Y a pesar de todo, el día de Reyes sigue siendo tan especial

Podría decir que el día de Reyes, con su noche previa incluida, es el más especial del año para mi. A pesar de todo. De los muchos años ya, de las ausencias, de los cambios… A pesar de todo, de que ya no está el horno para hacernos grandes regalos y de que ya nos hemos regalado todo lo regalable, el día de reyes es especial.

Tiene su magia. Tiene su encanto buscar ese detalle que crees que va a gustar a esa persona. Empaquetarlo lo mejor posible y si se tercia y las circunstancias lo exigen mandarlo por correo con tiempo para que llegue. Ver las caras de sorpresa vía guasap no tiene precio.

Y en casa, pese a todo, reírnos. Organizar esa pequeña gran reunión que de alguna forma estábamos evitando en ese salón donde faltaba alguien. Pero sólo físicamente. Volver a sacar esos platos y esa vajilla. Organizar la última gran comilona de las fiestas en apenas una hora y llenar la mesa de viandas para que, como siempre ocurre, sobre comida para reventar.

Abrir esos pequeños detalles que los reyes magos han ido dejando. Reír, abrazar, beber, comer, volver a reír… Montar y desmontar todo en un plis plas. Pasar una tarde de reyes como auténticos reyes. Esa, entre otras muchas, es la magia de los Reyes Magos. La magia de la navidad.

Gracias a todos los que habéis estado conmigo estas fiestas. Físicamente o en la distancia. Gracias por compartir, por reír, abrazar, bromear, querer, besar… Gracias a todos y sobre todo a mis familias. La que ha comido conmigo hoy en esta nuestra casa de toda la vida y que ha montado todo este cirio en nada de tiempo. Ellas sin que son maravillosas reinas magas. La que ha compartido días conmigo estas fiestas en casa y/o en los bares(ya sabéis que soy mucho de bares). Y la familia lejana, los que no habéis podido estar más que en la distancia y que aun así os he sentido tan cerca. Vosotros sabéis quienes sois y lo mucho que os quiero.

Porque a pesar de todo, es Navidad y el día de Reyes sigue siendo magia. Mañana vuelta a la rutina pero ¡que nos quiten lo bailao!