Tormenta

Ya comenté en el twiter que hay vientos de cambio en mi oficina. Mas que vientos, huracanes. Todas las predicciones y todos los indicios nos van diciendo que se avecina una gran tormenta, de esas capaces de poner la casa patas arriba. Se ven algunas cosas, ya se han producido algunos cambios, pero parecen solo las primeras gotas de la gran tormenta, el adelanto de lo que se avecina.

A ver, entendamos una tormenta no necesariamente como algo negativo y destructivo. A veces, tras la destrucción de la tormenta, vuelve a resurgir todo con mas fuerza. Se depura lo debil, se refuerza lo sólido, se lleva las malas vibraciones. No es fácil resistir una tormenta, hay que estar bien cimentado, pero a la vez ser flexible. Estos días, con todo lo del terrible terremoto de Haití, me quedo impresionado viendo como edificios de 2-3 plantas se vienen abajo. Internet está lleno de videos de grandes edificios de Japón, mucho mas grandes que el que han sufrido los haitianos, y que resisten estoicamente las embestidas de la tierra, aunque pueda pensarse que al ser mas grandes y altos deberían sufrir mas. Gran parte del secreto está en la flexibilidad.

Estos grandes edificios están diseñados para soportar grandes terremotos, pero no mediante la fuerza bruta. Parte de su secreto está precisamente en no ser tan duros. En lugar de resistirse a los movimientos de la tierra, se mueven con ella, cimbrean como los juncos en el viento, para luego volver a su posición original. En vez de resistirse, se adaptan.

Esto es lo que creo que va a ser muy necesario para resistir la tormenta que se avecina. Creo que va a remover parte de los mas profundos y sólidos cimientos de la empresa, aunque nunca con ánimo destructivo, sino con intención de afianzar la bueno y con la esperanza de que todo resista, que el trabajo de ingeniería realizado durante años haya sido suficiente como para que ningún edificio se caiga. Puede que alguno se venga a abajo, de hecho, hay ciertas dudas sobre la resistencia de algunos de estos edificios, pero creo que la esperanza general es que aguantarán.

Los truenos comienzan a sonar fuerte, ya han caído algunas gotas y los rayos son cada vez mas frecuentes en el horizonte. No falta mucho para la gran tormenta. Habrá que ver su fuerza final, si es tan intensa como se prevé o finalmente se desvía y nos toca solo de pasada. Y si finalmente azota de lleno, habrá que ver la capacidad final que tenemos todos los edificios para soportar su fuerza.

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