No soy yo, eres tú

No soy yo, eres tú

Sí, ya sé que la frase suele ser al revés y normalmente se la dice un miembro de la pareja al otro cuando cortan. El que corta, quien toma la decisión, le dice al «dejado» que la culpa no es suya y tal. Una forma como otra cualquiera de suavizar el golpe, como si esos golpes pudieran suavizarse. Pero no, no me he equivocado al escribir la frase, es exactamente así en el caso de esta relación que se rompió hace tiempo y que de alguna forma vuelve a mi estos días que regreso un poco al pasado. Y es que no fui yo, fuiste tú Stephen King, quien cambió.

Si, hablo de mi relación con Stephen King de la que no sé si os he hablado aquí alguna vez. Por si acaso yo lo cuento como si no tuvierais ni idea. Yo fui fan acérrimo de Stephen King en sus primeros tiempos. Allá por los 80 y parte de los 90 devoraba todo lo que escribía. Alguna vez creo que os conté que el primer libro que me compré por gusto fue uno suyo: El umbral de la noche. Por ahí he puesto alguna foto de ese libro amarillo y gastado de tanto uso y de lo mucho que ha viajado. Os conté que estuvo en la guerra de los Balcanes. Fue el principio de mi relación con la lectura y con Stephen King en general. Se enorgullecía mi hermana hace unos días de haber sido ella la que me introdujo a Stephen King con El Resplandor. No quise desilusionarla pero ese libro se me atragantó durante años. Decenas de veces lo comencé y no conseguía arrancar. Me aburría sobremanera y no conseguía engancharme. Al cabo de los años y muchas lecturas conseguí pasar el bache de los primeros capítulos y adentrarme en la historia de Jack y el Overlook.

Fue El Umbral de la noche el que me enganchó y durante años leía todo lo que publicaba, que era mucho. Carrie, Cujo, Ojos de Fuego, Los ojos del Dragón, La danza de la muerte, La zona muerta, El misterio de Salem’s Lot, Christine, Misery, Cementerio de animales… incluso los que luego se descubrió que eran suyos pero publicados bajo pseudónimo para no seguir saturando el mercado editorial, como Rabia o El Fugitivo. Todo pasaban por estos ojos ávidos de lectura… hasta que un día terminó nuestra relación y comencé a ser incapaz de leer sus libros.

No os puedo decir cual fue el primer libro suyo, después de El Resplandor, que se me atragantó. Creo recordar vágamente que pudo ser Las cuatro estaciones o El Juego de Gerald, pero no estoy seguro. Y durante años nuestra relación ha sido casi nula. He intentado meterle mano a otros libros suyos, como la saga de La Torre oscura, La cúpula, Mr. Mercedes… pero no hay forma. No consiguen atraparme. Y lo intento pensando que puede que me ocurra con El Resplandor, que pasado un punto de inflexión comienzo por fin a disfrutar su lectura, pero no llego a ese punto y lo dejo.

Durante todos estos años he pensado que era cosa mía. Que la edad es «mu mala», que he perdido la costumbre de leer, que prefiero cosa más ligeras a las densas descripciones de Stephen King….Siempre he pensado que era yo, pero no, eras tú, Stephen, eres tú quien ha cambiado. Y lo acabo de confirmar.

Con esta vorágine de vuelta al pasado ochentero con Stranger Things y con la nueva versión de It, un libro de Stephen King que me marcó más de lo que creía, he querido acercarme al libro de nuevo. Releerlo por tercera o quizás cuarta vez. Una de la pocas ventajas de mi memoria de pez es que si releo un libro o vuelvo a ver una película suelo disfrutarla como la primera vez porque sólo tengo vagos recuerdos y sensaciones agradables. Tengo que haberlas visto muchas veces para recordar escenas o diálogos completos. No es el caso de It.

Me he acercado al libro con algo de temor y respeto. Son más de 1.000 páginas de libro, un tochaco como decimos por aquí, y vengo de leer Los días felices, de Mara Torres. Libro ligero y muy fácil de leer. Me temía que mi decepción con Stephen King volviera en todo su esplendor y a las 20 páginas lo dejara. Qué equivocado estaba. Aquí estoy escribiendo esto y deseando acabar para darle un rato más a la lectura. Me lo llevo al trabajo y en las pausas de mediodía como ligero para que me sobre algo de tiempo para leer. Aprovecho el fin de semana para coger mi sillón de lectura y pasar unas páginas leyendo. Si, es cierto que la edad me ha hecho más lento leyendo de lo que ya era, pero también es bien cierto que esa lectura es el Stephen King que a mi me gustaba y que no encuentro desde hace tiempo en sus libros.

¿Qué exactamente? No lo sé. Derry, Maine, historias de niños, miedos, monstruos que no tiene porqué ser terroríficos payasos. Pueden ser el marido que golpea a su flamante esposa por el simple hecho de que se encienda un cigarrillo. Puede ser el darse cuenta de que te has casado con tu madre. Puede ser el hecho de recordar lo que creías olvidado y que pensabas que no volvería. Los monstruos adoptan muchas veces las formas más cotidianas. Ese fue uno de los mensajes que recuerdo haber almacenado de ese libro de por vida: los miedos son personales. Cada cual teme lo que tema. Fuego, agua, luz, oscuridad, soledad, muchedumbre, la muerte, la vida, la enfermedad… cada uno tiene sus propios monstruos.

Si, apenas acabo de empezar a leerlo y ya estoy viviéndolo. Porque este Stephen King me transmite. Me transporta a Derry, me hace sentir los miedos de sus protagonistas. Decididamente no soy yo, eres tú. Y me encanta haberte reencontrado.

3 comentarios en «No soy yo, eres tú»

  1. Gran libro. A mi me encanto.
    Entre todos los que has nombrado, te ha faltado Apocalipsis. Lo has leído? Hazlo. No te defraudará.
    En cuanto al resplansor, la torre oscura también coincido. Atragantado. Aunque si leí el resplandor, y al final me gustó, hay pasajes aburridos. Latorreoscura solo lei100 páginas. Las que le doy desgracia a cada libro. Y ahí pare.
    Volviendo a Apocalipsis, me lo leí un verano en solo 48 horas. Así meabsorvio. Fue brutal. Hay escenas que son obras maestras del suspense literario (la salida del túnel de nueva York, por ejemplo)
    Un abrazo Dani

    • También lo leí y me encantó. Y unos cuantos más, la lista sería enorme. Y La Milla Verde lo leí cuando lo publicó en formato semanal, me encantó. Tiene muchas maravillas. Veo que también eres fan. Me alegro 🙂

      Un abrazo!!

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