Sobre el hype y los termos de café

Hype. Posiblemente a los lectores no jugópatas de este blog no les suene la palabra. Para estos os cuento de que va el tema. Podríamos traducir hype como expectación desmesurada, ansiedad por tener algo. Que yo sepa, solo suele usarse en temas de juegos y en menor medida en temas tecnológicos. Se dice que crean hype las compañías cuando anuncian bondades impresionantes de un juego o nuevo producto que hacen que todo el mundo quiera tenerlo. Como decía, crean ansiedad y expectación por tener el nuevo juego que va a salir o ese nuevo gadget tecnológico. Muestran un video de 15 segundos de un juego y nos cuentan que hará cosas nunca vistas, que veremos los enemigos mas malos y grandes jamás creados en un videojuego, y todo el mundo quiere ya comprar el juego, sin haberlo visto realmente.

Digamos que, fuera de los videojuegos, podría aplicarse también, por ejemplo, a esa película que pasan meses y meses anunciando y que todo el mundo se planta en la puerta del cine a verla el mismo día del estreno sin haber leído críticas ni nada, aunque no suelo escuchar ese termino fuera del mundo tecnológico-jugópata.

El hype tiene un problema muy grave: la decepción. La imaginación humana no tiene límites. Cuando a ti empiezan a decirte que será el mejor juego de tal consola, que veremos el techo gráfico de la misma, que hay efectos nunca vistos, que es la historia mas elaborada y absorvente gamas creada, que revolucionará tal genero….. Y todo esto durante 3-4 años, pues como es lógico la imaginación se desborda. Te imaginas controlando personajes casi reales a nivel gráfico, metido en la historia como nunca y sintiendo emociones totalmente nuevas.

Es fácil, por no decir lógico, que el resultado final no supere el enorme listón de calidad que tu propia imaginación a colocado. Pero una cosa es que no llegue a ese nivel tan alto y otra cosa es que se queda a una altura absolutamente media, como me acaba de ocurrir con el Alan Wake. Me imaginaba jugando a algo totalmente distinto y resulta que he vuelto a 10-15 años atrás, al primer Resident Evil(RE desde ahora para abreviar). Porque esa es la sensación que me transmite: jugar a un survival horror de los de toda la vida. Y no sería malo del todo, porque en el fondo los primeros RE me gustaron bastante, pero es que encima añade elementos de la nueva generación a la formula de RE que me matan, como es localizar 100 termos de café. Si señores, termos de café.

Ya comenté en el blog del jugópata mi opinión personal sobre ese tipo de coleccionables, que no son santo de mi devoción, pero es que en este RE, perdón, Alan Wake, roza el absurdo. No veo una mejor forma de sacarte de la historia y la tensión que encontrarte en mitad de una lucha contra 4-5 poseídos feos y malos y ver en lo alto de una colina un puñetero termo de café. Te saca de la situación y te da rabia. Estas luchando pero tienes que estar pendiente de no perderle la pista al dichoso termo. O bien pasas olimpicamente de los termos, pero siguen estando ahí y los ves, lo que te recuerda que estás en un puñetero juego así que igualmente te saca de la acción. Por lo menos es lo que me pasa a mi.

Creo que muchas veces es mejor callar y dejar que cada juego hable por si mismo en lugar de dedicarte a venderlo como la octava maravilla del mundo durante años para luego sacar al mercado un juego normal y corriente, porque eso es Alan Wake, un juego normal, con gráficos normales, con una historia corriente y con los parámetros que el mercado manda para hacer rejugable un juego, como sus correspondientes coleccionables, que además son algo tan absurdo como termos de café 🙁

Una lástima, porque de no haberlo vendido tanto antes de tiempo, sería un juego aceptable, pero la regla con la que tenemos que medirlo después de como lo vendieron es muy grande y no ha llegado ni de lejos a ese nivel. Moraleja: no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo.