MVD: Vivir en La Nube
Soy un ferviente defensor y usuario de La Nube, ese concepto que implica confiar en la tecnología ciegamente, dar tus datos a terceros y confiar en que ellos tendrán buen cuidado de ellos. La uso desde antes de conocer ese concepto de Nube a través de las primeras cuentas de correo gratuitas que surgieron.
Nunca fui de Hotmail, decidí al principio usar YahooMail y en cuanto supe de la existencia de GMail busqué desesperadamente alguien que tuviera alguna invitación disponible. Porque hubo un tiempo, hace mucho, en que abrir una cuenta de GMail requería que alguien que ya fuera usuario te enviara una invitación. Y tenían un número limitado de invitaciones, así que no era fácil.
La Nube
No era consciente de ese concepto de Nube, creo que muy poca gente lo era en ese momento, pero tener disponible siempre mi correo en cualquier sitio sólo entrando en mi cuenta a través de un navegador, era maravilloso y empecé a acostumbrarme.
La primera vez que sí fui consciente de La Nube fue gracias a Dropbox. Quien más quien menos todos supongo que sabéis lo que es. Cuando empezó era menos servicio web y se usaba más en el ordenador. Instalabas un programa y se creaba una carpeta en el ordenador. Cualquier archivo que colocaras en esa carpeta se subía a La Nube, lo podías ver en la web y además, si tenías el programa instalado en varios ordenadores, automáticamente lo tenías disponible en todos de manera casi inmediata.
Era la magia de La Nube. Tenerlo todo ahí y, si un día tenías que borrar el ordenador, bastaba con volver a instalar el programa para que, como por arte de magia, todos tus datos volvieran a estar disponibles. Era y es fabuloso.
Nubes por doquier
Hoy en día el concepto es totalmente transparente. Poco hablamos de La Nube pero está presente en nuestro día a día mucho más de lo que somos conscientes. Las fotos de nuestro móvil se copian casi seguro en algún servicio, o algunos, en cuanto las hacemos. Cambiamos de móvil y casi todo vuelve a sincronizarse. Nuestros contactos ya no están en la tarjeta SIM (¿Os acordáis de aquello?). Compramos móvil nuevo, metemos nuestra cuenta de GMail, iCloud, Samsung, Huawei… y todo vuelve a su sitio, contactos incluidos.
No hablaremos de cuestiones de privacidad aquí, de que si donde se guardan los datos, que si los usan para algo ya que están allí,… eso ya tiene mucho que hablar pero no es objeto de este post, lo dejamos para otro día porque hoy toca hablar de qué pasa cuando La Nube se despeja.
Cuando todo está en La Nube…
En todos estos servicios que he comentado La Nube es, en general, un apoyo. Tenemos una carpeta en nuestro ordenador con nuestros datos de Dropbox. Las fotos están en nuestro móvil, aunque exista una copia en la Web. Nuestros contactos están en nuestro móvil también, pero hay cosas que simplemente están en la nube.
Un ejemplo que quizás hayáis sufrido alguna vez es el correo. En general no tenemos acceso al correo a no ser que estemos conectados, especialmente en el ordenador. A no ser que uséis programas como Outllook o similar(¿seguirá existiendo eudora?), sólo podréis consultar correos nuevos y antiguos si tenéis conexión a internet.
…Y La Nube se va
Al hilo de lo que hablaba estos días de los servicios, hoy en día cada día más cosas de nuestro día a día dependen de La Nube. Nuestra música depende de bajarla de Spotify, las series de Netflix, el correo de Gmail… y mi casa de Alexa.
Sí, Alexa no es ese altavoz que tengo en el salón, cocina o dormitorio, Alexa es un ente en La Nube. Cuando quiero encender la luz del pasillo y se lo digo a Alexa, esas palabras salen a la nube, se procesan y vuelven convertidas en órdenes que Alexa entiende para saber que tiene que encender las luces del pasillo. Si esas órdenes no salen al servidor de Amazon, el altavoz no es capaz de entenderme.
Llámalo Alexa, llámalo Google Assistant, Siri o como queráis. Todos son servicios en la nube y si la nube se va, nos quedamos sin ellos. Y sí, ya me ha pasado alguna vez. Durante minutos los servidores se han caído y nada en casa funcionaba. No podía encender luces con la voz, apagarlas, etc….
Por supuesto tengo alternativa física para todo… o casi. Los enchufes de los que os hablé no cuentan con interruptor físico. La única opción es enchufarlo o desenchufarlo físicamente y puedo dar gracias de que estén accesibles. No quiero pensar que, confiando en la nube, hubieran acabado detrás de algún mueble totalmente inaccesibles.
Hace unos días se cayeron unos cuantos servidores de Google y hubo una pequeña gran crisis. En España no afectó mucho pero en zonas de Estados Unidos fue grave. En ese momento te das cuenta de lo que se llega a depender. Gente con cerraduras conectadas que no podían abrir la puerta de casa, o eso dicen. Termostatos que dejan de funcionar y la casa se enfría. Correos que no llegan. La gente no es del todo consciente de que esa Nube es una ayuda pero no puedes depender 100% de ella. Yo ya os digo que sigo teniendo interruptores. Si tuviera una cerradura me aseguraría de poder operarla manualmente. Igual con los termostatos.
Y es que no debemos olvidar la reflexión que encabeza este post: No existe La Nube, son ordenadores de otras personas. Y siempre habrá cosas que mejor que estén más a nuestro alcance.
Yo «confío» en ls nube, hasta cierto punto, pero desde luego, hay cosas que aún no le pienso confiar…
Yo confío muchísimo, casi demasiado, pero siempre tengo un plan B, o eso espero.
Ya me queda un poquito más claro pero me sigue sonando a ciencia ficción… El ordenador de otras personas, dices? Y si se aburren y se ponen a cotillear?. Y si les pagan por espiar? No digo a nuestro nivel, que también, pero imagina al Pentágono con la información en la nube.La información es poder!
Que Dios nos pille confesados.
Esa es la cuestión, amiga. Y normalmente en muchos de esos contratos que aceptamos sin mirar porque son 200 páginas les estamos dando permiso para cotillear. Según ellos de forma anónima, bla bla bla… En fin, siempre se ha dicho en estos temas que cuando un producto o servicio es «gratis», el precio eres tú.
La privacidad, queramos o no, ha muestro. Eso o vivir con un Nokia 3210 y sin acercarte a un ordenador, sin pagar con tarjeta, viendo la tele que ponen en la tele y no la que queremos bajo demanda en netflix/movistar/HBO…