La mesa de Marta Fernández

La mesa de Marta Fernández

Por si no lo sabéis, no recuerdo si lo dije aquí o no, la semana pasada di por cerrada una etapa en el blog que tengo dedicado a Marta Fernández. Nótese el tiempo verbal: el blog que TENGO dedicado. No hablo de él en pasado. Por ahora, y por las razones que explico en este post, el blog está descansando, pero nunca se cierran las puertas. Menos aún cuando dan a una habitación tan agradable de visitar para mi como es ese blog. El caso es que dado que aquello está en standby pero que seguiré seguro teniendo cosas que hablar de Marta, pues esas cosas vendrán a este blog. Que tiene sentido, si lo analizo un poco, ya que no serán cosas tan directamente sobre Marta y su carrera sino de mis cosas relacionadas con ella y de cosas que pienso de ella, así que pega que vengan a este blog.

Y esto viene hoy porque precisamente toca hablar de algo relacionado con Marta Fernández y precisamente me alegro de que toque hablarlo aquí. Resulta que ayer me compré la mesa que veis en la imagen. Ya colgaré una foto con más calidad cuando la tenga accesible, pero por ahora es la que he podido hacerle. Como intuiréis por el título, se trata de una mesa que ha sido decorada por Marta para ayudar en una subasta benéfica que ha organizado IKEA para colaborar con UNICEF. Han enviado casi 100 mesas a casi 100 personajes conocidos para que las decorasen y han estado en subasta a través de eBay durante unos días para que la gente las comprase. Los beneficios, como ya he dicho, a UNICEF.

Y estaba yo esperando ver la mesa (aquí la amiga Marta se olvidó de hacerle una fotillo antes de embalarla) y resulta que no solo la puedo ver por Internet sino que la traen a la tienda IKEA de Málaga (mil gracias a los que me avisasteis) y la vi en vivo. Y ya me dio una sensación rara. ¿Destino? Mira que es casualidad que de nosecuantas tiendas IKEA que hay en España me traigan la de Marta justo a la mía. Y como resulta que la subasta es pública, pues digo: «Yo participo.» No puedo obviamente gastarme una pasta pero da la casualidad que buscaba una mesa baja, precisamente de ese estilo, para el cuarto del ordenador, así que hago cuentas y me pongo un límite para el «capricho». Algo razonable, como el precio de un videojuego: entre 60 y 70 euros, pues 65. Y de nuevo la fortuna ha estado de mi parte y la mesa ha quedado justo en 64,50 €, más justo era difícil. Vale, me habéis pillado. Reconozco que pensaba subir un poco más si hacía falta con tal de hacerme con la mesa. Pero la cuestión es que ayer la gané en la subasta, y más feliz que una perdiz ando con el tema, que queréis que os diga.

Por si os interesa, os diré que no ha sido la mesa más cara, pero tampoco de las mas baratas. Sin llegar al nivel de una de Bisbal, que ha rondado los 900 euros (no se si al final los habrá superado), no se ha quedado en 9-10 euros como otras, lo cual es de agradecer por doble motivo. Por una parte por que es dinero para Unicef y por otro porque se demuestra que Marta ya es un personaje público reconocido y que la gente la quiere.

Y en unos días tendré la mesa en casa, mas feliz que una perdiz. Y habrá quien me diga que soy un friki. Y aunque no me molestaré en replicar, considero que es una buena transacción. Aporto mi granito de arena a una causa justa, por un precio razonable, y tengo un objeto único hecho por una persona a la que admiro profundamente. Yo creo que ha merecido mucho la pena. Y como es a mi a quien tiene que importarle, pues eso, esperando que me avise una tal María de IKEA para ir a recogerla. Y ya de paso, que me digan que estará Marta para dedicármela con un «para Dani» escrito con letras doradas en alguna de las patas y hacer la foto para UNICEF. Oye, yo por pedir que no quede.

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