Excalibur

Excalibur

ExcaliburEsto me pasará por meterme en camisa de once varas, pero hoy me apetece hacer un alegato sobre Excálibur. Por si no lo sabéis, cosa que dudo, Excálibur es el perro de Teresa Romero, la primera (y de momento única) infectada por Ébola en España. Y en Europa y creo que en todo el mundo fuera de los países que son el centro de la epidemia. Tenemos ese triste honor.

Y llevamos meses ya escuchando acerca del Ébola y se lió parda cuando repatriaron al primer infectado español aquí, cosa que nunca entenderé porque traerle a morir con el riesgo que conllevaba nunca lo entendí. Y la suerte, como ahora se ha demostrado, hizo que no pasara nada. Y ya puestos pues nos traemos a otro a morir aquí, porque es a lo que les hemos traído. Pero esta vez no hay tanta suerte. Nos traemos al segundo y la pobre Teresa se infecta. Una voluntaria que se presta a cuidarle y a desinfectar la habitación cuando fallece. Sólo dos veces entra en zona de riesgo y fíjate tu que se infecta.

Pues ahí tenemos a la primera infectada que además se pasea durante 10 días por España como si nada. Se depila, compra el pan, pasea al perro, va a urgencias como haría cualquier hijo de vecino con un dolor de estómago… Hasta que detectan que tiene el virus del Ébola. Y bueno, en esas estamos.

Averiguando con quien estuvo, aunque difícilmente podrán saber con quien compartió metro, ascensor, cola en el súper… y tal. Demasiada suerte tenemos de que el virus dichoso no se transmita por el aire que si no estaríamos ya en cuarentena hasta en Málaga. En fin. Pero no quería hablar sólo de eso, que me parece horroroso y que daría para mucho, como ese tipejo que se dedica a acusar a esta mujer de no ser capaz de ponerse un traje porque no todo el mundo tiene la misma inteligencia. No. Hoy os quiero hablar un poco de Excálibur.

Si, ese pobre perro al que han sacrificado hoy «por si» podía contagiar el Ébola sin saber siquiera si lo tenía. Nada, aquí se ha aplicado lo del «muerto el perro se acabó la rabia», solo que aquí ni rabia ni se ha terminado todo. Por supuesto que es injusto, por supuesto que las cosas deberían hacerse de otra manera pero no deja de sorprender que meses después y miles de muertos después sea un perro el que consigue hacerse Trending Topic mundial.

A nadie la ha importado una mierda que más de 3.000 personas hayan muerto en África. Total, son negritos de esos que se ven en la tele mientras cenamos. Da igual. Que pena, pero vamos a terminarnos la tortilla antes de que se enfríe. Nadie se ha tirado en tromba hacia donde corresponda para que se envíen refuerzos para luchar contra la enfermedad, como he visto que hacía uno hombre hoy contra la furgoneta que llevaba el cadáver de Excálibur. Bah, pasando. Eso está muy lejos.

Ni siquiera he visto la misma movilización hacia Teresa que, según las estadísticas, tiene muchas papeletas de correr la misma suerte que Excálibur. Nadie se ha lanzado contra el ministerio de sanidad exigiendo esos tratamientos experimentales para Teresa. De repente lo único importante era el perro.

Me encantan los perros, los adoro aunque por razones varias no tenga ninguno. Odio el maltrato animal y pienso que a quien cuelga un galgo deberían hacerlo lo mismo o quien mata un toro deberían condenarle por maltrato. Pero de ahí a elevar a tragedia nacional el sacrificio de Excálibur va un mundo. Al menos hasta que no vea a toda esa gente manifestándose para que no sigan muriendo a cientos los «pobres negritos» de África.

Cada cosa en su justa medida, es mi opinión. Me apena lo que le ha pasado Excalibur, pero montar un drama cuando el drama real está en Guinea, Liberia, Senagal… me parece sacar las cosas de tiesto.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.