El deseo

El deseo

Iphone 5 amarilloComo ya sabréis casi todos el próximo viernes se ponen a la venta en algunos países, entre los que no está el nuestro, los nuevos iPhone 5c. Esos maravillosos productos de tecnología punta, totalmente revolucionarios, que marcarán un antes y un después en la historia de la telefonía móvil. Léase con ironía todo lo anterior, como ya sabréis si leísteis mi post de ayer sobre los iPhone 5c. Las reservas han estado abiertas desde la semana pasada y, como viene siendo habitual, se agotaron. En este caso se esperaba con atención saber que modelo era el preferido por los usuarios principalmente respecto al color. Y el ganador fue…. el Amarillo Pollo!!! Ese fantástico móvil color amarillo que difícilmente perderéis nunca porque creo que salen incluso en las fotos de Google Earth. Ese que veis en la foto de la derecha. Si, ya está agotado desde el pasado fin de semana y no se sabe exactamente cuando volverá a poder comprarse.

Igual estáis pensando que se me ha ido un poco la pinza y que me he equivocado en el título del post, pero no, jóvenes padawans, todo tiene su explicación. Y es que el deseo es un arma muy poderoso. Desear algo te hace ser impulsivo e inconsciente. Actuar por deseo anula el raciocinio, es algo carente de lógica. El deseo no suele despertarse con la lógica y normalmente el deseo se aviva cuando no se puede tener algo. Esto es así en todo el mundo y desde que el hombre es hombre, que sepamos. El deseo por lo prohibido fue, si hacemos caso a La Biblia, lo que hace que ahora no estemos en el paraíso, vestidos con hojas de parra y disfrutando de la vida. El deseo hizo a Eva pecar y así nos va desde entonces.

Jugar con el deseo, con hacer creer que no puedes tener algo, mueve el mundo. Es la base de la seducción. Una técnica que las mujeres dominan a la perfección y que si hacemos caso a este post de Alicia Young, y yo le hago mucho caso a lo que dice Alicia en sus post, los hombres también vamos dominando. Por lo menos algunos. Es juego de no me puedes tener aviva sin duda el deseo de la otra persona. Y le hace olvidar la razón y actuar por impulso.

Y ahora direis, a este tío se le va definitivamente la olla. Noooo porque ahora retomamos el asunto iPhone 5c. Ya no puedes tenerlo si lo quieres (suponiendo que vivieras en un país donde se va a lanzar el viernes). Tu nivel de deseo aumenta. No puedes tenerlo! Se ha agotado, la gente lo compra, seguro que es bueno y muchas más excusas que te pones al respecto. Pero no, son excusas. Lo único importante es que han conseguido que no puedas tenerlo y que, por tanto, lo desees más. ¿Casualidad? Ni de broma. Es parte de la gran operación de marketing que es el lanzamiento de un iPhone, y de otros productos. Unidades limitadas. Si sacasen 10 millones de iPhone no se agotaría, pero si sacan 50.000 no les duran nada. Eso es así. Ellos estudian y dosifican esas unidades y no nos dicen cuantas se han reservado. Sólo nos dice «ya no hay, te jodes fastidas» y tu deseo aumenta.

Pero insisto, no es exclusivo de Apple. ¿Recordáis la Wii? Cuando salió, durante meses fue casi imposible encontrarla. Llegaban 1-2 a las tiendas y las vendían en 30 segundos. Y aquí confieso que caí, me llevaron al huerto. No estaba muy convencido de comprarla, eso de jugar pegando botes me parecía muy divertido para una nochevieja pero para jugar solo soy más de la vieja escuela. Pero resulta que un día llego a la tienda y acababan de recibir 2. ¿Cómo no iba a comprarla? A saber cuando iba a poder comprar otra!!! Tenía que aprovechar la oportunidad. Mi raciocinio se esfumó, mi capacidad de análisis sobre si iba a jugar o no ya no valían para nada. Tenía ahí delante algo que nadie podía tener ahora mismo, algo casi único, así que la compré. Luego la revendí y casi hice negocio con el asunto, pero esa es otra historia.

Eso es lo que buscan tantas y tantas veces. Porque todo está estudiado. No me creo que no pudieran sacar más unidades, simplemente sirviéndolas así mantenían el deseo en todo lo alto. Y eso es lo que hace Apple con los iPhone, estos y todos los que han ido saliendo. Convertirlos en nuevos objetos de deseo. En nuevas manzanas que queremos morder por el simple hecho de no poder hacerlo. La historia del Génesis se repite, otra vez la manzana nos incita a pecar pero los tiempos han cambiado y ahora pecamos por igual hombres y mujeres.

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