De lo políticamente correcto y Kevin Spacey. O Scarlett Johansson. O los chistes de gitanos. O el todos y todas. O….
Os digo desde ya que lo políticamente correcto se nos fue de las manos hace tiempo. Esa es mi modesta y sincera opinión. Hemos pasado del no tener ningún cuidado con lo que decimos a intentar ser tan respetuosos que al final acabamos molestando por no querer molestar. Es ridículo y desde ya os digo que posiblemente esta sea uno de los post más políticamente incorrectos que haya escrito pero es que estoy muy harto de tanta tontería. A ver si soy capaz de dar un poco de orden a todo esto.
El Hombre Elefante o porqué para hacer de Hanibal Lecter debió escogerse a un Canibal y no a un buen actor.
La gota que colmó el vaso de mi paciencia y me incitó las ganas de escribir este post fue esta noticia que leí hace unos días en Fotogramas. En resumen, por si no queréis leerla completa, se critica que para la nueva versión de El Hombre Elefante que está preparando la BBC se haya elegido aun actor que no presenta la enfermedad que se retrata en la película. Demencial. Os aseguro que me parece demencial.
Ahora resulta que para interpretar un papel es necesario vivir lo que vive ese personaje. No entraba en mi cabeza. Y recordé que no hace mucho Scarlett Johansson ha tenido que renunciar a interpretar la historia de un transexual en una nueva película. ¿Razón?. Ella no es trans y al parecer para hacer un papel hay que ser trans. Eso pudimos leer allá por el mes de Julio.
Insisto: me parece demencial. Es como si la ACI (Asociación de Caníbales por la Igualdad) se quejará porque el papel de Hanibal Lecter no ha sido interpretado por un auténtico caníbal que pueda expresar los sentimientos de un auténtico comedor de carne humana. O el SPC (Sindicato de Pianistas en el Cine) se hubiera quejado porque el papel de Amadeus Mozzart no lo interpretara un pianista auténtico. ¿A que suena ridículo? ¿Y porqué no suena igual de ridículo que deba ser un transexual quien interprete el papel de un transexual? Lo es, es ridículo.
Los actores son actores, interpretan papeles y nos hacen sentir. No tienen que ser Pianistas, caníbales, trans, gays, superherores, pilotos de avión… interpretar, esa es su misión.
Nadie se quejó cuando el papel de Einar Wegener/Lili Elbe en La Chica Danesa lo interpretó magistralmente Eddie Redmayne. El mismo que hacía muy poco hizo otra magistral interpretación de Stephen Hawking. Esa es la magia que debe tener un actor y esa es la magia que nos pretenden quitar con este absurdo de cogérnosla con papel de fumar, este exceso de corrección política.
Poniendo un ejemplo muy reciente. Hace poco he estado viendo Paquita Salas. Si, se que he llegado tarde pero me parece genial. Paquita Salas es interpretada por Brays Efe. Si, un personaje femenino interpretado por un hombre. Y aunque choque los 3 primeros minutos, al cuarto ya has unido a Paquita con Brays. Es así. Es la magia y el juego de la interpretación. Ni siquiera hace falta que una mujer interprete una mujer o viceversa. Solo hace falta el actor adecuado para el personaje adecuado.
Pero parece que no, que ahora además hay que escoger a un actor con unos valores concretos para según que personaje. Y esto me lleva al segundo punto.
De Kevin Spacey o la separación de publico, privado y, sobre todo, profesional.
Supongo que conocéis la historia de la caída en desgracia de Kevin Spacey. Actor ampliamente reconocido en algunos papeles. De carrera, en mi opinión, irregular y que hace unos años encontró un filón con la serie de Netflix House Of Cards. Su mirada, su genio, sus conversaciones con el espectador rompiendo la cuarta pared. Intrigas, culebrón, sexo, política… la serie lo tenía todo y fue todo un éxito con Kevin Spacey a la cabeza.
En plena vorágine del #MeeToo contra los abusos sexuales en el cine saltan voces que le denuncian por presuntos (que sepa aún no hay sentencias en firme) de abusar sexualmente de compañeros de rodaje. De repente se unen los abusos con una apresurada y desafortunada salida del armario porque el actor no había hecho pública su homosexualidad. Ojo, ni falta que le hacía que cada uno tiene su vida privada y no es necesario convertirlo todo en público.
