Comentarios en el blog y "extraños" visitantes.

Seguramente, muchos de los lectores de este blog no habrán entendido del todo la gracia que me ha hecho la viñeta que he colocado a mediodía. Como además se han unido otro par de circunstancias, creo que merece la pena dedicar unos minutos a explicarlo.

A ver, cuando uno blogguea, lo hace «por amor al arte», por así decirlo. La recompensa económica de este blog o de El blog del Jugópata, mi otro blog, es totalmente nula. No hay publicidad, ni patrocinio, ni recibo regalos de nadie ni nada similar. Las visitas son bastante pocas como para que merezca la pena colocar un sencillo banner de AdSense (publicidad), porque podría tardar años en alcanzar la cifra mínima de 50 € para que me paguen algo. Ojo, que no me quejo por la cantidad, que lo importante es la calidad y me consta que tengo muy buenos lectores/as.

Mi experiencia bloggera ha sido dar tumbos por diferentes plataformas (myspaces, spaces, wordpress,..) para finalmente decantarme por blogger y comenzar algo mas en serio el tema bloggear. Sin constancia alguna. A veces un par de post diarios y otras unas semanas sin escribir nada. El blog del jugópata si que me lo tomé algo mas en serio, ya que los videojuegos son mi pasión, pero tampoco esperaba ni recibir visitas.

Un día te da por poner un contador de visitas y vas descubriendo que, oye, la gente entra y lee cosas, así que te animas un poco. Hasta me dio por poner el banner de publicidad para intentar conseguir algo de pasta para los videojuegos, pero no hay manera. Me obsesioné una temporada y finalmente me di cuenta que estaba perdiendo la esencia del bloggear para mi: divertirme. Así que quité la publicidad y volví a los origines. Escribo algo mas en el, porque insisto en que es mi pasión, y no me cuesta mas de 15 minutos o media hora postear una o dos noticias que me resultan interesantes para compartir con los buenos lectores que tengo por allí.

Respecto a este blog personal, pues lo mismo, aunque nunca jamás llegué a plantearme el tema de publicidad. Como bien dice el título, no es mas que mi hogar. Un lugar donde encuentro algo de paz y tranquilidad para poner en orden mis pensamientos cuando estoy agobiado o triste. Y también donde compartir algunas de mis otras inquietudes, como mi interés por el mundo de la televisión, a veces el cine, la tecnología, las chicas guapas (a las que tengo en mente dedicar un post algún día)… Un cajón de sastre, como es cualquier cerebro humano.

Estos días he notado que el número de visitas va en aumento, cosa que me alegra, pero que tampoco me obsesiona. Aparte de mis seguidores habituales, casi se podría decir que tengo una nueva fan, jajaja. (un bezazo, guapaaa), Y para colmo, hoy el contador de visitas me indica que alguien ha estad leyendo a fondo este blog. He tenido las visitas habituales pero alguna o algunas de esas visitas ha estado indagando por las páginas y ha leído bastantes de ellas. Desconozco cuales han sido, si las personales, las tecnológicas (lo cual me recuerda que debería hacer algo con las etiquetas para separar unas de otras), las de TV,…

Me hubiera gustado que esa persona dejará algún comentario en alguna de las páginas que ha leído. Deduzco por la cantidad que ha debido encontrar parte del contenido interesante y me hubiera gustado conocer qué le ha interesado tanto. (ya voy volviendo al hilo central de los comentarios, no desesperéis, que acabaré explicando la viñeta)

Además, ayer recibí un comentario de alguien anonimo/a en un post algo mas antiguo, que no aparece en la página principal. Fué en el de La Mochila y comenzaba diciendo que «…a veces no siempre los comentarios que se puedan hacer gusten…». Ciertamente no era ningún halago a este post sino mas bien una reprimenda a mis actitudes y a mis errores. Por supuesto, le respondí, porque como le dije a esa persona, todos los comentarios son válidos siempre que se hagan con respeto y educación.

Los bloggers no cobramos en su inmensa mayoría. Hacemos esto por placer, pero es opinión generalizada en este mundo que nuestro mejor salario es recibir comentarios. Cualquiera, un halago, una felicitación, una crítica bien argumentada que ayude a ver las cosas de forma diferente. Nunca jamás me he creído en posesión de la verdad sobre nada. No me canso de repetir en mis dos blogs que son mis opiniones personales, que por supuesto no coincidirán con las de mucha gente. Intento siempre hablar desde el respeto y no faltar a nadie. Si en alguna ocasión he cometido este error aprovecho estas lineas para pedir disculpas públicamente si alguien se ha sentido ofendido. Tengo la mala costumbre de no re-leer lo que escribo, así que si en algún momento de calentón he faltado a alguien, mis mas sinceras disculpas.

Cerrando el tema de los comentarios, reiterar que son nuestro alimento. Cada vez que recibo un correo informándome que alguien ha comentado tal o cual entrada de alguno de los blogs, siento la emoción de un niño la mañana de Reyes, deseando abrir el correo como si se tratará de un regalo envuelto en papel brillante. No se si ese comentario anónimo provenía de ese «extraño visitante» de hoy, que pasara también ayer por aquí, pero me gustaría que leyese este post y comentase. De forma anónima si no puede hacerlo de otra (o no quiere, que está en su derecho). ¿Que te gustó? ¿Que te atrajo? ¿Que te disgustó?

Espero que ahora entendáis mejor la viñeta de esta mañana. Los comentarios son la obsesión y la vida de los bloggers. Hasta en la pintada del baño esperaba un comentario, porque nos gusta compartir nuestros pensamientos y que otros los compartan con nosotros.