El Comité – La gasolinera

El Comité – La gasolinera

Viernes, 23 de Junio de 1961

Por fin ha quedado totalmente claro qué es lo que esperan de nosotros. Erich ha sido prácticamente el único que ha hablado hoy y se traía el discurso bien aprendido. Intuía, o sabía porque alguien se lo había comentado ya, que no habíamos hecho muchos avances así que ha ido directamente al grano. Nos ha usado a Uwe y a mi como  ejemplos de lo que busca.

Nada más entrar nos ha pedido los mapas de nuevo y los ha comparado con las copias que llevaba del otro día. Un rápido vistazo comparando en general y se ha ido al de Uwe, la zona sur, más apartadas del centro. Lo desplegó sobre la mesa para que todos lo viéramos y nos señaló con su pluma una de las encrucijadas. El muro, según el lápiz de mi compañero, discurre por Neuroppiner Str. hasta llegar a BerlepschStrasse. En ese cruce se aprecia una pequeña rotonda o cruce de un par de calles que Uwe había atravesado por la mitad. Lo más justo y correcto, pero algo me decía que no iba a ser así.

Erich preguntó a Uwe con seriedad si sabía que era esa especie de rotonda, a lo que contestó que no. Posiblemente una isleta en la calzada para la incorporación de los coches a la avenida principal o algo similar.

«Es una puta gasolinera Uwe. Una enorme gasolinera de 4 putos surtidores que sirve miles de litros de gasolina a cientos de coches cada día, Uwe. Eso no es una jodida isleta en mitad de la nada. Es un servicio esencial y tú acabas de dividirlo por la mitad».

Aún no habíamos escuchado a Erich ponerse nunca así en el comité. Yo ya sabía que su trabajo se lo toma muy en serio y cuando llega la hora de ponerse así, no duda en hacerlo. Creo que Uwe no conocía esta faceta suya porque su cara cambió de color. No es que ninguno estuviéramos especialmente risueños pero el tono y las palabras de Erich nos cambiaron a todos.

«Yo si que he hecho tu jodido trabajo, Uwe. El tuyo, el que deberías traer hecho» – continuó – «La regenta un tal Lukas. Un buen ciudadano socialista que paga sus impuestos religiosamente cada año y que, por lo que he averiguado, se siente muy orgulloso de ello. Además, no hay otra gasolinera en 5 kilómetros a la redonda y hablamos de una zona industrial, llena de tráfico de camiones y vehículos pesados varios. Nos viene francamente bien contar con una gasolinera justo ahí. Si tu puta linea en mitad de la isleta sugiere que demos dos surtidores a la RFA no creo que Lukas esté muy de acuerdo. Y te aseguro que Walter y yo tampoco seríamos muy felices. Así que esto no es una puta recta sino una curva que dejará la gasolinera del ciudadano Lukas en nuestra querida RDA»

Tras este discurso marcó con su pluma el trazado correcto y dejó unos segundos de silencio para que todos mirásemos el nuevo trazado y reflexionásemos sobre lo que había dicho.

«Señores, este no es mi trabajo, este es SU trabajo.» – prosiguió ya más calmado – «Miren calle por calle, cruce por cruce, negocio a negocio, servicio a servicio. No podemos saltarnos mucho las normas porque tampoco pretendemos que la RFA y sus amigos americanos se nos echen encima al día siguiente de colocar las alambradas, pero tampoco vamos a regalarles nada. Todo es importante»

Me tocó. Recogió el plano de Uwe y sacó el de mi zona.

«Fritz. Bernauer Str.» – dijo señalando una de las calles cercanas a la mía – «Una linea perfectamente centrada a lo largo de toda la calle. ¿Ponemos el muro en el centro, en nuestra acera o en la suya?» Yo ya sabía que Erich tenía la respuesta correcta pero yo no tenía ni idea. Desde el primer momento pensé que el muro discurriría por la mitad. Hice un rápido ejercicio mental para intentar descubrir la respuesta correcta. Era inútil, estaba bloqueado así que le dije que pensaba que el muro estaría en el centro de la calle.

«¿Caben coches en ambos sentidos y una barricada, que luego será un muro, en mitad de la calle? Si es así, podría ir en el centro. En caso negativo ¿Hay comercios en alguna de las dos aceras? Si es así, piensa si nos interesa que esos comercios sean nuestros o de la RFA. Si son tiendas de comestibles, licorerías, zapaterías, tiendas de ropa, talleres de vehículos, carpinterías… ¿Qué hay en esa calle? Si no hay nada interesante ¿Nos interesa para nuestro tráfico rodado o nos da igual? Si no nos interesa porque cortarla no genera muchos problemas en la ordenación del tráfico ¿Nos va a costar dinero si nos la quedamos? Si tiene jardines, pavimento estropeado que haya que reparar o cosas similares supondrá un gasto extra a nuestras famélicas arcas. ¿Podríamos regalársela a nuestros queridos vecinos? ¿Hay portales en la calle o podríamos usar los propios edificios como barreras, cortando sólo las calles que la cruzan?»

Creo que no se me ha olvidado ninguna de las preguntas. Las dijo sin pensar. No parecía un discurso aprendido pero nunca se sabe. Las apunté en cuanto salí de la sala. No se me había ocurrido hacerme ni una sola de esas preguntas e iban a ser vitales. En mi cara se notó que no sabía la respuesta a casi ninguna de esas preguntas.

«Amigo Fritz» – de nuevo me trataba como amigo y de cara a los demás empleó un tono que dejó bien claro que yo no era un miembro más en El Comité – «Esa calle está al final de donde tu vives. Yo me he hecho esas preguntas y alguna más y he ido a comprobarlo. No puedes dejar de hacerlo tú con tu distrito. Y tu, Uwe, y todos ustedes. Necesito que se hagan todas esas preguntas por cada una de las calles por las que discurra su linea. Que lo analicen, que piensen como hombres buenos y justos, que sé que lo son, y que me traigan sus deberes hechos. Necesito que den el 100% en esta tarea»

Cerró su charla mirándonos uno a uno a los ojos directamente. Como un padre que mira a un hijo tras regañarles, como queriendo decirnos que era por nuestro bien.

«Espero que por fin lo entiendan y la próxima reunión podamos hablar habiendo hecho todos nuestro trabajo, no sólo yo. No me importa si sólo han trazado la mitad de su zona, pero que ese trazado esté bien estudiado y pueda llevarlo a Walter y al resto de personas que deben supervisar esto. Me voy, de nuevo, con las manos vacías. No puede suceder una tercera vez.»

Nueva reunión para el viernes próximo.


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