Despido fulminante de la serie, que estrena en noviembre su última temporada sin el actor. Despido de otras películas en las que trabajaba, incluso volviendo a rodar sus escenas con otros actores. Condena pública al olvido. Ya parece no ser buen actor, ya no vale nada, y no me parece justo en absoluto.
Para empezar, aún no está condenado por nada pero supongamos que es cierto todo lo que se cuenta y que es un depravado que ha abusado de su posición de poder en los rodajes. ¿Quita eso mérito a su trabajo como actor? En mi opinión en absoluto. Sigue siendo un gran actor que merece respeto como actor. Independientemente de que dentro de unos meses tenga que pagar por lo haya hecho. Cárcel, multas o lo que los jueces y tribunales decidan, que para eso están. Yo sin embargo no considero justo que se le aparte de la interpretación o al menos no considero justo que se reniegue de él de esa manera. Un actor que sólo interpreta.
O si volvemos al punto anterior de que para interpretar algo hay que serlo, igual debería estar condenado a hacer papeles de gay abusador, ¿no? Si no, ¿quién va a interpretar esos personajes?. Me parece que la vida privada de la profesional deben estar al margen. Las consecuencias de lo que haga en su vida privada las tendrá que pagar donde corresponda y si es cierto ojalá las pague, pero los juicios mediáticos no son en absoluto justos.
Del todas y todos, diputadas y diputados y los chistes de gitanos.
Lo dicho al principio: Se nos va de las manos lo políticamente correcto. Se nos fue hace tiempo y parece que no hay forma de recogerlo. Desde estos casos que os cuento, que me parecen el summun de la corrección política extrema a la hartura de escuchar el todas y todos, compañeras y compañeros, diputadas y diputados… Cuanta tontería, en serio. No creo que eso solucione absolutamente ningún problema de los que tenemos respecto a la igualdad de genero. Os recuerdo que en otros idiomas como el inglés, no hay tanta diferencia de género en las palabras como en el nuestro y no por ello son más igualitarios. Son tonterías, ganas de montar películas, ganas de discutir y sentirse ofendido.
Y es que hoy hay mucho ofendidito (y ofendidita) por cualquier cosa. Desde el género de las palabras, el orden de los apellidos, los chistes de gitanos(chistes, que ya ofenderse por un chiste es de ser susceptible) o el género o condición moral de los actores.
Si, se nos ha ido de las manos lo políticamente correcto y a veces le dan a uno ganas de pasar de todo y soltar algo políticamente incorrecto como este post. Porque sí, porque está uno harto de intentar no pisar ningún charco ni ofender a nadie. Y ya está bien. A ver si dejamos atrás la generación milenial y la que llega es un poquito más Generación X, que éramos un poquito más normales.
Actualización: No me contengo a actualizar y añadir este enlace. Ahora resulta que debo tener cuidado con el nivel al que pongo el Aire Acondicionado de la oficina resulta que soy un machista porque según un estudio las mujeres necesitan estar a 3º más que los hombres. Y yo flipo. Mucho. Y me cabreo. Mucho también. Porque es que esto ya no es ni normal. Os dejo el artículo de El País.
Aunque tengas su parte de razón, y por ponerte un ejemplo, La vida de Bryan no creo que se hubiera estrenado hoy, tengo que recordar que con Michael Keaton se monto la de dios con Batman, con Ben Affleck tambien, y aun me parece mas grave que apartaran de Los guardianes a su director por chistes en twitter de hace 10 años, y me parece mas grave lo de Rober Bodegas por un onólogo bastante suave, pasar de 100 a 0 no es tan bueno, pero ya se regulará, o eso espero…
Es que ese es el problema, que cada día a peor. La vida de Brian se estrenó en España muy tarde por eso. Hoy igual ni llegaría porque no se atreverían a lidiar con la polvareda que levantaría. En fin
Jajaja la eterna lucha del aire acondicionado, ahora sí me gusta este pist, ahora sí da de comer.
No hay mayor fuente de disputas en una oficina que el aire acondicionado. Y ahora encima de guerra de sexos, ains