Sociables
Esta mañana ha entrado un señor en la tienda donde trabajo, preguntando por la adaptación a la TDT de su comunidad. Mientras yo me preocupaba en buscar los datos en el ordenador para responderle, me ha contado que la madre de la presidenta de su bloque está ingresada en un hospital por noseque problema que tiene (no se cual, porque no le he escuchado, pero el me ha dado todos los detalles). Que nosecuantos vecinos tienen Procono, que el ha pasado por aquí porque está buscando para hacer una fotocopia de un papel que le ha mandado la Junta de Andalucía para noseque problema que tiene con noseque cosa. Cámbiese en estas frases cada noseque por todos los datos absolutamente innecesarios para mí y para el problema que realmente se supone que interesaba a este señor, que era la TDT en su comunidad.
Y yo me pregunto: ¿Por qué me tiene que dar todos esos datos?
Yo es que no entiendo esta gente que te cuentan toda su vida nada más decirles “Buenos Días, ¿Qué desea usted?”. Señor, por desgracia tengo mucho trabajo que hacer y muchas cosas en la cabeza como para encima tener que estar preocupándome por las suyas. ¿Yo le cuento a usted que el médico me ha dicho que tengo «codo de tenista» y que apenas puedo mover el brazo izquierdo? ¿O que tengo que ir a recoger una multa de tráfico, no se de que importe, cuando salga del trabajo?. No, no se lo cuento a usted. Se lo cuento a mi gente, no al primer desconocido que pille.
Pero claro, le sonrío o pongo cara de preocupación, según lo que entiendo que me está contando, y soy amable, pero no entiendo esas cosas. Será que soy poco sociable o abierto.
A mi me encanta cuando la gente me cuenta su vida. Aunque me encantaría más si me contaran cosas buenas y no tantas desgracias, porque al parecer la regla num. 1 de contar la vida a la gente es siempre contar historietas trágicas, a poder ser con dramatisco inventado añadido!
Saludos!
¡Por fin estoy por aquí!
Bueno, yo no soy precisamente la persona más abierta del mundo y nunca ( de momento) se me courriría contar mi vida a un dependiente o cualquier otro porfesional. Sin embargo, entiendo a las personas que lo hacen, porque a lo mejor ese pobre señor no tiene amigos a quien contárselo. O quizá simplemente son diferentes a nosotros y ,total, no hacen nada malo,¿no? Aunque también te entiendo a ti, que llevarás muchos años en la tienda y lo que menos te apetece es escuchar las «tonterías» de la gente.
Bienvenida, Prigkinissa. Es que la gente es muy negativa. Precisamente este señor ha vuelto esta mañana a buscarme, acompañado de su señora esposa, para contarme que esa mujer que estaba mala enferma el día que me lo contó por la tarde. Si es que será que vivimos en una sociedad de gente muy solitaria y que, como dice Prigkinissa, muchas personas no tendrán amigos con los que hablar, no se.
Ojalá se acuerde de mi también si algún día le toca una primitiva y por lo menos me invita a algo. Es lo que dice I’m a doctor, la gente solo suele contar sus penas y la verdad es que ha veces que no sabes que decir cuando te cuentan esas cosas. Por cierto, que me estoy acordando de otra historia,… igual escribo otro post sobre el tema, porque estar tras un mostrador da para muuuuuuchas aventuras, jeje.