Por fin tengo la mesa de Marta
Pues si, tras 10 días de espera, tengo la mesa de Marta Fernández en casa 🙂 Supongo que ya sabéis todos a que mesa me refiero y como la conseguí. Por si acaso, y para no repetirme, podéis seguir los enlaces de arriba.
Lo primero es pegar un tirón de orejas enorme a IKEA. Ya os conté que daba la casualidad que estaba en la tienda IKEA de Málaga, así que esperaba tenerla un poco antes de los 10 días que dijeron. Pasa una semana y nada. Escribo y me dicen que la tienen que desmontar, embalar, etc… Bueno, sigo esperando y por fin ayer por la mañana me llamaron. Todo el día ilusionado, llego y a la cola. Cuando me toca, yo ya con los nervios, me dicen que espere que baja la encargada. Y me da por pensar si no me harán alguna foto o algo por el tema de las promociones. ¡¡¡Y yo con estos pelos!!!
Espero un rato más, sonriendo de oreja a oreja (os aseguro que la gente me miraba desde que entré por la tienda, no paraba de sonreír) y baja una chica con gafas, con la mesa en la mano y con un papel encima con mi nombre (tuvieron el detalle de no graparlo a la mesa, me los hubiera comido). Me pide el DNI me la da y listo. Le pregunto si no tienen un poco de plástico de pompitas o algo pero nada, que si quiero que ahí hay una mesa para ponerme a embalarla. Muy muy mal por IKEA, así de claro lo digo. No entiendo este retraso y, sobre todo, ese trato a un artículo único. En fin.
Pero todo pasa y en cuanto llegué a casa, asustado por si se hubiera podido dañar en el coche, y me quedé mirándola con detenimiento, me alegré muchísimo de tenerla. Pude ver que, además del detalle de la carita en la pata que ya había visto colgado, estaba el nombre de Marta y la fecha, Mayo 2011. Y a mi me encanta, que queréis que os diga. Me parece sencilla, me parece una buena idea y con esos toques personales de Marta en la carita tipo twitter y en esas palabras finales. Me gusta. Y me gusta tenerla, y me gusta pensar que es algo que Marta a hecho con cariño para ayudar a gente y que yo, en mis modestas posibilidades, también he ayudado a esa causa.
Y ahora duerme tranquilamente en un armario, en espera de encargar un cristal que proteja ese manuscrito (en una mesa y con letras doradas, pero es un manuscrito), pero en breve estará en un lugar destacado en el salón. Sin adornos, porque el mejor adorno son esas letras y el mejor complemento es saber de donde viene. Me siento tremendamente afortunado por tenerla.
Llamadme tonto y loco, pero me hacen feliz estas tonterías y estas locuras, si es que lo veis así.
El suertudo del tito Daniel.. No es por nada, pero leyéndote, me he sentido ahí, con los nervios previos a recoger la mesa… jajaja Disfrútala:)
Ya la estoy disfrutando, aunque no la tenga puesta. Me encanta tenerla 🙂
Y ahora Daga, dónde anda esa mesa, en tu salón?
Tiene razón tu sobrina qué emocionante nos imaginamos esa recogida.
Mi «Otra Sobrina» 🙂 Está en mi rincón de lectura para dejar mis libros.