On the road

On the road
Siempre me ha gustado viajar en coche. Mas que en tren, en barco o incluso en avión, aunque te lleve mas lejos. Será porque mi padre, casi por narices, nos metía en el coche cada domingo por la mañana y nos llevaba donde fuera. No demasiado lejos normalmente, pero subíamos a Antequera, Casabermeja, Vélez, Torrox, Nerja…
Con el tiempo y la mejoría de las carreteras íbamos mas lejos, pero siempre igual: levantarnos temprano, desayunar cerca, comprar agua, echar gasolina y al coche. Daba igual donde, pero desde muy joven yo me montaba delante. Ahí ni sillitas de seguridad, ni cinturón ni nada de nada. Yo ahí delante, escuchando el motor, adelantando cuando mi padre iba a subir o bajar de marcha, cuando llevaba el coche bien o lo forzaba un poco para las cuestas. Examinando todas las señales y preguntando a mi padre lo que significaba cada una. Y el me lo explicaba pacientemente. Con el tiempo las iba conociendo casi todas, pero en casi cualquier viaje aparecía alguna que no conocía y él nunca se molestaba porque preguntase una y otra vez.
Y así fui aprendiendo a conducir pero, sobre todo, aprendiendo a disfrutar el camino tanto o más que el destino. Porque a mi me daba igual donde fuéramos, donde acabaríamos comiendo ni cuando. Yo solo disfrutaba el camino. Los diferentes paisajes, la infinita gama de verdes que pueden cubrir los árboles, o los inagotables ocres que da la tierra o las hojas en otoño. Y me encantaban esos domingos por la mañana en el coche.
Y ahora que mi padre ya no está y que hace años que quien conduce soy yo, sigo disfrutando por igual esa experiencia, aunque ya no la haga cada domingo. Pero mañana, precisamente domingo, voy a recordar esas sensaciones. Me voy de vacaciones. Solo, aunque al encuentro de gente que me apetece mucho conocer. Y recorreré muchos cientos de kilómetros. Sin prisas, con todas las pausas que sean necesarias cada vez que un paisaje, un árbol o una montaña me llamen la atención. Porque voy con tiempo sobrado a todas las citas, porque no quiero ir a la carrera. Porque no sólo voy a respetar el límite de 110, es que no me voy a acercar mucho a él. Porque tan importante será el camino como el destino, como poco.
Y este pequeño microespacio de Territorio Dagarin, que nace sencillo y con fechas de caducidad, surge para compartir con vosotros lo que suceda en esta semana. Y si finalmente empieza y termina con este post, será sin duda la mejor señal, porque significará que el portátil yace arrumbado en la mochila mientras yo estoy conociendo a gente maravillosa y pasando con ellas momentos fabulosos.
Sea como sea, queda aquí esta declaración de intenciones. Si se convierten en hechos (post), solo el tiempo lo dirá. Mañana, On The Road.

4 comentarios en «On the road»

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.