Se puede dejar de fumar

Se puede dejar de fumar

Tal día como hoy de hace un año, viernes para más señas, este que os escribe apagó su último cigarrillo justo antes de acostarse. Y me dormí con la firme convicción de que ese que acababa de apagar era el último que iba a fumarme, porque sí, porque yo lo valía. Y a día de hoy, un año después así ha sido. No he vuelto a fumar. Ni un sólo cigarrillo, ni una recaída, pese a los malos momentos, que los ha habido.

Sobre todo al principio, cuando cuerpo y mente te intentan engañar y te piden a gritos que enciendas uno, que necesitan nicotina, que necesitan ese humo que te da la vida y la muerte. Pero lo he conseguido y me vais a permitir que me de esta palmadita en la espalda que sé que sólo saben valorar en su justa medida los fumadores. Los que lo son y los que lo han sido. Porque creo que nadie que no sea o haya sido fumador entiende como engancha esto. Es tremendo. Creo que no conozco ni un fumador que no haya intentado dejarlo al menos una vez. Yo mismo lo dejé hace tiempo durante un par de años y volví a caer. Porque esto, como el alcoholismo, es algo que ya te queda para siempre. Nunca estarás completamente a salvo de una recaída, pero aquí sigo.

Y no os voy a contar trucos, dar consejos, ni siquiera compartir como lo conseguí. Dudo que pueda convencer a nadie y tampoco es mi intención ser un ex-fumador petardo que pretenda que los demás también lo dejen. Creo que sólo hacen falta dos cosas: motivación y cojones. O fuerza de voluntad, por hablar con la finura y delicadeza que me suelen caracterizar. Sobre el tema de los cojones, poco que decir. Todo es cuestión de querer dejarlo y resistir los envites de los «monos», el físico y el psicológico. Y respecto a la motivación, y esto es algo que ni siquiera había contado a mis amigos, me llegó un día viendo La noria. Concretamente un 8 de Enero, fijaos con cuanta exactitud puedo decirlo.

Los que me conocéis y conocéis mi otro yo podréis imaginar por donde van los tiros. Fumaba dos paquetes o más al día y escuchando consejos e historias de los «no fumadores» no me creía capaz de dejarlo. Es más, hasta me enfadada porque sé que no entendían la dificultad que entraña dejar el tabaco porque ellos no lo vivían. Y de repente escucho a una ex-fumadora diciendo que ella había podido, que también fumaba dos paquetes al día, que lo consiguió y que llevaba tres años sin fumar. Fue la motivación que necesitaba y desde aquí agradecérselo, cosa que nunca había hecho.

Y aún tardé un mes en terminar de decidirme, pero un viernes 11 de febrero puse toda la carne en el asador, no lo pensé más y me tiré a la piscina. Apagué el último cigarrillo y tiré para adelante. Y claro que se pasa mal, pero querer es poder. Sólo hacen falta esas dos cosas: querer y tener una motivación. Y os lo dice uno que se acostó una noche después de haber fumado dos paquetes y pico ese viernes y al día siguiente no dio ya ni una calada.

Querer es poder. Ánimo a los que queráis conseguirlo. Pero sólo si queréis. En ese caso tenéis casi todo el camino recorrido.

3 comentarios en «Se puede dejar de fumar»

  1. Enhorabuena a tu razón que supo vencer a una costumbre que se vuelve necesidad.Tú cuerpo te lo agradecerá eternamente. Buena idea compartirlo para motivar a los demás.

    • Gracias 🙂 cada uno tiene que buscar su propio motivo para dejarlo. Ojalá mucha gente lo encuentre, pero tampoco se puede insistir a nadie. Conmigo sólo conseguían el efecto contrario, que fumase más 🙂

      Un saludo

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.