La Tierra es redonda

Y gira alrededor del Sol siguiendo una órbita elíptica. Creo que en eso estamos de acuerdo todos, ¿no? Hoy en día, hasta lo hemos visto gracias a las naves espaciales. Claro, lo sabemos todos y todos lo creemos, pero hace unos cuantos siglos la cosa no estaba tan clara.

Toda esta «tontería» viene porque esta mañana he visto Agora, la película de Amenabar. No voy a hablar sobre la película, que cada uno tendrá sus gustos y preferencias cinematográficos y este tipo de análisis lo dejo para bloggers mas entendidos 😉 Voy a hablar del contenido y como me ha impactado y motivado hasta para escribir. Hay algunas escenas para mi claves en la película. Una de ellas incluso me ha recordado a El Nombre De La Rosa.

Hoy en día, con esto de internet y hace ya unos siglos desde Guttemberg inventó la imprenta, la cultura y el conocimiento se han podido difundir y sobre todo mantener de una forma relativamente cómoda. La imprenta pudo sin duda hacer llegar la escritura a muchas partes y, sobre todo, facilitó su conservación. Hasta ese momento, lo que alguien escribía lo hacía a mano. Obtener una copia era tener un escribano o alguien que pudiera volver a copiar todo lo escrito. Como es de suponer, no era tarea fácil y no había muchas copias de cada libro, que además supongo que tampoco tendrían los volúmenes que tiene hoy en día.

Esta también claro que el número de personas capaces de leer y escribir era también mas que limitado. Total, para cuatro libros que hubiera por ahí a los que nunca tendrías acceso, para que iba nadie a aprender a leer. Los libros y la escritura eran bienes muy preciados y claro está que los libros no solían ser vanales. No ibas a dedicar una buena parte de tu vida en dejar escrito en un libro cuatro tonterías como estas que yo escribo aquí de vez en cuando. Se usaban principalmente para transmitir y compartir conocimiento. De ahí la importancia de los libros, reconocidos en ese cerrado círculo de investigadores y pensadores que se preocupaban en dejar constancia de sus conocimientos para futuras generaciones. Es la mejor forma de avanzar: aprender sobre lo que los demás han investigado y llevarlo unos pasos mas adelante.

Según se ve en Agora, ya en aquella época había se sabía (o imaginaba) que la Tierra era redonda, se llegaba a plantear que el centro de todo no fuera la tierra sino el Sol, cosas que hoy damos por sentadas y que tenemos hasta medios para comprobar físicamente, pero que en aquella época eran fruto de siglos de pensamiento y deducción en base a las pocas pruebas que había. Y lo que uno averiguaba, teorías siempre porque no había formas de comprobarlo, lo dejaba escrito para que el resto pudiese seguir usando ese conocimiento.

Por eso los manuscritos eran sin duda conocimiento, eran un tesoro aún mas importante que el oro, el agua o cualquier otro bien preciado. Al menos, para los que sabía de ello. Y tanto sabían de ello que cualquier déspota o dictador que quisiera imponer sus ideas, sabía que una de las primeras cosas que tenía que destruir eran los manuscritos, que podían llevar a la gente a pensar cosas distintas de las que el trataba de imponer. Así se produjo la destrucción de la Gran Biblioteca de Alejandría y cualquier otro centro del conocimiento. Eran peligrosos, iban en contra de lo que ellos trataban de imponer.

En aquel momento fueron los primeros cristianos los que se encargaron de ello, para poder acallar teorias incómodas y hacerse ellos con el único conocimiento, el que a ellos les interesaba, para imponer las sagradas escrituras. Y así fue durante siglos. De hecho, fueron casi 15 siglos los que se tardaron en volver de nuevo a las ideas sobre la Tierra redonda, sobre el Sol como eje central, sobre las mujeres como algo normal y no seres sometidos a los hombres… Así de triste. Siglos de retraso producidos por la imposición de una religión y sus creencias. ¿Donde estaríamos ahora de no haberse producido este tremendo retroceso? Seguramente en vez de escribir con un teclado, mi cerebro estaría pensando y dejando constancia en alguna central de conocimiento de todo lo que pienso. No se, es inimaginable. Supongo que dentro de 15 siglos nuestros bis-bis-bis-bis…nietos estarán en un punto en que que podríamos estar nosotros hoy en día.

Ojo, no pretendo convertir este post en un ataque contra el cristianismo. Tiene sus mas y sus menos y sería muy criticable, pero merecería un post completo sobre el tema. Por desgracia, de lo que hablamos en este post es algo es algo mas genérico. No es ni mucho menos exclusivo del cristianismo, ni siquiera de la religión. Cualquier organismo que tenga algo de poder, o quiera tenerlo, rápidamente se preocupa de controlar el conocimiento. Hasta hace poco, este conocimiento estaba prácticamente en exclusiva en los libros. Cualquiera se dedicaba a quemar libros, no hace mucho lo hacían los Nazis en el Tercer Reich. Y en grandes baluartes de la Democracia (Poder del pueblo) como en los Estados Unidos, donde cualquiera que declarase ser comunista era inmediatamente tachado de delincuente. O en China o Cuba actualmente en sentido contrario, donde todo lo que no sea comunista es censurado. O en España hasta hace 40 años.

No hablo solo de esa censura «simpática» que se dedicaba a bajar los dobladillos de las señores en el teatro para que no se viese la rodilla, hablo de la censura que impedía la publicación de ciertos escritos o que obligaba a personas a huir de España por su ideología o que metía en la carcel a los catalanes que hablaran catalán. Por desgracia, es algo que ha existido siempre, en cualquier ámbito político, religioso y/o cultural. Y sin duda, cualquier tipo de censura impide que la raza humana evolucione todo lo que podría evolucionar.

Recuerdo una frase que escuche una vez y que no se quien dijo:

Daría mi vida para que pudieras defender tus ideas, aunque no esté en absoluto de acuerdo con ellas.

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