Lugares

Lugares

Ya he comentado en alguna ocasión, creo, que la música es tremendamente evocadora. Hay veces que solo oir una canción o una melodía puede transportar todos tus sentidos a otro lugar y otro tiempo. A mi me sucede con el Back on The Block, de Quincy Jones. Es comenzar a escucharlo e inmediatamente mi cuerpo enter se transporta a cualquier domingo por la tarde de hace ya un buen puñado de años, a mi primer piso de alquiler. Tardes de domingo dedicadas ineludiblemente a las tareas domésticas, porque no quedaba otra. Trabajando entre semana, comprando y tomándome un descanso los sábados y los domingos vuelta al trabajo, aunque esta vez en casa. Ya sabéis: comida, limpieza, baños, plancha… lo habitual en cualquier hogar.

Así estaba planteada mi vida por aquellos felices años, y lo de felices no es ironía, fueron muy buenos. Y me acompañaba mucho este disco mientras andaba por la casa trapo en mano y con la escoba a cuestas. Y es escucharla y recordar, en especial, tardes de otoño de domingo, con esa luz característica, ese sol que aún calienta sin generar excesivo calor, ese resto aún del verano ya agonizante. Todo mi cuerpo se transforma. Siento el calor, el olor a limpiador de suelos y a Glasex, veo esa luz de esos días, … y no siento ni nostalgia, porque en ese momento estoy allí.

Pero no sólo la música, también hay lugares especiales para cada uno. Esta mañana, muy cerca de donde hice la foto que twitee, está uno de esos lugares. Hace ya años, antes de cambiar de trabajo, cuando era informático. Muchos días, muchísimos, tenía que ir de Málaga a Vélez-Málaga. Recorrer unos 40 kilometros a eso de las 4 de la tarde. Era una carretera costera que sigue activa aunque mucho mas vacía porque ya hicieron la autovía. Cerca de una hora para recorrer ese trayecto, casi siempre lleno de coches en aquella época, con muchas intersecciones y que había que recorrer con cuidado por la gente que se lanzaba casi entre el tráfico a cruzar desde su casita a la playa. Y siempre hacía el mismo ritual.

Siempre en la misma curva, me salía a un pequeño mirador junto a la carretera, pegado a la playa. A pocos kilómetros de mi destino, justo antes de que se divisara ese gran toro de Osborne a la entrada de Torre del Mar. Mucho antes de las leyes antitabaco, en la empresa a la que iba se había prohibido fumar. El cacique del negocio había tomado esa decisión por su cuenta, posiblemente mas con el afán de fastidiar a sus trabajadores fumadores que el de defender a los no fumadores. Nunca me ha gustado fumar en mi coche salvo en trayectos muy largos, así que preveía el tener que pasar 4 horas sin poder fumar.

Siempre paraba en esa curva, apagaba la radio, me salía del coche y me acercaba a la pasarela de madera que intentaba evitar que la gente cayese a la playa desde aquel mirador. Me encendía un cigarrillo y me lo fumaba tranquilamente. Contemplando el mar, oyendo solo el suave susurro de las olas, el viento y algún que otro coche que pasaba a no demasiados metros, pero que también aportaban un suave sonido que iba con el resto de la banda sonora. Y pasaba allí 5 minutos, fumando tranquilamente y sin pensar en nada. En nada. ¿Sabéis lo difícil que suele ser eso? ¿Sabéis la cantidad de ruido mental que hay siempre en mi cabeza? No se si en las vuestras, pero por la mía siempre rondan ideas, siempre dándole vueltas a mil y una cosas. Pero durante esos 5 minutos, en ese lugar concreto, encontré un pequeño punto negro donde parecía no llegar nada mas que esos leves ruidos, la brisa y el mar. Antes de adentrarme en aquella vorágine de gritos y malas caras, lejos del estrés diario de Málaga.

Y esta mañana he vuelto a pasar por esa carretera en lugar de coger la autovía. Y como siempre que paso por allí solo, aunque hayan pasado ya muchos años de ese primer cigarro en aquella curva, he vuelto a parar el coche, apagar la radio y fumarme ese cigarro furtivo apoyado en la vetusta barandilla de madera. Sin pensar en nada, ni pasado ni futuro, solo viendo el sol reflejado en el mar y dejando que mis ojos se relajasen mirando a la nada. Y seguiré haciéndolo siempre que pueda, porque esos 5 minutos son impagables.

7 comentarios en «Lugares»

  1. «Ruido mental» que descripción más acertada. Justo lo que yo tengo siempre en la mía y aún no he conseguido esos 5 minutos de no pensar en nada. Voy a tener que ir a ese lugar.

    • Tengo pendiente darte acceso exclusivo directo Paula. Pero no he tenido tiempo de mirarlo y hacerlo. Lo tendrás en breve. Palabra

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