Bienvenida

Hoy me gustaría dar la bienvenida a una nueva visitante que, por lo que veo en las estadísticas de la página, ha pasado un buen rato por aquí leyendo entradas. Como es habitual, no voy a dar nombres, pero como suele decirse, a buen entendedor, pocas palabras bastan y sin duda sabe a quien me refiero.

He de reconocer que le he dicho la dirección de este «hogar virtual» con una mezcla de miedo y alegría. El miedo era por varios factores, pero principalmente por lo que pudiera descubrir y saber de la parte mas privada de mi, especialmente en lo referente a mi trabajo, ya que pertenece a este entorno, aunque pienso que no le ha debido sorprender nada y si algo no debe divulgarse, creo que sabrá ser lo suficientemente discreta. Como hace años me dijo un compañero de mi antiguo trabajo, tengo un serio problema: confío en la gente hasta que me demuestran lo contrario, lo cual ha hecho que me lleve muchos palos en la vida. De todas formas, con esta nueva amiga me pasa un poco lo que describí en esta antigua entrada. Además, tengo la mala costumbre(o buena, el tiempo lo dirá) de no repasar nunca lo que escribo. Suelto aquí lo que me apetece y como me da la gana, así que son como las palabras de un borracho: dichas sin pensar mucho y siempre sinceras.

Por otro lado, la alegría ha sido la sorpresa de descubrir que estaba interesada en leer este blog. Es extraño, pero varios de mis grandes amigos/as no se han mostrado nunca interesados en leerlo, pese a conocer su existencia. Y eso, en cierto modo, me apena. Si pudiese conocer esas confesiones «intimas» de esas personas a las que no les interesa mi blog, a mi me encantaría, así que no se bien como tomar que esas personas no se muestren interesadas. No es que escriba esto para que lo lean, pero me entristece un poco ver esa falta de interés. Por eso me ha alegrado y sorprendido ver que s de esta nueva amiga le apetecía conocer este blog.

Total y resumiendo, que me alegra tener a esta nueva visitante por aquí. Las puertas del Hogar de Dagarín estarán siempre abiertas para ella y espero que esta nueva amiga, con el paso del tiempo, se convierta en una vieja amiga, porque pese a que las circunstancias nos separarán en breve, gracias a cosas como esto de internet, facebook y similares, el contacto no tiene porque perderse.

Bienvenida a mi hogar.

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