El Comité – El mapa

El Comité – El mapa

Martes, 13 de Junio de 1961

Ha sido una reunión extraña la de hoy. Pese a estar «en casa», no me he sentido cómodo en ningún momento. Las caras eran serias. No estábamos todos, sólo los 5 jefes de acuartelamiento de las Volkspolizei, incluido yo, y Erich. Empiezo a tener claro que él va a ser el director de orquesta. Todos hemos llegado con nuestros deberes hechos, lineas dibujadas a lápiz en cada mapa como si supiéramos que os iba a tocar borrarlas,  y los hemos puesto en común con Erich y entre nosotros.

Hay que tener en cuenta que las fronteras llevan años siendo difusas. Desde que terminó la guerra Berlín ha sido un puzzle que han intentando dividir siempre en lugar de unir. Quedó claro tras el final de la Primera que nuestro país unido se levantaba aún con más fuerza. Los vencedores se preocuparon de dejar nuestra querida Alemania no sólo arrasada sino bien repartida. Y como símbolo de esta «desunión» eligieron mi ciudad.

Yo apenas recuerdo un Berlín unido y en pie, pese a vivir toda la vida aquí. Nací justo entre las dos guerras y cuando aún no estaba en orden mi ciudad volvió a sufrir otra terrible guerra. Esta vez mucho peor, con bombardeos que dejaron manzanas enteras destrozadas. No llegué a participar en la guerra que me tocaba. Mi padre murió joven y casi al principio así que mis tíos me mantuvieron al margen para no perder más miembros de la familia. Viví el horror de los combates como un espectador privilegiado.

Los últimos paseos militares de los vencedores sobre mi ciudad en ruinas me dolieron especialmente. Mucha gente les aplaudía. Eran el símbolo de la llegada de la paz y volver a hacer nuestras vidas pero desde el principio se vio que no iba a ser tan fácil. Habían ganado y los ganadores necesitan exhibir sus trofeos. Se repartieron el país como si de un premio se tratara y lo escenificaron perfectamente en mi ciudad, en la capital.

Franceses, ingleses, estadounidenses y rusos se repartieron la ciudad por barrios en un mapa, como nosotros intentamos hacer ahora. Instalaron puntos de control, cuarteles, oficinas… Cuatro zonas de control como las cuatro zonas en las que se dividió el país. Se trazaron lineas imaginarias entre unas zonas y otras y las discusiones para saber de quien era cada calle eran continuas. Pronto se supo además que los 4 bandos iban a terminar siendo dos, como así fue. Este y oeste. Nuestro sistema socialista y su sistema capitalista, al que pertenecían las otras tres fuerzas de control.

No tardaron mucho en desaparecer barreras y fundarse nuestras dos naciones. O mejor dicho dividirse nuestro país en dos. Nosotros y ellos. Federales y demócratas. RFA y RDA. O quizás debería poner RFA vs RDA. Suena más apropiado.

Las fronteras a lo largo del país se organizaron con cierta rapidez pero nadie quería renunciar a su trozo de Berlín. Y por supuesto lo entiendo. Pero de nuevo las fronteras, las zonas, las calles… quedaron difusas. Han estado difusas desde entonces y ahora pretenden definirlas, aún no nos han dicho claramente el motivo aunque todos lo intuimos.

La tarea era pues sencilla. Indicar en el mapa por qué calles discurriría esa separación que ya no se movería. No serían esas barreras de quita y pon que llevamos años manejando, esas que en muchas ocasiones no es más que un obstáculo que saltar para nuestros conciudadanos. Iba a ser un muro real en un par de años. Los pasos iban a estar limitados a ciertos puntos. De eso se trataba. Y por las palabras de Erich ninguno lo habíamos entendido bien. Intento recordar lo más exactamente posible sus palabras.

«No es un mal borrador, pero necesito que lo concretéis. Necesito que me marquéis en esas lineas dónde consideráis justo colocar las barreras. A qué lado de la calle o si en el centro. No pretendemos quedarnos con todo Berlín, queremos ser justos. Pensad en el tráfico de vehículos de cada calle, los comercios, las personas que viven a uno y otro lado. Pensad cada mínimo detalle. Va a ser un gran muro que, una vez construido, no tendrá marcha atrás. Llevaos esos planos y los ajustes que habéis hecho en esta reunión. Reflexionad. Pensad. Nos vemos en 10 días, el viernes 23»

Creía que era lo que habíamos hecho pero lo cierto es que sin demasiado detalle. Habrá que ponerse las pilas un poco estos días.


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