Censura

Censura

No soy tan mayor como para haber vivido la dictadura en España. Compartí unos años con el Tito Paco, pero no era consciente de nada. De hecho, lo único que recuerdo conscientemente de él fue el día que murió. Y no por la sensación de vivir un acontecimiento histórico para mi pais. Con 4 años, lo único que me preocupó fue que, por su culpa, no pusieron en la tele Vicky el Vikingo. Todo lo demás lo sé como historia, muy cercana, pero historia al fin y al cabo.

De entre las palabras que se asocian a una dictadura, una de las que mas miedo me ha dado siempre es «censura». Aunque la RAE le da acepciones no tan negativas, para mi siempre va asociado a represión, a coartar la libertad de expresión, a no dejar que alguien exprese abiertamente un pensamiento que no sea el establecido por el régimen en vigor. Agradezco profundamente vivir en un país libre y sin censura y más aún los medios que hoy en día tenemos a nuestro alcance para informarnos y expresarnos. Es una maravilla poder tener un blog personal donde poder decir lo que me apetezca, poder dedicar un blog a Marta Fernández y expresar mis opiniones sin censura y que todo el mundo pueda opinar. Pero aquí empieza mi conflicto.

Como ya os imaginaréis, detesto la censura. Si tengo opción a expresar mi opinión, me veo en la obligación moral de dejar que cualquiera que la lea pueda expresar la suya. Y esa ha sido mi actitud prácticamente intacta hasta hace bien poco, cuando he comenzado a ejercer mi derecho a moderación. Y hay quien lo ha llamado censura, y no sabía si tiene razón. Gran parte de mis reflexiones estos días han sido precisamente por eso. ¿Debía seguir dando libertad total a los comentarios o ejercer mi derecho a moderación? ¿Era censura o no?

Finalmente, he llegado a una conclusión que comparto con vosotros para escuchar vuestras opiniones. Para mi no es censura, es liberación y moderación. Mis blogs no son un lugar de renombre. No soy un periódico que me deba a mis lectores que pagan, ni una televisión… Mis blogs son personales. Son como mi casa. ¿Debo dejar entrar a cualquiera aquí? ¿Debo dar paso a cosas que me incomoden? ¿Debo dar voz a cosas que no comparto y que, además, me hacen sentir mal? Esto, en cierto modo, es mi casa. A quien no le guste, es totalmente libre de no entrar. Porque esto no es un país donde has nacido y tienes que vivir en el. Este, y el blog de Marta, son sólo modestos blogs personales como hay millones. Si no te gusta lo que ves, no tienes porqué quedarte. Puedes irte a otro que comparta tus opiniones.

¿Y debo dejar que comentarios me sigan incomodando? No. Y podría darles paso y no preocuparme, pero no tengo porque ofrecer mis minúsculos altavoces a nadie que no me gusta lo que dice. Pueden gritar en otros sitios. Y no hay mas. No tengo porque dar mas explicaciones que esta. Que en realidad no son explicaciones, solo compartir, como tantas veces, mis reflexiones con vosotros. Y espero que me entendáis. Se que el 99 % de vosotros lo haréis. Y ese 1% es precisamente el que se verá afectado por esta decisión. Y diría que lo siento, pero no sería verdad. No me sale del corazón sentirlo, me libera.

2 comentarios en «Censura»

  1. No me lo creo…

    El que te libere y el que no lo sientas… creo que sí lo sientes y no te libera tanto como dices el ejercer la moderación.

    Pienso que no lo sientes por el maleducado de turno, pero sí te afecta el que te obliguen a moderar… y por eso has escrito este post.

    Y no te libera, pero tras reflexionarlo, te quedas tranquilo en que haces lo correcto.

    Perdona por el atrevimiento… se que me corregirás o me darás la razón según sea 😉

    Por mi parte, como es lógico, comparto que moderes… y en blogs famosos y conocidos en los que participo activamente, también echo en falta que se modere.

    Tú lo has expresado desde el punto de vista del dueño del blog, yo ahora lo haré desde el lector.

    Si vas al cine y un tío se pone a gritar y a molestar… todos piden que lo echen o se calle… ¡pues eso! ya está explicado.

    Por cierto… ¿qué tal tu descanso de escribir en los blogs? 😛

  2. Cierto que lo siento porque me ha obligado a hacer algo que no me gusta, pero no por esa persona. No ha sid una ni dos las veces que he intentado evitarlo, pero llegado este momento no me apetece seguir intentandolo.

    Me encanta tu ejemplo como lector, me parece muy acertado y e agradezco el apoyo. Lo deñ descanso me ha venido bien para pensar. Y recibir algún apoyo extra tampoco ha venido mal.

    Gracias.

    Ah, y atrevimiento perdonado, claro 🙂

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