Circunstancias

Circunstancias

Tengo que reconocer que muchas veces, por mi trabajo y por trabajos anteriores, me puedo considerar un poco sociópata. Que odio a la gente, vamos. A los desconocidos sobre todo. Mucha gente estúpida llamando por teléfono, acudiendo a la tienda, clientes con los que he tenido que tratar… Muchas vces me gustaría perderme en una cueva y desaparecer de la sociedad. Tener solo una conexión a internet y comunicarme con la gente a través de esta pantalla, sin realmente tener que conocer a nadie. Aparte de muchos palos con supuestos amigos/as y decepciones, que te llevan a pensar que realmente nunca harás nuevos amigos y que los que tienes son, de verdad, lo mejor del mundo.

Y sin embargo la vida no deja de darte sorpresas y, de vez en cuando, conoces a gente interesante y gente por la que merece la pena no haberte perdido en esa cueva de la que hablaba. Para encontrar esa aguja en el inmenso pajar de gente que conoces a diario, te topas con gente entre poco interesante a directamente detestable. De todo he vivido últimamente, que queréis que os diga. Pero como os digo, de vez en cuando aparecen agujas en ese pajar. Ya me sucedió hace relativamente poco (un año en la vida no es nada) que conocí a alguien que realmente me hizo pensar que hay gente que vale mucho la pena. Lo que sucede es que para llegar a conocer a esas personas hacen falta algunas cosas.

Por un lado, la suerte de que llegues a cruzarte en la vida con ellas, cosa que en los tiempos que vivimos ya se hace complicado. Por otro lado, tienen que darse las circunstancias que te hagan llegar a conocer a esa persona de verdad. Tiempo libre y posibilidad de hablar. Aunque os sea dificil de crear, soy una persona bastante reservada. Digo que os costará crearlo por la cantidad de cosas personales que os cuento por aquí. Pero creo que realmente por eso escribo tanto aquí. En mi vida real, que no olvidemos que esto nunca será la vida real, me cuesta muchísimo hablar de cosas personales con la gente. Puedo contar con los dedos de una mano la gente a la que realmente me abro y con la que converso algo mas de las típicas tonterías de «ascensor» por decirlo de alguna manera. Seguramente por eso me dedico a escribir tanto por aquí, para poder desahogarme y hablar de cosas de las que no puedo hablar tranquilamente en mi vida real.

Lo que pretendo decir con esto es que para alguien como yo, reservado por naturaleza, me resulta complicado llegar a conocer realmente a las personas si no se dan circunstancias muy propicias. Esto a veces me llega a frustar, porque llego a depender demasiado del entorno y a veces me da la impresión de perderme gente interesante. Pues eso es lo que me ha pasado últimamente. Alguien ha pasado por mi entorno de manera temporal y, ahora que ya no está, me quedo con la impresión de haberme perdido algo.

Tampoco puedo explicarlo mucho mejor porque realmente no hay nada explicable. Es una extraña sensación que no es la primera vez que me sucede. Antes trabajaba en una empresa de informática y continuamente tenía que visitar empresas, todas llenas, obviamente, de personas. Con muchas establecí relaciones extra-laborales. Me refiero a amistades, no a otra cosa, aunque también hubo alguna que otra cosa 😉 Aunque no hice amigos del alma, pero si conocí mucha gente realmente interesante con la que compartí grandes momentos, alegrías y alguna que otra pena, que compartida siempre es menos pena.

Me da la impresión que, en otras circunstancias laborales, esa persona que ha pasado por mi empresa podría haber sido de esas con la que estableces una buena amistad. De esas con las que puedes hablar, que sabe escuchar, que te puedes reír… no se, es una sensación extraña, porque realmente lo que puedo decir es que nos hemos llevado bien, sin mas y sin pero me da la impresión que es un poco como yo, que no se abre a las primeras de cambio y necesita mas tiempo para coger confianza, pero que con tiempo, parece tener mucho fondo y ser de esas personas que te aportan cosas buenas en la vida.

Pero las circunstancias, los hados, no han sido propicios para el tema. En fin, que se queda uno con un poco de pena de no haber podido conocer mas a esa persona, pero es lo que hay. La oportunidad pasó, el tiempo terminó y cada loco con su tema. No es una lamentación, porque en unos días todo pasa, pero si que da algo de pena porque no conoces mucha gente en la vida a la que te guste realmente conocer. De hecho, no tengo mas narices que quedarme con otra persona nueva y que, por desgracia, de momento no me está dando muy buenas sensaciones.

Pero esto será otra historia, cuando esté mas consolidada y sepa si estas primeras sensaciones se confirman o no, ya os pondré al corriente.

1 comentario en «Circunstancias»

  1. Te comprendo. Pero por eso que te comprendo, te diré que lo mejor en estos casos es tratar de ir cambiando poco a poco esa nuestra manera de ser que nos causa tristezas y dificultades. La prudencia es buena en las relaciones, pues no es conveniente ser demasiado abierto, hasta el punto que en dos días el otro ya sepa todo de tu vida, pero también es negativo el ser demasiado cerrado, hasta el punto de que te das cuenta que eso te hace sufrir. Una pequeña solución basada en mi experiencia: Tratar de mostrarte a los demás, positivo y optimista, aunque eso suponga un gran esfuerzo. Luchar contra ese yo que a veces te causa problemas. Del pasado se aprende, pero hay que recordar que el pasado ya no existe. No conviene darle más vueltas a lo que me pasó y que me hizo sufrir. Cada día es un día nuevo. Hay que afrontarlo con toda la ilusión del mundo y como si fuera el primero o el último, que nunca se sabe. Es difícil, pero no imposible. Lo importante es tu buena intención. Los resultados, ya vendrán.

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