Equilibrio

Equilibrio

Quizás suena un poco duro dicho así pero llevo un tiempo bastante desequilibrado. Necesito de nuevo encontrar algo de equilibrio en mi vida. Otra vez ando carente de orden y concierto. Otra vez ando a empujones buenos y malos. Otra vez me muevo por impulsos hacia un lado u otro para intentar encontrar mi punto de equilibrio, mi momento Nescafé, mi punto Zen… llamadlo X

Como ya sabréis por mi Instagram, que es la red que más viva mantengo últimamente, he pasado unos días en Copenhague con mi más mejor amigo. No ha sido un retiro a la montaña donde meditar y hablar con las nubes, han sido sólo unos días de vacaciones donde hemos bebido, comido, reído, paseado, vagueado, grabado con el dron…. han sido sencillamente unos días de desconexión. Y no me han servido para encontrar el equilibrio pero sí para darme cuenta de que no estoy bien.

A ver, ojo que no estoy deprimido ni nada de eso. Tranquilidad en las masas que sé lo que es una depresión y la ansiedad y no llego a ese punto, pero las veo cerca. Sobre todo la ansiedad. Este parón me ha servido para echar un vistazo y darme cuenta de lo cerca que estoy de ella.

En el día a día no lo ves. Trabajo, obligaciones, los problemas que me asedian aquí y allá, las cosas del día a día… Te crees que estás bien pero no. En realidad es como irse dejando llevar por un río en una canoa sin ningún remo. Antes o después algo pasará porque no tienes el control y el azar no te va a salvar siempre. Así está siendo mi vida últimamente. Y eso que lo disimulo muy bien. Sobre todo para mi.

No me canso de decirme que estoy bien, que todo va genial, que no me importa nada, que no pasa nada… mentira cochina. Claro que pasan cosas. Claro que han pasado cosas que me han dolido horrores y que me afectan. Claro que tengo ahora mismo parte de mi vida en el aire esperando que se asiente. Puedo decirme mil veces que no pasa nada y hasta me lo creo. Pero mi cuerpo sabe que no. Mi subconsciente me devuelve a la realidad por la noche con sueños ansiosos de diferente índole. No todos referidos a mi vida, no hace falta. Sólo se encarga de dispararme el corazón que llevo todo el día conteniendo. Se encarga de darle un poquito de esa marcha al cuerpo que me niego a darle de manera consciente. Y así llevo esta semana.

Necesito equilibrio como el comer. Hay cosas que no están en mi mano pero necesito comenzar a marcar prioridades. Marcarlas YO, no dejar que pasen. Que si me pongo a ver una serie sea porque me guste, no por costumbre o inercia. Que si me pasa algo lo diga. Bueno o malo, y me calle menos de lo que estaba volviendo a callar. A darle importancia a lo importante. Y he decidido empezar con un pequeño símbolo de esas cosas que me hacen avanzar sin yo ser consciente: las notificaciones del móvil.

Estos días en Dinamarca he tenido el móvil en silencio casi todo el tiempo y no me he llevado el Apple Watch. He vivido ajeno a los mil estímulos que vivo cada día con estos aparatos. Mensajes, guasap, skype, correos, Facebook, Instagram, Telegram… incluso llamadas. Todo estaba desconectado. Todo se quedó en espera. Me sentía dueño de mí. No tenía un par de máquinas reclamando mi atención como niños pequeños que me absorben. ¿Y sabéis qué? No ha pasado nada. No me he muerto, no se ha muerto nadie, no ha quebrado ninguna empresa… todo ha seguido su curso normal.

Yo decidía cuando era el momento de mirar quién y qué me había escrito en guasap, revisar los comentarios de instagram… Incluso decidir si abría algún mensaje o no. Yo, sólo yo. Y eso debe ayudarme a conseguir cierto equilibrio. No estar continuamente zarandeado por el exterior, ser yo quien dirige.

Es un pequeño paso, no es que sólo esto me vaya a dar la estabilidad que necesito, pero siento que es un paso necesario que ya estoy dando aquí. El móvil en silencio, notificaciones mínimas e incluso el modo no molestar activo en muchos momentos del día y por supuesto por la noche.

No seré yo el que ahora me dedique a luchar contra la tecnología, pero si creo que de alguna forma hay que mantenerse dueño de ella y no dejar que sea quien gobierna tu vida. Por algún sitio debo empezar a volver a encontrar mi equilibrio y este es uno tan bueno como otro cualquiera.

PD: Vuelvo al Starbucks donde hace unos años era tan feliz. Donde buena parte de El Comité se gestó, cerca de donde pasé tan buenos momentos que tan feliz me hicieron. Tantas tapas, vinos, copas, risas, complicidad… Ese equilibrio de aquellos días necesito recuperarlo. No sabía que lo tenía tan perdido.

6 comentarios en «Equilibrio»

  1. Pues a por ese equilibro mi querido amigo y efectivamente que no te domine la tecnologia,espero que lo encuentres muy pronto

    • Estamos en ello. La tecnología, y en especial el móvil, son una adicción más. Todo es cuestión de enfrentarse a ella. Un abrazo!!!

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