Impresiones de MURAMASA: THE DEMON BLADE

Si eres poseedor de una Wii y te consideras un jugópata tradicional (o habitual), no debería haber lugar para la duda: Muramasa: The Demon Blade es uno de esos juegos que esperabas con tantas ganas mientras te perdías en la marabunta mediocre que supone gran parte del catálogo de la consola. Lo malo es que, como en muchos de estos casos, su distribución ha sido más que pésima y puede costarte tiempo y esfuerzo dar con uno. Sin embargo, te aseguro que merecerá la pena.

Y estoy en posición de asegurártelo porque, después de más de 30 horas de juego y sacar todo lo que se puede sacar, puedo afirmarte que lo he disfrutado como un enano. Así pues, al final, Muramasa no se ha quedado sólo en el típico juego bello artísticamente y poco más. Ofrece una experiencia jugable que puede que no sea ultra-profunda, pero que es adictiva como pocas y espectacular. Te invito a leerte estas impresiones y conocer más a fondo a este auténtico must-have de Wii. Pero empecemos por el comienzo…

Muramasa ha bailado mucho con su fecha de lanzamiento e incluso corrió peligro de no salir nunca de Japón. Al final, en Europa se lanzó en noviembre (precisar un día o una semana concreta sería harto complicado, debido al baile del que he hablado antes), aunque con una distribución realmente pésima, ya que a algunos listillos se les ocurrió que no funcionaría bien en el mercado occidental. Si os soy sincero, yo nunca lo he visto en ninguna tienda de mi localidad: tengo la suerte de haberlo conseguido porque me tiré de cabeza a por él mediante internet y reserva anticipada.

Ya digo que se suponía que no iba a funcionar bien, pero vaya si lo hizo. Acogido muy positivamente por la crítica, el público respondió llevándose las pocas copias que se pusieron al alcance. Como resultado, se encuentra entre los 3 primeros de casi cualquier clasificación de «mejores juegos de 2009 para Wii» que podáis leer por la red. Y es que, en definitiva, su ambientación típicamente japonesa supo conquistar a cualquiera que le diese una oportunidad.

Muramasa: The Demon Blade no viene firmado por Nintendo, sino que constituye uno de esos extraños casos en los cuales una third party lo da todo en Wii. Vanillaware, autores del notable (por lo que he leído y oído) Odin Sphere, son los padres de este auténtico hit. En esta ocasión (como en el anterior juego lo hicieron con la cultura nórdica), han bebido del folklore y la mitología japonesa hasta saciarse, plagando su disco de referencias al país del sol naciente.

De esta manera, podremos jugar dos historias distintas. Por un lado, tenemos a Momohime, una inocente joven que se ha convertido en una máquina de matar al ser poseída por el espíritu de un despiadado ronin (samurai sin señor). Por el otro, contamos con Kisuke, un joven ninja que ha traicionado a su clan y vaga en solitario, aunque no lo recuerda. Salvo en un par de ocasiones sin importancia, no se cruzarán el uno con el otro, pero sus historias son vinculables.

Kisuke, uno de los dos personajes en liza

Decir que se trata de dos grandes argumentos sería erróneo, pero tampoco podemos tomarlos a la ligera: enganchan lo suficiente como para empujarnos a seguir jugando (como si su capacidad adictiva no lo consiguiera ya por sí misma), gracias a unos personajes de lo más carismático. Por si fuera poco, cada personaje cuenta con tres finales distintos (todos igual de válidos), que se activan cumpliendo unos determinados requisitos al pasarnos el juego por primera vez.

Pero hablemos de Muramasa como videojuego. Es inevitable hacer referencia, en primer lugar, a su apartado técnico. Es francamente bello, maravillosamente precioso, y todo esto sin moverse de las dos dimensiones. Un titánico trabajo que parece (si no lo está) dibujado a mano, donde todo va fluido y encaja a la perfección. Puede sonar a tópico, pero las pantallas que acompañan a estas impresiones no le hacen ninguna clase de justicia: hay que verlo en movimiento para apreciarlo en su total esplendor. En ese caso, también disfrutaríamos de sus composiciones sonoras, melodías de corte oriental que casan perfectamente con la temática del juego y, en un par de casos, guardan una calidad asombrosa.

Es un apartado artístico fenomenal, plagado de detalles en los que nos distraeremos más de una vez: nos deslumbraremos por el Sol que se ve en el horizonte, por la nieve acumulada en los árboles que cae al suelo mientras luchamos, por el movimiento de las olas en la playa o por el efecto distorsionado del fuego en algunos escenarios. Parece que Muramasa haya sido creado con el máximo mimo en mente y lo único que se le puede achacar es una cierta repetición en los escenarios, especialmente a la segunda o tercera vez que nos pasamos el juego. Un pequeño punto negro dentro de algo genial.

Las animaciones responden de maravilla, con una fluidez y una velocidad alucinantes, sobretodo cuando nos vemos rodeados de enemigos o en las luchas contra jefes finales (colosales), moviéndonos a toda velocidad, atacándonos, cubriéndonos y esquivando. No llega a ser una locura incomprensible, pero sus batallas son rápidas (a la vez que precisas) y espectaculares si sabemos enlazar movimientos con soltura (lo cual tampoco es demasiado difícil). Ha sido un auténtico acierto aunar esto con el sistema de control, de manera que se consigue una jugabilidad que, en su sencillez, pasma por lo adictiva que resulta.

