Histeria

Si comienzo a hablar de bostezos y os pongo un video de una persona bostezando, casi seguro que empezáis a bostezar. Y no es que os aburra el tema, es que está científicamente demostrado que los bostezos son contagiosos. No se sabe por qué, pero cuando alguien en un grupo bosteza, el resto lo sigue. Hay teorías que dicen que socializa, que es una forma de sentirse parte del grupo, que une… el caso es que no se sabe por qué, pero ocurre.

Últimamente estoy comprobando que el bostezo no es lo único que se pega en un grupo de personas. También estoy comprobando que si en un grupo tranquilo metes a alguien histérico, todo el mundo se contagia de ese histerismo. Y, por desgracia, lo estoy comprobando en el trabajo. Como es lógico, somos un grupo dispar, con muchos caracteres diferentes. Pasotas, tranquilos (tengo pendiente volver a hablar de el hombre tranquilo, pero será otro día), mas nerviosos y una persona especialmente histérica. Por histérica no me refiero a que vaya por los rincones tirándose de los pelos continuamente, pero si que es una persona excesivamente nerviosa e incapaz de controlar esos nervios en su trabajo diario.

Cualquier cosa se convierte en una catástrofe, una cuestión de vida o muerte, algo de lo que puede depender el futuro entero de la humanidad. No existe nada que afecte a SU trabajo que no implique forzosamente nervios. Nada se puede esperar 30 segundos, todo lo que necesita tiene que hacerse ahora. Si hay un problema, no se soluciona con calma y tranquilidad, no. Es una crisis tremenda, llena de problemas que sin duda va a terminar con el mundo tal y como lo conocemos. En el 99,9 % de los casos, esas crisis se resuelven y no ha pasado nada, y podría parecer que se resuelven por ese especial interés puesto por esa persona y por haber puesto de repente todo patas arriba, cambiando planes y modificándolo todo, pero yo cada vez lo dudo mas.

Hasta que esa crisis se ha resuelto, esa intranquilidad e histeria se ha extendido por todos los ámbitos de la empresa, desde el último mono a las altas esferas. Finalmente se resuelve, pero siempre quedan flecos que generalmente ya no afectan al trabajo directo de esa persona sino al resto que ha tenido que moverse. Gente que ha dejado todo lo que tenía entre manos para solventar esa crisis puntual y que no podía esperar. Cuando todo pasa, todas esas personas tienen que retomar sus labores, todo hay que volver a recolocarlo, con ese nerviosismo contagiado, con sus tareas retrasadas y, por tanto, con el ambiente mas «estropeado». Y cuando todo empieza a asentarse, vuelve a surgir otra crisis y todo vuelve a comenzar. Y cansa mucho.

Y cuando ves que hay gente que es capaz de resolver crisis similares con mas tranquilidad, por si mismas, afectando poco o nada al resto de gente, y haciendo que muchas veces te enteres de ese problema cuando ya está resuelto, te das cuenta que hay otra forma de hacer las cosas. Formas mas pausadas e igual de efectivas, sin provocar terremotos cada dos por tres y sin necesitar que todo el mundo esté continuamente a su disposición para solucionar algo.

Cuando algo hace ruído, es mas llamativo. Con esas crisis, llega a dar la impresión de que lo que hace esa persona que las provoca es mas importante y/o mas grave que lo que hace el resto y que, por tanto, sus funciones son mas vitales para la empresa. Además, también otorga en apariencia mas valor a esa persona que ha resuelto esa megacrisis, cuando en realidad la crisis no era tan mega y puede que ni crisis, pero parece tan grande que hay que valorar mucho a quien ha sido capaz de solventarla. En cambio, quien lo ha resuelto tranquilamente, sin ruídos, como apenas se ha enterado nadie, no se le llega a dar el valor en su justa medida cuando, para mi, tiene mucho mas valor solucionarlo de ese modo, sin que tenga que afectar a media empresa, que el contagiar esa histeria.

No digo que esa forma de hacer las cosas sea para hacerse notar o para darse mas valor, pero cada día tengo mas claro que no es la forma correcta. Hay que saber hacer el trabajo de una forma mas tranquila, mas independiente, sin pedir ayuda mas que cuando realmente se necesita, porque toda persona en una empresa tiene una misión y un trabajo que realizar. Menospreciar este trabajo y hacer que todo el mundo tenga que estar a disposición de otros en tantas ocasiones no genera mas que malestar e histeria colectiva. Y eso no es bueno para el funcionamiento global de la empresa, aunque efectivamente solucione problemas de manera puntual.

¿Y sabéis lo que mas gracia me hace de esto? Saber que el primer confundido por el ruido es quien mas debería saber distinguir entre el polvo y la paja. Cuando un jefe valora mas este ruido y te dice que debes ser como esa persona, que siempre pelea tanto por su trabajo, te das cuenta que algo está fallando y que quien primero debe tener una visión global de todas las áreas, se deja ensordecer por el ruido de una persona y no se da cuenta del perjuicio que provoca en el bien común.

Aunque aun tengo la esperanza de que sea capaz, con ayuda, de ver realmente como son las cosas.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.