El Corte Inglés…

… ya no es lo que era.

Hubo un tiempo, aunque sea difícil de creer, en que fui joven. Tuve 10, 12, 18 años… En aquellos tiempos, El Corte Inglés de mi ciudad era mi templo particular. Aquel cubo gris, el primer centro comercial grande que hubo en mi ciudad, era lugar de peregrinación obligada. Pasaba horas allí metido, viendo maravillas inalcanzables. Mi sueño, como el de muchos niños, era quedarme encerrado una noche en aquel universo de juguetes, comida y todo tipo de trastos.

Con los años, esas imágenes idílicas se van difuminando y se convierten en algo mas racional. Cuando ya tenía mas noción de las cosas, seguía viendo El Corte Inglés como el paradigma de un centro comercial. Por su calidad y su contenido, que no por su precio. La gran mayoría teníamos el concepto de que comprar en El Corte Inglés era sinónimo de pagar siempre un poco mas que comprar lo mismo o muy similar en otro sitio. Pero no obstante había cosas que las comprabas allí. Por una parte por la cantidad de productos que tenían y que no podías comprar en ningún otro sitio. Ya fuera ropa, comida en su supermercado, electrónica, … todo estaba en El Corte Inglés. Con un trato además exquisito por parte de los dependientes, un servicio estupendo, la garantía (por aquel entonces única) de que si no estabas satisfecho, te devolvían el dinero.

Algo tan tonto como un desayuno, era especial en El Corte Inglés. Durante años, cuando un sábado estaba especialmente deprimido, tenía ganas de darme un lujo o me apetecía empezar bien el día, lo primero que hacía era desayunar en la cafetería de El Corte Inglés. Croisant mixto (parece que tengo la semana del croisant). Con el jamón, el queso y el propio croisant pasados por la plancha, acompañado de un exquisito zumo de naranja natural. Y ya me animaba el día. Costaba como el doble que desayunar en cualquier otro sitio, pero era un pequeño lujo que me permitía muy de vez en cuando y era algo especial.

Acabo de llegar del Corte Inglés, de tomarme un croisant mixto. Frío por fuera, con el jamón de hace 3 días hasta seco por los bordes, con un zumo de naranja que tenía poco de natural aunque he visto como lo exprimían. Y me ha seguido costando el doble que desayunar en cualquier otro sitio. Servido además por un camarero estúpido que incluso me ha preguntado si quería cubiertos para el croisant o no. Antes te lo ponían y punto. Si no los querías, pues tu mismo, pero su obligación era darte el servicio completo y lavar esos cubiertos aunque no los hubieras pagado. Es lo que pagas cuando gastas esa cantidad de dinero en un desayuno.

Y este ejemplo es extrapolable a todo El Corte Inglés. El servicio ha decaído muchísimo. Aún recuerdo cuando poco antes de navidad fui a devolver un pack del Guitar Hero World Tour. Un videojuego de cerca de 200 €. Los motivos de la devolución no los voy a contar aquí porque no vienen al caso. Lo importante es que esa garantía de «si no quedas satisfecho, te devolvemos el dinero» parece que ya no es su máxima en absoluto. No querían devolverlo. Tuve hasta que insinuar que iba a pedir una hoja de reclamaciones porque el propio encargado me decía que no podían devolverme algo abierto.

Y así es con todo. Ya no es ningún paraíso. Ya no tienen de todo, ya no te ofrecen el servicio que daban antes ni remotamente. Antiguamente, si algo no lo tenían te miraban el ordenador (tenían el sistema informático mas avanzado que yo había visto) y te decían rápidamente cuando podías tenerlo disponible si lo querías. Y cumplían su palabra. Todo eso se ha perdido. Ahora no te dan mas servicio del que te da cualquier Carrefour o Alcampo cutre. Y me parece una auténtica pena.

Puede que yo haya crecido, puede que ahora tenga mas sitios donde comparar, pero creo que no es tanto eso como una notable decadencia suya. No creo que sea el único que lo ve así. Y me da realmente mucha pena perder una referencia de calidad. Nunca he sido asiduo de El Corte Ingles, pero era bueno contar siempre con ellos, saber que ahí tenías esa referencia para cuando lo necesitaras. Y ahora esa referencia se ha perdido para mi.