Las nuevas Mañanas de Cuatro

Hoy toca post de esos en los que me apetece imaginar y en los que los datos reales son casi nulos, pero de vez en cuando hecho está bien sacar la imaginación de la jaula y dejarla volar un rato así que permitidme imaginar pasados desconocidos y futuros posibles e imposibles.

No sé si habréis visto las nuevas Mañanas de Cuatro, con Jesús Cintora. Yo no mucho porque el trabajo me lo pone difícil. Veía antes el programa de Marta grabado o en la web pero desde que no está ella tampoco me he preocupado demasiado de verlo. No obstante si que he notado cambios. Empezando por lo más obvio como el grafismo y escenografía, más del estilo de Te Vas a Enterar (ambos de la productora Mandarina), mas dinámico con una pseudo-redacción de fondo. Pero también en el tono. Jesus Cintora no tiene nada que ver con Marta. Ya confesé en su día que no me gustaba y cada vez me gusta menos. Olvida continuamente su nuevo papel de moderador para involucrarse en cualquier tema y tomar partido, cosa que Marta se cuidaba muy mucho de hacer. Incluso el avatar del programa en Twitter es ahora el propio Jesus, fuera logo del programa, protagonismo absoluto, mientras que Marta diferenciaba bien SU cuenta de la del programa. Además es más «agresivo» en las entrevistas y no deja hablar al entrevistado. Sin duda ha impuesto un estilo bien diferente e incluso la directora ha cambiado.

Mi opinión, siempre personal, es que no me gusta. Pero también he dicho en más de una ocasión que tampoco me gustaba del todo el estilo del programa de Marta, sobre todo en los últimos tiempos. Además los resultados que están obteniendo no son precisamente revolucionarios, aunque ya se sabe que con estas cosas hay que tener paciencia. Pero yo me pregunto… ¿que hubiera pasado si hubieran «dejado hacer» a Marta? Para mi no hay duda de que Marta ha estado encorsetada. No ha tenido libertad para hacer el programa como a ella le hubiera gustado. Habrá participado lo que haya podido y habrá intentado meter baza, pero de un año a esta parte, sobre todo los últimos meses, Marta estaba desconocida. Que sí, que como se me ocurre decir eso sin tener ni idea. Y tenéis razón pero me lanzo a la piscina porque, en mi opinión, los twits de Marta son lo más cercano a conocerla que podemos estar. Y la Marta Fernández que pasea ahora por twitter hacía meses que no la veía.

Lo comenté en el último post: está como en sus mejores tiempos. Suelta, ingeniosa, participativa… Ya comenté en su día que se podía intuir el estado de ánimo de una persona y creo que Marta es ahora tremendamente feliz, al menos en lo profesional, en lo personal creo que hace tiempo que lo es. Y eso me lleva a pensar que no estaba a gusto, que se encontraba haciendo un programa que no le llenaba. Ahora nos cuenta noticias a diario, el martes estuvo «comentando» la entrevista a Aznar, vuelve a decirnos los indices de audiencia, nos anima a que vayamos a ver el informativo… Incluso ha compartido un par de fotos desde la mesa antes justo antes de empezar el informativo. ¿Os acordais cuando hacia eso en Las Mañanas? Incluso se hacía fotos en el camerino antes de salir para que viéramos como iba vestida. Hacia mucho que no veía eso en Las Mañanas y me da que pensar que este cambio ha sido lo mejor que le ha podido pasar a ella y a nosotros. Una de las palabras que ha dicho en twitter refiriéndose a este cambio ha sido libertad. Creo que eso dice mucho.

Yo deseo que esto sirva para que vuelva a coger fuerzas, respirar hondo y plantearse hacer otras cosas. No me cansaré de repetir una y mil veces lo que más me gustaría verla haciendo: escribir. Blog personal, colaboraciones en prensa… Está claro que me encantaría verla haciendo un programa con carta blanca total pero sabemos que eso es imposible hoy en día en una televisión donde manda, como en toda empresa privada, la rentabilidad. En ese espacio escrito es donde creo que podría encontrar ese punto más de libertad donde, sin mojarse en temas políticos si no quiere perder esa objetividad que la caracteriza, podría hablar de otras muchas cosas.

Me quedo con el regusto amargo de saber como hubieran podido ser unas Mañanas de Cuatro hechas por Marta, sin ese corsé donde ha estado encogida estos últimos tiempos. Pero se me pasa cuando pienso que esto puede, y debe, ser un nuevo comienzo.