Disfrutar el viaje

Disfrutar el viaje

Vale, os dije que estaba de vacaciones y que os iba a dejar descansar de mis post, pero resulta que este se me ha colado en la cabeza y si no lo suelto no me va a dejar dormir.

Es la madrugada del sábado al domingo, del 2 al 3 de julio, cuando estoy escribiendo esto. Mañana salgo para Copenhague y debería estar durmiendo a estas horas (4:30 de la madrugada) pero el calor y supongo que cierto nerviosismo por el inminente viaje me impiden dormir. Debí tomar esa pastilla fabulosa (natural y que no crea adicción) que me recomendó una amiga, pero siguiendo sus mismos consejos, procuro no tomarlas los fines de semana. Total, que aquí en la cama me da por trincar el iPad y ponerme a navegar un rato. A estas horas poco movimiento hay, así que aprovecho para continuar visitando un antiguo blog que me gusta recorrer de vez en cuando, ese abandonado del que ya os hablé una vez por aquí.

Comencé la visita a eso de las 3 y ya os digo que son bastante mas de las 4. Mucha lectura. Muchos post por descubrir, enlaces a enlaces… Un trabajo titánico que me fascina porque me hace descubrir muchas cosas sobre quien escribió el blog. Y quizás porque tengo reciente el post del otro día sobre Natalia, me he acordado de ella leyendo esto.

Y hay un motivo claro. De Natalia puedo decirlo con seguridad porque la conozco personalmente. Ella persiguió su sueño, sus sueños, y los consiguió. No todos, hay cosas que se quedaron en el camino porque no se puede tener todo en esta vida. Parece que exista una ley divina no escrita en ninguna parte, que fija un límite en cuanto a sueños que puedes alcanzar. Pero lo que sí sé seguro es que disfrutó ese viaje en la búsqueda de sus sueños y sus obsesiones, los consiguiera o no. Porque siempre digo que tan importante es disfrutar el viaje como la meta. Y nos dejó a unos cuantos disfrutar de ese viaje con ella, compartir su emoción, sus alegrías y sus penas. Y vaya si lo disfrutamos y nos alegramos de cada cosa que conseguía.

Sin conocer personalmente a la persona que escribió este blog que he vuelto a visitar, y del que aún me queda mucho por descubrir, percibo algo similar. Percibo búsqueda de sueños, viajes realizados para satisfacer la necesidad de conocer y completar esa obsesión sana. Viajes físicos e intelectuales, de búsqueda de información, un ansia imperiosa de conocimiento. Y al igual que Natalia me transmitía esa alegría y esa emoción, percibo algo muy similar en ese blog. Noto esa alegría de poder compartir cada dato nuevo o cada reflexión que surge al hilo de algún descubrimiento o algo relacionado con esa búsqueda, esa satisfacción de haber llegado a una nueva meta. Me emociono con lo que me cuenta y me transmite.

Y aunque obviamente esas metas y esos logros no son los míos, al igual que los de Natalia tampoco lo eran, no puedo evitar vibrar leyendo esos post, sentir la emoción que sentían al escribirlos. Porque, hay gente capaz de hacerte sentir cosas, de transmitir, de emocionar. Y es en parte una mezcla entre emisor y receptor. Seguramente a mucha gente todo lo que cuento de Natalia le parezca exagerado, aún conociéndola, porque imagino que en parte soy yo el que soy receptivo a emocionarme y vivir sus cosas y no las de otras personas. Y lo mismo con este blog. Posiblemente mucha gente no entenderá por qué me puedo emocionar leyéndolo, pero es parte del encanto de todo esto de vivir y conocer personas: que se crean extraños vínculos inexplicables.

Yo, personalmente, los llamo enlaces filóticos, es mi particular versión de algo que leí en La voz de los muertos, mi personal nombre para esos extraños vínculos que se crean con personas que pueden estar en la otra punta de la galaxia. Y aunque no conozca a ese autor, de alguna forma ese enlace funciona y me hace llegar con total claridad lo que quiso transmitir al escribir esas lineas. Y me encanta perderme por ellas y notar como los enlaces funcionan y me hacen vibrar.

Dedicado a alguien con una especial capacidad para transmitir emociones, aunque no acaba de encontrar un lugar donde hacerlo libremente para hacernos disfrutar. Tu sabes.

2 comentarios en «Disfrutar el viaje»

  1. Hacía tiempo que no me pasaba por aquí, compañero, pero debo reconocer que me has conseguido emocionar con tu entrada igual que lo hizo la persona del blog contigo. Cuánta razón en cuanto a los vínculos que se pueden establecer con personas que ni conocemos físicamente y el gusto por compartir sueños y metas aunque no sean de uno mismo.

    Un saludo y un fortísimo abrazo.

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