Rodeados por samuráis, pero nuestras habilidades con la espada nos ayudarán

De esta manera, nos moveremos, saltaremos (quizá el único fallo) y agacharemos con el stick (se puede jugar tanto con mando clásico como con Nunchuk y WiiMote conectados), mientras que atacaremos pulsando el botón b (siempre hablando del mando clásico, que es la configuración que yo he usado). Para cubrirnos, dejaremos pulsado dicho botón. Si lo combinamos hacia abajo, arriba o los lados, obtendremos fugaces movimientos, sablazos que rompen defensas o lanzamientos que llevan a los enemigos hacia los aires para seguir el combo. Con otro botón usamos un objeto (de un listado rápido), con R cambiamos de objeto y con L de arma y con otro botón usamos la habilidad especial del sable que llevemos en ese momento. Fácil, sencillo y totalmente intuitivo. Si morís, dudo mucho que sea por el control.

Y a pesar de ser fácil, esconde una cierta complejidad y resulta un reto ya en el segundo nivel de dificultad (de tres posibles que hay, dos disponibles desde el comienzo). En total contaremos con 108 sables pero, por supuesto, apenas 3 o 4 estarán disponibles desde el inicio. El resto hay que conseguirlos a base de almas (al estilo de las orbes rojas de la saga Devil May Cry) y espíritu, que se obtiene al usar objetos o comer alimentos (en restaurantes o cocinados por uno mismo con los ingredientes que obtengamos). Estos sables cuentan con la peculiaridad de que se pueden romper si nos cubrimos demasiado o usamos mucho sus habilidades especiales (curación, ataque múltiple, lanzar una onda de energía o un rayo, etc.), momento en el cual deberemos cambiar a otro sable (de hasta tres que podemos equipar al mismo tiempo). Mientras usemos un sable, los otros dos equipados se restaurarán para que los podamos volver a usar.

Este sistema establece unos límites necesarios (al menos en principio) para nuestras habilidades y nos obliga a ser un poco estratégicos, pues además de su habilidad, cada sable puede ser corto o largo y añadir un efecto (autorrecuperación, potenciación de experiencia, mayor fuerza, etc.). Elegir bien qué 3 sables llevar en cada momento (no se pueden cambiar por otros 3 en medio de una batalla) será vital para obtener el éxito.

Habilidades y efectos: aquí tenemos a Momohime en plena faena

Y los filos nos llevan al siguiente punto: una cierta reminiscencia a la saga Metroid (o a los últimos Castlevania). Como en dichas sagas, el mapeado se divide en lugares (provincias, en este juego), que consisten en pequeñas pantallas interconectadas unas con otras. Muchas veces, no podremos avanzar por un determinado sitio si no tenemos el sable adecuado, de forma que nos tocará dar un rodeo hasta que consigamos la katana necesaria. Si os gusta el sistema, aquí disfrutaréis.

Para el final me he dejado las sensaciones que deja el juego. Muramasa es la mezcla casi perfecta entre el RPG y los beat’em ups en dos dimensiones de antaño. Como RPG, contamos con equipamiento, multitud de objetos, experiencia (y sus consiguientes subidas de nivel), atributos (vida, fuerza y vitalidad) y batallas aleatorias donde conseguir más experiencia. Como beat’em up contamos con enfrentamientos contra múltiples enemigos sobre un plano bidimensional, con movimientos sencillos pero ciertamente variados y barras de vida. Para los que disfrutaban antaño con los yo-contra-el-barrio de turno, Muramasa puede suponeros el retorno de esas sensaciones antiguas. Para los más exigentes, cuenta con los suficientes elementos roleros como para significar un poco más complejo que el beat’em up tradicional.

Al final, me queda la sensación de que os he hecho leer esta parrafada y no he conseguido expresar bien lo grande que es este juego. Quizá haya que probarlo de primera mano para saberlo. En cualquier caso, para un servidor se trata del mejor juego del año pasado en Wii (junto a New Super Mario Bros.), una auténtica gozada bidimensional de la vieja escuela, plagado de detalles y con un apartado técnico de lujo. Si te consideras un jugópata de toda la vida y tienes una Wii, deberías tener este juego. Así de simple.

P.D.: Sólo le he echado en falta la ausencia de un modo a dos jugadores cooperativo, como antaño. Le vendría como anillo al dedo…

P.D. 2: Aunque las imágenes que veis en estas impresiones estén en japonés o inglés, la versión europea trae el juego perfectamente subtitulado al castellano.

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3 comentarios en «Impresiones de MURAMASA: THE DEMON BLADE»

  1. Pues a mi si que me has dado ganas de probarlo 🙂 Lástima que me deshice de mi Wii. Si no, sería un juego a probar sin duda.

    Estupendas impresiones, como siempre.

  2. ¡Por fin saco un momentito para leer este artículo! Ya siento haber tardado tanto, pero que no se diga que Closto no cumple :).

    Pues al igual que a Dagarin, a mí me has metido unas ganas locas de comprármelo, y más ahora, que me has pillado en momentos bajos, en que tengo ansias de nuevos juegos.

    Bueno, voy a ver si lo encuentro, aunque soy consciente de que este año me voy a arruinar xD.

  3. @Dagarin: Si es que a veces en Wii sale algún que otro juego que merece la pena xD. Me alegro de que te haya gustado el artículo ^^.

    @Closto: Ya llevaba un par de días yo echando en falta tu comentario en esta entrada xD. Respecto a lo de arruinarse, tengo una buena noticia: en Japón Muramasa ya ha entrado en una especie de serie Platinum que ha sacado Nintendo, así que no me extrañaría que en un par de meses se bajase el precio también para Europa (online, porque asumo que en tienda física te va a costar horrores encontrarlo).

    Un saludo.

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