Redes Sociales

Facebook, Twitter, Google+, Linkedin, Instagram, Tuenti, Pinterest, Tumblr… ¿Cuantas redes sociales, o similares, hay? ¿Cuantas cuentas tenéis? Y qué criticadas son, ¿verdad? Que si nos anulan, que si enfrían la comunicación entre personas, que si estamos más pendientes de nuestro móvil y de las redes sociales que de la vida 1.0. Y si, tienen razón muchas veces esas voces que se alzan en contra de estas redes, pero no todo en esta vida es totalmente bueno ni malo.

Confieso que hoy me pillais en plan positivo. Hace un tiempo El Observador escribió sobre este mal uso que muchas veces hacemos de estas redes sociales. Pero es que el problema es precisamente ese: el mal uso que podemos hacer. Todos hemos visto imágenes similares a la que ilustra este post sobre la idiotización que producen las redes, pero que trabajo nos cuesta ver la parte positiva. Por supuesto que no es lógico ni razonable que en una reunión haya más personas hablando con la gente de fuera o actualizando sus estados de Twitter que disfrutando de la compañía 1.0. Pero quitando esas situaciones absurdas, cuanto bien hacen todas estas vías de comunicación. Tanto redes sociales como comunicación directa.

Facebook, de la que soy confeso enemigo, ha facilitado que mucha gente se vuelva a reunir. O que familias monten sus grupos donde compartir fotos y experiencias. Porque no siempre podemos ver a la familia todo lo que nos gustaría y Facebook puede ser un buen sucedaneo entre reunión y reunión. Conocer gente nueva viendo amigos de amigos o compartiendo intereses públicos con los demás. Mantener el contacto con gente que se va al extranjero… No todo en Facebook son videos de gatitos ni Candy Crush.

Y no sólo amistades, también profesionales. Grupos de fotógrafos, informáticos, escritores… también encuentran su sitio. Y por supuesto no sólo FaceBook, todas las redes sociales y todas las vías nuevas de comunicación. Amistades y charlas vía twitter, Google Talk, mails, guasap… El otro día hubo una caída en Guasap y un amigo, varios en realidad, comentó que era el momento perfecto para hablar con la gente que tienes al lado. Y yo le respondí (o sólo lo pensé, no estoy seguro) «¿Y los que no tenemos a nadie al lado?»

Si, somos unos cuantos los que no tenemos gente al lado con quien hablar y los que todas esas vías nos acercan a personas increíbles que no podríamos conocer de otra manera. Gente de cualquier lugar del mundo que comparte mis intereses, mis gustos, mis risas… Gente con la que no puedo hablar cara a cara porque están en Coruña, Madrid, México DF, Extremadura,  Albacete, Valencia… ¿Hay algo de malo en compartir mi vida con esos amigos virtuales?

Ojo, soy consciente que esta «amistad» es muy efímera. Los amigos de hoy son los enemigos de mañana. O simplemente los olvidados dentro de 3 meses. Pero eso pasa también en la vida 1.0. Y también pasa en las dos vidas que hay gente que se queda en tu corazón. Gente con la que no hablas todos los días pero que cuando vuelves a contactar con ellas es como si no hubiera pasado el tiempo. También hay gente en la que pones muchas esperanzas y al cabo de nada te das cuenta que no es más que una relación vacía. Pero insisto: igual en la vida 1.0 que en la 2.0.

En fin, que no demonicemos nada. No son tan malas las redes sociales. Es más, son muy buenas. Pero al igual que el alcohol, en su justa medida. Si no, se convierten en una enfermedad. Twiteemos con moderación, es nuestra responsabilidad, como dicen de las bebidas 🙂