, observa y supongo que transmite información a quien corresponde. No participa, es un notario silencioso.

Una vez que se han marchado, Erich ha tomado el relevo en guiar la reunión. No tenemos nueva misión, solo recordarnos que pongamos en marcha todo lo necesario para trasladar el material de las barricadas al centro de aprovisionamiento, el hangar en las afueras, para que esté disponible como ha transmitido Walter a finales de mes. Nos dice que no pensemos que tenemos tanto tiempo, es muy probable que sea cuestión de semanas, un par de semanas, y sabe que podemos hacerlo sin problemas. De hecho las reuniones van a ser ahora diarias en este despacho. Cada día a las 9 veremos cómo van los movimientos e iremos viendo si hay que corregir algo.

Nos cuenta además que por desgracia tenemos que empezar a reforzar ya los controles. La voz se ha corrido por todo Berlín y muchos ciudadanos de nuestra zona están abandonándola para quedar al otro lado. Siempre ha ocurrido pero desde primeros de agosto, hace una semana, se han contabilizado más de 20.000. No es normal ese volumen, eso es lo que se había producido en todo lo que llevamos de año. La gente que trabaja en Berlín Oeste y vive en el Este está aprovechando para cruzar la frontera y no volver por si la cosa se complicará. Lo que yo le proponía a Olga hacer por precaución pero en sentido contrario. Debemos establecer más controles y si alguien va a trabajar que sea el o ella quien cruce, no toda la familia.

Debemos tener cuidado cuando la gente cruce los fines de semana porque muchas personas no están volviendo, no se puede consentir. No sólo nosotros lo estamos viendo, la RFA también y está publicando alguna noticia al respecto. No es llamativo, no están creando mucho revuelo pero todo es importante. Nos queda más o menos un mes y hay que tener cuidado con todo.

Yo no podía parar de pensar en Olga. La cosa pinta mal. Hoy me da la impresión de que todo o casi todo lo que me han estado vendiendo va a ser mentira. O digamos que me lo han dulcificado. De otra forma no entiendo que pretendan que evitemos que la gente huya. Lo que deberíamos hacer es informar. Comunicar la verdad para tranquilizar a nuestros ciudadanos. Decirles que no van a tener problemas para seguir cambiando de zona. Eso es lo que me han dicho a mí. Y me tranquilizaron. A mí, a Heidi, a Olga….

Creo que debo compartir estas sensaciones con ellas. Las dos están ya al corriente de todo lo que ha pasado antes. Debería quedar con las dos y contárselo. Olga debe venirse con nosotros. Al menos los primeros días, por lo que pueda pasar. No dejarlo todo, pero si trasladarse un tiempo. Es testaruda, pero espero que entre Heidi y yo podamos convencerla. Tengo que comentárselo a Heidi mañana mientras desayunamos, lo acabo de decidir. Que la llame y la ponga al corriente. Prefiero que lo haga ella. Tanto por ser hermanas como porque siento que ella estará menos vigilada que yo, o eso espero. No me fío de hacer esa llamada o ir en su búsqueda. Esto si podría considerarse conspiración o algo similar.

Prefiero que se encargue Heidi aunque si hace falta iré a buscarla y la arrastraré a nuestra casa. No puedo permitir que Heidi se quede sin su hermana y mayor apoyo. No puedo permitirme quedarme sin Olga.


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